Las gasolinas se encaminan de nuevo hacia los dos euros empujadas por la escalada del petróleo y amenazan con aupar la inflación

Evolución del precio del petróleo, la gasolina y el diésel.
Evolución del precio del petróleo, la gasolina y el diésel.
Henar de Pedro
Evolución del precio del petróleo, la gasolina y el diésel.

.Pasar por el surtidor es cada vez más caro. El bolsillo de los conductores lleva dos meses y medio sufriendo alzas consecutivas en el precio del diésel y la gasolina, que han alcanzado ya los 1,751 y 1,668 euros por litro. Los combustibles se encuentran inmersos en una nueva escalada de precios -esta vez, sin bonificaciones en los surtidores- compartida con su materia prima. El petróleo se aproxima a los 100 dólares por barril en una senda alcista que sobrevuela a todos los sectores económicos y que amenaza con provocar nuevos repuntes de inflación.

El precio del barril de Brent, que es la referencia del petróleo en Europa, ha superado esta semana los 94 dólares, una marca a la que no llegaba desde noviembre del año pasado. Desde finales de junio el precio del crudo se ha encarecido un 30% y las previsiones apuntan a que alcanzará los 100 dólares por barril antes de que acabe el año. Desde la consultora energética Tempos Energía, calculan incluso que podría rozar los 110 dólares este invierno. 

Detrás de la escalada de precios se encuentran dos factores: la reducción de la producción por parte de los países exportadores y el aumento de la demanda. "Ahora mismo el factor más importante son los recortes que están aplicando los países productores", constata Antonio Turiel, experto en el mercado petrolífero e investigador del CSIC, que recuerda que los exportadores llevan meses cerrando el grifo con el objetivo de elevar el precio del crudo. 

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó hace casi un año, en octubre de 2022, reducir su producción de petróleo en 2 millones de barriles diarios, una restricción que en abril elevaron a 3,6 millones, debido a la resistencia del crudo a subir de precio. En junio los exportadores decidieron ampliar este recorte hasta finales de 2024, un año más de lo inicialmente previsto. Se suma también un recorte adicional en la producción de petróleo de 1,3 millones de barriles diarios por parte Arabia Saudí y Rusia hasta final de año.

Recortes en la producción

Al reducir la producción, los países exportadores persiguen una subida en el precio del crudo. "Hace tiempo que consideran que el precio del petróleo es inadecuado y quieren que suba", explica Turiel. La OPEP justifica la maniobra como un intento por conseguir una mayor inversión, si bien el investigador apunta a que la merma en la producción de petróleo es inevitable, dada su escasez, más allá de las restricciones voluntariamente impuestas por los países exportadores. "Hay un ritmo de caída inevitable, que, por más que se invierta, no se va a poder impedir", avisa el investigador.

Pese a la estrategia de recortes diseñada por los países productores, un alza excesivo en el precio del petróleo puede resultar contraproducente. "Si se deja que el precio suba demasiado, se forzará una recesión. Una contracción de la actividad económica hace que caiga la demanda y, con ella, también el precio", advierte Turiel, apuntando a que el barril podría llegar todavía hasta los 110 dólares. "El precio de equilibrio que buscan es un precio alto, pero no demasiado, aunque es cada vez más difícil de obtener", opina el físico. "Estamos entrando en una situación muy delicada", añade.

El riesgo reside en la alta dependencia que existe en prácticamente todos los sectores productivos respecto del 'oro negro'. De hecho, al mismo tiempo que la OPEP ha reducido la producción, la demanda mundial de petróleo ha crecido, debido fundamentalmente a la reactivación de China tras la pandemia, al incremento de vuelos durante el verano y las necesidades de la industria petroquímica, según explican desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). La Agencia Internacional de la Energía (AIE) registró en junio un récord en la demanda mundial de petróleo de 103 millones de barriles diarios y apunta a que el consumo seguirá en aumento en los próximos años.

