El precio del aceite de oliva continúa su imparable tendencia en ascenso y se sitúa ya en una cifra inédita: supera los 10 euros por litro en ciertas marcas. Así se puede apreciar en los lineales de algunos supermercados, donde los consumidores pueden encontrar botellas de un litro a más de 12 euros.

Y es que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 'oro líquido' se ha encarecido un 38,8% respecto al año pasado. Incluso en algunos casos, el aceite de oliva virgen extra ha llegado a aumentar su coste más de un 227% en el último año, acorde con los datos publicados por Datamarket.

Si comparamos con años anteriores, en abril de 2021 se pagaba alrededor de 5,25 euros el litro de aceite de oliva virgen extra y, tras la gran subida de precios que se generó en 2022, en diciembre del año pasado el litro rondaba los 8,50 euros, cifra que disminuyó a principios de este año debido a la rebaja del IVA.

Ahora, este producto típico de la dieta mediterránea se ha encarecido hasta superar los 10 euros por litro, lo que significa que su precio se ha duplicado en dos años, situación que podría seguir empeorando en los próximos meses.

El supermercado con el aceite de oliva más barato: no es ni Lidl ni Mercadona

Entre las razones por las que el aceite de oliva ha sufrido un incremento del precio tan acusado están la falta de lluvias y las altas temperaturas, que han provocado una mala cosecha y, como consecuencia, una baja producción para esta campaña.

Y es que, según el Ministerio de Agricultura, la producción de aceite de oliva para la campaña 2022/23 se ha quedado en las 675.093 toneladas, lo que supone un 54,7% menos de lo registrado en la temporada anterior. Y las previsiones para los próximos meses tampoco son positivas.

Las diferentes asociaciones olivareras vienen exigiendo desde hace meses la adopción de medidas para el sector, puesto que llevan ya dos campañas consecutivas de escasa producción de aceituna. Además, insisten en que los precios actuales tampoco les beneficia.

De este modo, Cristóbal Cano, secretario general de UPA en Andalucía, resalta que el sector "funciona bien siempre que hay una estabilidad en los precios". "A los agricultores nos iba muy mal cuando el aceite de oliva estaba por debajo de los 2 euros, porque teníamos pérdidas". 

Sin embargo, con el aceite por encima de los 10 euros tampoco les va bien, ya que el precio no repercute en la cuenta de resultados al no tener una cosecha significativa para poder vender.