Día Mundial contra el Cambio Climático

¿Cómo podemos reducir nuestra huella de carbono?

Viajar en coche o cargar el móvil son acciones cotidianas que aceleran el cambio climático.
Viajar en coche o cargar el móvil son acciones cotidianas que aceleran el cambio climático.
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Viajar en coche o cargar el móvil son acciones cotidianas que aceleran el cambio climático.

Todos podemos convertirnos en agentes del cambio para reducir la huella de carbono en el planeta. Se trata de un propósito que en los últimos años se ha impulsado desde los gobiernos y que las grandes compañías, casi sin excepción, ya incluyen en sus estrategias sociales y sostenibles. Muchos países, instituciones y empresas se han comprometido a reducir sus emisiones, pero la Unión Europea ha ido más allá y se ha fijado, incluso, el objetivo de ser "neutral desde el punto de vista climático" en 2050.

La huella de carbono es el término que se emplea para cuantificar el volumen total de gases de efecto invernadero que generan las actividades económicas y cotidianas del ser humano. Cada vez que viajamos en coche, compramos unas zapatillas, horneamos una pizza, cargamos el teléfono móvil o ponemos una lavadora, entre otras miles de rutinas, dejamos atrás una estela de gases que se acumulan en la atmósfera y que influye directamente en el calentamiento global.

Agentes del cambio

Según estiman expertos de la Global Footprint Network, la huella de carbono no ha parado de crecer y se ha multiplicado por 11 desde 1961, lo que ya supone el 60% del impacto total del ser humano en el medio ambiente. Una cifra que seguirá ascendiendo si no se llevan a cabo diferentes estrategias para solucionarlo, pues se prevé que la población mundial continúe aumentando en los próximos años, llegando a 9.700 millones de habitantes en 2050, calculan desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Al igual que las personas, tanto las entidades como los propios servicios y bienes de consumo, emiten gases de efecto invernadero. La fabricación, el transporte o el consumo energético para producirlos, así como su vida útil y su transformación en un residuo que se reutilizará, se reciclará o se desechará en un vertedero afectan a la preservación del planeta. Lo mismo sucede con la celebración de eventos (conciertos, espectáculos, competiciones deportivas, etc.) por el consumo de energía, la basura generada o el uso de transporte que implica, entre otros factores.

Nuestras rutinas dejan una estela de gases que impactan en el calentamiento global

No obstante, es importante recalcar que la emisión de gases nocivos a la atmósfera varía en función de las opciones de producción y consumo que se utilicen. Si tomamos el ejemplo del transporte, coger el avión emite 285 gramos de carbono por kilómetro, frente a los 104 de un automóvil o los 14 de un tren. También afecta el tipo de carne o pescado que se ingiere, el modelo de vaqueros que se compra o el lugar donde se reside.

La ONG ambiental The Nature Conservancy recoge que cada ciudadano produce una media de casi cuatro toneladas anuales de CO2, mientras que países como los Estados Unidos cuadruplican esta cantidad por persona y año.

Teniendo en cuenta que cada pequeño gesto acelera el cambio climático, con efectos desastrosos en el mundo, urge la necesidad de tomar medidas que ayuden a rebajar al máximo estos gases contaminantes y, precisamente, muchas de ellas comienzan por cada uno de nosotros en nuestro día a día. 

Acciones para reducir nuestra huella de carbono.

Consejos para rebajar la huella de carbono

  • Pequeños gestos que la Unión Europea y otras organizaciones que promueven el respeto por el medio ambiente comparten para reducir nuestra huella de carbono:
- Consumo responsable y sostenible. Evitar el desperdicio de alimentos y apostar por productos locales y de temporada. Es preferible limitar la compra de alimentos de origen animal, así como los artículos con un embalaje de plástico excesivo.

- Economía circular. En cuanto a moda se refiere, es preferible decantarse por prendas fabricadas con materiales reciclados o con etiqueta ecológica. También se puede acudir a tiendas de segunda mano e, incluso, alquilarla, intercambiarla o tomarla prestada.

- Moverse con conciencia. Reducir el tiempo al volante, utilizando el transporte público y, en la medida de lo posible, caminar o ir en bicicleta en nuestros desplazamientos.

- Controlar el uso de energía. Regular la calefacción y el aire acondicionado, cerrar el grifo cuando es innecesario o tomar duchas más cortas son acciones que marcan la diferencia. También ocurre al elegir aparatos con la etiqueta A y desenchufarlos cuando ya están cargados. El impacto vuelve a ser positivo cuando se opta por energías renovables, al ser inagotables y 100% limpias.

- Disminuir la cantidad de residuos. Reutilizar los envases, reciclarlos y, si no es posible, tirarlos al contenedor correspondiente es otra manera de contribuir.

- Aplicar el principio de las tres erres. Tener presente el significado de estas siglas: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
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