La mitad de las mujeres de entre 15 y 29 años cree que puede llegar a sufrir violencia sexual

Una estudiante repasa antes del examen de Selectividad, en el exterior del campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos, en julio de 2023, en Madrid (España).
Una estudiante repasa antes del examen de Selectividad, en el exterior del campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos, en julio de 2023, en Madrid (España).
Eduardo Parra / Europa Press
Una estudiante repasa antes del examen de Selectividad, en el exterior del campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos, en julio de 2023, en Madrid (España).

Más de la mitad de las adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años (el 51,5%) cree que puede llegar a sufrir violencia sexual. Un temor que supera por 28 puntos al porcentaje de los hombres (23,7%), según el IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar, publicado este martes por la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juvenil. 

El estudio —que recoge las opiniones y percepciones de más de 1.500 jóvenes españoles de menos de treinta años—, arroja datos preocupantes sobre las conductas de riesgo en esta franja de edad (de consumo de drogas, de conducción temeraria, relacionados con el acoso y la violencia física o ligados a la sexualidad). Un 51,1% reconoce haber mantenido relaciones sexuales sin protección o con riesgo al menos una vez en el último año. De esa proporción, casi dos de cada diez (el 19%), manifiesta hacerlo de manera frecuente. 

"Claramente, hay que hacer educación afectivo-sexual con enfoque de género. Y hay que hacerla desde las familias, centros educativos, medios de comunicación... como sociedad ahí nos hemos relajado mucho", incide a 20minutos Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad. Sanmartín, que es también coautora del estudio, señala en ese sentido la influencia que está teniendo el consumo de pornografía a edades muy tempranas en este tipo de conductas. "Todo eso está jugando en los imaginarios juveniles. Al final uno acude a Internet o a sus iguales porque todavía hay muchos tabúes en las familias. El problema es que ahora es muy accesible cuando antes no lo era tanto, por lo que hay que duplicar los esfuerzos", subraya. 

Según Sanmartín, el tema de las relaciones sexuales de riesgo e incluso la violencia en este tipo de actos es un tema que no disminuye, según han podido comprobar también en otros estudios llevados a cabo por la Fundación. La diferencia en esa percepción del riesgo, que es casi el doble entre mujeres y hombres, reside en que son ellas las que padecen las consecuencias de esas conductas. "La violencia sexual la sufren las mujeres principalmente las mujeres, y están muy concienciadas sobre eso. Y también en temas de contagio de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. El cuerpo de la mujer es claramente el que sufre todas esas consecuencias", subraya. 

Barómetro 2023 sobre jóvenes y salud.
Barómetro 2023 sobre jóvenes y salud.
Mutua Madrileña y Fad Juventud

El informe también arroja luz sobre otros comportamientos de riesgo frecuentes, como su implicación en peleas. Preguntados por la participación en peleas y enfrentamientos físicos, cuatro de cada diez reconocen haber contribuido en una, y el 9,2% afirma hacerlo habitualmente.

Lo mismo sucede con las imprudencias al volante: un 21,2% de los jóvenes encuestados ha conducido tras fumar porros al menos una vez en los últimos seis meses, mientras que un 9,1% lo ha hecho de manera recurrente. Además, uno de cada cuatro (26,6%) ha conducido tras consumir alcohol al menos una vez en los últimos seis meses, aunque son menos (7,5%) los que lo hacen con frecuencia. 

Un antes y un después con la pandemia

Según Fad y Mutua Madrileña, "la pandemia ha marcado un antes y un después en la manera en la que los jóvenes se enfrentan a determinados comportamientos de riesgo". Ahora, inciden, se arriesgan menos, "pero les compensan más determinadas prácticas a pesar de la inseguridad que perciben en ellas". 

Así lo revelan los datos de barómetros anteriores: en 2017 se inició una tendencia ascendente de las conductas de riesgo que hasta alcanzar su tope en 2021 y volver a descender en este 2023. Por ejemplo, si en 2017 un 14,6% de los jóvenes confesaba "emborracharse sin perder el conocimiento"; en 2021 lo aseguraba un 26,3%; y este año lo manifiesta un 17,6%. No se vuelve a los niveles de hace seis años, pero sí que se aprecia cierta bajada. 

Sin embargo, los comportamientos que implican mayor riesgo son los únicos que sí que han seguido creciendo. El consumo de cocaína o pastillas ha crecido más de un punto respecto a 2019: hace cuatro años lo hacía el 6,8% de los jóvenes de entre 15 y 29 años, y ahora dicen hacerlo el 7,9%. En esa línea, ha aumentado también la proporción de población joven que reconoce conducir tras consumir drogas o alcohol: del 5,6% en 2017; al 7,7% en 2021; y hasta el 8% de este año. Y lo mismo con las peleas: del 6,9% que decía meterse en ellas de 2017, al 9,3% de 2023. 

Hay, según la investigación, una tendencia "a poner más por delante los beneficios a los riesgos", lo que —intuyen— podría ser consecuencia de las restricciones impuestas durante la pandemia y a su consiguiente levantamiento y "exacerbación" de la idea de "disfrute máximo".

Esa incidencia varía, no obstante, según el género y la edad. La investigación revela que "los hombres destacan por encima de las mujeres" en todas las conductas de riesgo estudiadas, "llegando a duplicar los porcentajes". Además, son los más jóvenes (de 15 a 19 años) los que tienden a asumir más situaciones arriesgadas respecto al grupo de mayor edad. 

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