Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

De Ramstein a Nueva York

Ataque ruso en la ciudad de Krivoi Rog.
Imagen de archivo de un ataque ruso en la ciudad de Krivoi Rog.
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Ataque ruso en la ciudad de Krivoi Rog.

Esta pasada semana la actualidad más relevante para la guerra de Ucrania ha tenido varios protagonistas con resultados desiguales. En Ramstein, base norteamericana de uso conjunto en suelo alemán y sede del mando aéreo de la OTAN (Aircom), se produce regularmente una conferencia de los integrantes de la coalición de cincuenta países donantes -y representación de la UE- conocido como Ucraine Defence Contact Group (UDCG).

El UDCG es el encargado de coordinar el aporte de material bélico, recursos diversos, y adiestramiento militar; hasta la fecha, sus integrantes han proporcionado estos elementos por valor de unos 200.000 millones de dólares e instruido más de 63.000 combatientes ucranianos fuera de Ucrania, el equivalente a trece brigadas.

En su decimoquinta reunión celebrada el pasado 19 de septiembre, los principales acuerdos alcanzados versaron sobre la especialización por países para proporcionar capacidades en las áreas de defensa aérea, artillería, arma acorazada (sobre la ya constituida coalición Leopard), poder aéreo (sobre la coalición F-16), naval, municionamiento, ciberdefensa (tecnologías de la información y comunicaciones) y desminado; también se han concretado necesidades de formación en mantenimiento y reparación de los materiales ya desplegados, formación en primeros auxilios, en apertura de brechas, tendido de puentes…

En el apartado de adiestramiento, las necesidades se han cifrado en la formación militar de 60.000 nuevos efectivos, equivalente a unas diez brigadas más. No es ocioso señalar que el liderazgo y coordinación del UDCG corresponde a Estados Unidos, que lo ejerce a través de la figura de un teniente general de su Army, Antonio Aguto, apoyado en un cuartel general especializado.

De todo lo que antecede conviene analizar su significado, a saber, Ucrania requiere un apoyo continuado en todas las capacidades que se están empleando sobre el campo de batalla porque, o se han agotado, o están en riesgo de hacerlo. La más crítica, evidentemente, el factor humano, que es el más sensible, difícil de formar y reponer, y cuya disponibilidad o carencia es definitiva para la resolución de la guerra.

En Nueva York, por su parte, se ha iniciado con la Asamblea General (AG) de Naciones Unidas el 78 periodo de sesiones bajo el lema "reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial".

El presidente Zelenski tomó la palabra en ese periodo de sesiones y se dirigió a la AG para recabar el apoyo de todos los países y solicitar la condena de la agresión rusa. También procuró atraer a distintos países del sur global para que salieran de su postura neutral y apoyaran su causa con escaso éxito. Tuvo, además, una reunión con el presidente Biden en la Casa Blanca de la que se trajo un nuevo paquete de ayudas por valor de casi 400 millones de dólares y, sorpresivamente, el día siguiente, el compromiso de proporcionar misiles ATACMS con un alcance de hasta 300 kilómetros. En su viaje de vuelta, también pasó por Canadá, donde obtuvo un nuevo compromiso de ayuda por valor de unos 610 millones de euros en los próximos tres años.

En una declaración pública de Zelenski poco afortunada y enmarcada en el mantenimiento del veto a la exportación de grano ucraniano por parte de algunos países de la UE (Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumanía), acusó a Polonia de colaborar en los esfuerzos de Rusia por destruir a Ucrania, tema este que provocó una dura declaración del primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, y que Zelenski ha tenido que rectificar con una visita inesperada a Polonia donde ha exhibido sintonía y unidad y se ha retractado de su afirmación.

Si el apoyo continúa con el ritmo y la intensidad actual, no será la economía el principal problema para sostener -y resolver- la guerra de Ucrania. Si ese apoyo es suficiente para poder finalmente vencer militarmente a Rusia y recuperar los territorios ocupados, es otro tema. El factor humano antes citado será el elemento determinante y su empleo el que marque la diferencia entre resistir, sostener y resolver. Entretanto, las acciones continúan y el otoño avanza.

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