Carburantes más caros

La subida en el precio del crudo está empujando también al alza a los carburantes, aunque en el precio de estos últimos influyen también otros factores como sus cotizaciones específicas en los mercados internacionales —independientes de las del petróleo—, los impuestos, el coste de la logística y los márgenes brutos. La gasolina y el diésel acumulan once semanas consecutivas al alza. Desde que iniciaran su particular espiral alcista a finales de junio, se han encarecido respectivamente un 10% y un 16%, hasta alcanzar los 1,751 euros por litro la súper 95 y 1,668 euros por litro el gasóleo, según los datos del último Boletín Petrolero de la Unión Europea.

"Ahora mismo lo que es más alarmante es el diésel", valora Turiel, que no descarta que el gasóleo vuelva a acercarse a los dos euros, aquejado además por el veto de Rusia a la importación de productos derivados del petróleo. "El diésel es la sangre de nuestro sistema: es transporte, es minería y es agricultura", explica. El encarecimiento del gasóleo en las últimas once semanas ha sido más pronunciado que el de la gasolina. 

Aunque ambos carburantes se mantienen por el momento lejos de los máximos registrados en el verano de 2022, la súper 95 ha marcado esta semana un nuevo récord en lo que va de año. Ha anotado su dato más elevado desde finales de noviembre del año pasado, si bien por aquel entonces estaba en vigor la ayuda de 20 céntimos por litro de carburante introducida por el Gobierno en el mes de abril, después de que en marzo el precio del petróleo llegara a superar los 110 dólares por barril. 

La gasolina y el diésel se pagaba en el surtidor a finales del tercer trimestre de 2022 —tras la invasión rusa de Ucrania— a más de 1,8 euros por litro, unos niveles que por el momento no se han alcanzado. Desde el 1 de enero de 2023, el descuento a los carburantes —que actualmente es de 10 céntimos por litro— se mantiene solo para profesionales y se reducirá a 5 céntimos a partir de octubre, sin previsión de que se recupere la bonificación para todos los conductores.

Inflación al alza

"Si los precios de los carburantes que tenemos ahora se mantienen durante varios meses más, acabarán trasladándose al resto de precios, porque hacen que la logística sea más cara y eso encarece toda la cadena", explica el economista Antoni Cunyat, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universitat de València, respecto al riesgo de que el encarecimiento de los carburantes repercuta en nuevas subidas generalizadas de precios. Para el experto la situación actual no es comparable con la vivida tras el inicio de la guerra de Ucrania. "No hemos llegado a los máximos que se llegó entonces y partimos desde niveles más altos de precios, lo que hace que el incremento cuantitativamente no sea tan alto, pero la clave es el tiempo que duren estos precios de la gasolina y el gasoil", matiza.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el repunte de la inflación en los dos últimos meses se ha debido ya en buena medida al encarecimiento de los carburantes. En agosto el IPC creció en tasa interanual tres décimas hasta el 2,6% y lo hizo por segundo mes consecutivo, después de haber aumentado ya cuatro décimas en julio. Las previsiones apuntan a que la inflación continuará en esa senda alcista hasta finales de año. De hecho, el Banco de España ha revisado esta semana su pronóstico para la economía española y ha aumentado sus previsiones de inflación para 2023 y 2024 al 3,6% y 4,3% respectivamente, debido al encarecimiento de la energía y, en particular, del petróleo.

El supervisor bancario ha mantenido, en cambio, su pronóstico de inflación subyacente, que es la que descuenta el precio de la energía y de los alimentos no elaborados por su alta volatilidad, para 2023 en una tasa interanual del 4,1%, aunque ha aumentado dos décimas, hasta el 2,3%, su estimación para 2024. Este indicador, que en agosto se moderó al 6,1%, capta aun más atención que la inflación general a la hora de determinar el impacto del alza del precio de la energía. "Es lo que hay que observar en los próximos meses. Esa será la clave para ver el impacto del precio de los carburantes. Si en un par de meses vemos que la subyacente vuelve a subir, estará indicando que el incremento del precio de los carburantes se está extendiendo a toda la economía", concluye Cunyat. 

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