Día Mundial contra el Cambio Climático

España, a un paso de liderar la energía limpia

La solar fotovoltaica ha conseguido contener el precio de la energía en la ola de calor.
La solar fotovoltaica ha conseguido contener el precio de la energía en la ola de calor.
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La solar fotovoltaica ha conseguido contener el precio de la energía en la ola de calor.

La importancia de las energías renovables es algo de lo que ya nadie duda. No solo ayudan a luchar contra el cambio climático, sino que contribuyen a una energía más barata y sostenible a largo plazo. Pero este tipo de fuentes de energía no son una cosa del futuro, sino que ya son nuestro presente.

España es, actualmente, el segundo país europeo con mayor capacidad renovable instalada. Fuentes de energía hidráulica, hidroeólica, eólica, fotovoltaica o solar térmica, entre otras, se suman a las más tradicionales y, además, cada vez les van ganando más terreno.

Tal y como refleja la patronal europea Euroelectric, España acumula 108 teravatios generados por fuentes renovables. Esto se traduce en que un 49,92% de la energía tiene una procedencia ‘verde’. Esta impresionante cifra secunda la convicción de Red Eléctrica, que sostiene que este año 2023 podría ser en el que se consiga el hito de que la mitad de la energía producida en nuestro país provenga de fuentes limpias.

Apuesta por las renovables

Desde España cada vez se hace más clara la apuesta por este tipo de energías. De hecho, el 60,4% del total del sistema eléctrico nacional corresponde al parque de fuentes de energía limpia.

La ‘niña bonita’ siempre ha sido la eólica, que encabeza la lista de mayor potencia instalada en la península y representa más de la cuarta parte de toda la potencia instalada en el sistema eléctrico. Por otro lado, la solar fotovoltaica está viviendo un incremento en su popularidad y, en 2022, superó a la hidráulica. Ahora se sitúa en tercer lugar en cuanto a potencia instalada, por detrás de los ciclos combinados (centrales que queman gas).

Según el estudio Renewable Energy Country Attractiveness Index (RECAI) de la consultora EY, España sería en la actualidad el octavo país del mundo más atractivo para invertir en renovables. Sin embargo, en los primeros dos tercios del año 2023 solamente se habían llegado a instalar 2.615 MW de este tipo de energía. Por el contrario, a lo largo de todo el año 2022 se instalaron más de 6.000 MW de renovables.

Usar el sol contra la sequía

Aunque en principio pueda sonar contradictorio, las energías renovables pueden tener un papel fundamental en fenómenos tan extremos como las altas temperaturas que se han sufrido este verano.

Hay que tener en cuenta que las principales fuentes de energía renovable en España son la energía eólica y la solar fotovoltaica, que, en conjunto, ya suponen un 42,1% del total. Asimismo, en 2023 ambas han batido sus propios récords de generación. Estas enormes cifras han ayudado a paliar la bajada que ha sufrido la energía hidráulica a causa de la sequía.

Especialmente la solar fotovoltaica ha tomado protagonismo, ya que ha conseguido contener los precios de la energía en julio pese a la ola de calor. Esto se debe a que su producción aumentó en un 32,9% comparado con el mismo mes del año pasado. 

Con la vista en 2030

Debido a estas nuevas cifras, el Gobierno de España ha decidido aumentar el objetivo de generación de renovables en nuestro país para el año 2030 de un 74% a un 81%.

Durante los próximos años se espera que haya un aumento de la integración y almacenamiento de la energía limpia en nuestro día a día, así como del autoconsumo de los hogares y empresas y de la aportación del hidrógeno verde.

Las renovables transforman el entorno rural.
Las renovables transforman el entorno rural.
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La transición justa, el cambio necesario

El cambio del consumo de fuentes de energía contaminantes y finitas a otras limpias y renovables es una necesidad imperiosa para luchar contra el calentamiento global y el gasto energético irresponsable.

Sin embargo, es importante no olvidar que hay muchas industrias y empleos que se sustentan en la explotación de estos recursos. Por ello, no sería justo pasar de un sistema a otro sin haber realizado una profunda valoración antes.

Minimizar el impacto

En España, dentro del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se encuentra el Instituto para la Transición Justa. Su objetivo es minimizar el impacto negativo que pueda tener la adopción de una economía más ecológica sobre el empleo y el despoblamiento de ciertos territorios.

Para ello, trabajan identificando y adoptando las medidas necesarias para garantizar a trabajadores y territorios un tratamiento equitativo y solidario.

Si se quiere que la transición sea socialmente beneficiosa para España, un país con una alta tasa de desempleo, es necesario que sea capaz de generar nuevos empleos de calidad. Por esta razón, el Instituto se compromete a apoyar el I+D+i y la adaptación de las empresas.

El compromiso para una transición justa ha sido un tema de debate a nivel mundial, especialmente a raíz del Acuerdo de París de 2015 y de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. En ambos documentos se establecen los parámetros para buscar la prosperidad de la humanidad, dentro de los límites del planeta.

Por su parte, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) ha planteado el marco de acción siguiendo las propuestas de organizaciones sindicales.

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