Entrevista

Alexander Stubb, ex primer ministro de Finlandia: "No creo que sea realista esperar un final de la guerra en 2024"

El ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb.
El ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb.
EUROPEAN UNIVERSITY INSTITUTE
El ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb.

Alexander Stubb (Helsinki, 1968) sabe lo que es enfrentar cambios de ciclo en la política. Fue primer ministro de Finlandia entre 2014 y 2015, cuando Europa vivía una crisis económica sin precedentes, y después pasó precisamente por el Ministerio de Finanzas para más tarde dar el salto al Banco Europeo de Inversiones. Antes había sido ministro de Exteriores y participó en la mediación de la guerra de Georgia, en 2008, por lo que conoce bien a la Rusia de Putin. También fue eurodiputado, entre 2004 y 2008.

Tiene mucho que contar. Tras su intento fallido por llegar a la Comisión Europea -perdió contra Weber en las 'primarias' del PPE- ahora salta a otro gran reto: presidir su país. En 2024 quiere ser el sucesor de Saulii Niinisto, y este defensor de la entrada en la OTAN y acérrimo europeísta le coge el teléfono a 20minutos para desgranar la actualidad global en un momento clave.

Ha decidido usted presentarse a las presidenciales de Finlandia -que se celebran en 2024-. ¿Por qué ahora?Por la situación de la política mundial y más específicamente por el ataque de Putin en Ucrania. Y porque Finlandia es ahora miembro de la OTAN; tengo la experiencia, la red de contactos y conocimiento de la política exterior y de seguridad. Esto creo que puede ser muy útil para el país.

¿Cuánto cree que ha cambiado Finlandia desde que usted fue primer ministro?Creo que hay dos cosas que han cambiado especialmente desde que empecé mi carrera política -cuatro años en el Parlamento Europeo y ocho a nivel nacional-. La primera, que es general en toda Europa y también en España, es que ahora todo está mucho más polarizado. El debate doméstico está polarizado y no hay una clara división entre derecha e izquierda. Hay mucha más política identitaria. El segundo gran cambio es por supuesto que Finlandia ahora es miembro de la OTAN: esto significa que el próximo presidente de Finlandia será el primer presidente OTAN a tiempo completo.

Ahora todo está marcado por la invasión rusa de Ucrania. ¿Ve una solución a corto plazo? ¿Cuál sería la vía de salida más factible?No creo que sea realista esperar un final de la guerra en el próximo año. Esta es claramente una guerra larga. Dicho esto, si hubiera una puerta para unas negociaciones de paz, Zelenski necesitaría al menos cuatro cosas: el territorio, con una decisión apoyada en la opinión de los ucranianos; garantías de seguridad, ya sea de manera bilateral con Estados Unidos o multilateral desde la OTAN y la UE, y eso incluiría un camino hacia la adhesión; justicia, y esto quiere decir que los criminales rusos de guerra tendrían que acabar en tribunales internacionales; y reconstrucción. El problema que veo es que esta guerra es demasiado grande para Putin como para perderla, así que el conflicto parece tendrá que resolverse en el campo de batalla.

¿No ve entonces a Zelenski y a Putin sentados en la misma mesa y firmando un acuerdo? Hay que recordar por ejemplos pactos de Minsk, que se rubricaron en 2014Bueno, lo primero es que los acuerdos de Minsk al final fueron un fracaso. Fue un pacto digamos tradicional, y un buen acercamiento pero no funcionó. De nuevo, Putin no puede perder esta guerra, así que lo que tendría que pasar es que potencias como China y poderes importantes del este y del sur global pongan presión sobre Moscú para que se siente en la mesa de negociación. Si eso pasa, seguramente Estados Unidos y Bruselas tendrían que hacer lo mismo con Zelenski para convencerle de que es tiempo de negociación. Tendría que haber mucha presión en las dos partes. Yo fui mediador en Georgia en 2008 junto al ministro francés Bernard Kouchner, pero ahora la situación es muy diferente porque ha ido demasiado lejos.

Alexander Stubb

  • Alexander Stubb (Helsinki, 1968) fue primer ministro de Finlandia entre 2014 y 2015, para después ocupar el cargo, durante unos meses, de ministro de Finanzas. Antes había ocupado -entre 2011 y 2014- la cartera de Comercio y previamente la de Exteriores (2008), llegando a ser negociador en la guerra de Georgia. Entre 2004 y 2008 fue eurodiputado. Ha sido también líder de la formación de centroderecha Coalición Nacional y ocupó una vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones. En 2018 se lanzó a la carrera para ser la opción del Partido Popular Europeo a presidente de la Comisión Europea, aunque perdió frente a Manfred Weber. Desde 2020 es director y profesor en el European University Institute, en Florencia.

Usted siempre ha estado a favor de la entrada de Finlandia en la OTAN. ¿Cree que se tendría que haber producido antes?Cuando era ministro de Exteriores en 2008 y mediamos en Tbilisi y Moscú -por la guerra en Georgía- di un discurso basado en tres puntos en el que explicaba por qué había que reabrir el debate de la entrada en la OTAN. Pero no era el momento adecuado. Creo que Finlandia podría haber entrado en la Alianza en 1995 o en 2008 o en 2014, pero tienes que ser realista cuando no tienes la mayoría. Somos una democracia, no una dictadura y no miro al pasado sino al futuro. Los finlandeses son una sociedad muy capaz de adaptarse a las circunstancias muy rápidamente; lo hicieron en 1917 con la independencia, en 1991 con la caída de la URSS y al final la entrada en la OTAN se ha dado en 2022 después del ataque de Putin sobre Ucrania.

¿Se ha convertido la seguridad nacional en un asunto clave para Finlandia?Siempre lo ha sido. Hay que entender que Finlandia tiene 1.340 kilómetros de frontera con un estado agresivo, imperialista y revisionista como es la Rusia de Putin: la seguridad por tanto es existencial. Siempre se ha intentado hacer un balance entre tener buenas relaciones con Rusia por un lado y por otro tener el mayor ejército de Europa, reservistas, servicio militar obligatoria o sistemas de Defensa sofisticados. Somos realistas sobre la seguridad y sobre Rusia. Esto no es nuevo para nosotros; estamos preparados.

En Finlandia somos realistas sobre la seguridad y sobre Rusia. Esto no es nuevo para nosotros; estamos preparados

¿Cree que la UE ha reaccionado bien a los tiempos que vivimos?Sí. Nunca he visto a una UE tan determinada, unida y rápida como desde que empezó la guerra. Y esto es porque tener un enemigo común nos une todavía más; claro que va a haber discrepancias, es lógico, pero parecía inimaginable lanzar el paquete de sanciones más importante, o convertir el Mecanismo Europeo para la Paz en un instrumento de financiar la guerra o enviar armas y munición a Ucrania de la forma en la que se está haciendo. Esto orgulloso como europeo de cómo se ha reaccionado ante los crímenes internacionales de la Rusia de Putin.

¿Y cómo puede Finlandia convertirse en un actor más relevante en la UE?Siempre lo hemos sido, creo. Desde que entramos, Finlandia siempre ha querido estar en el centro de la UE y además estamos en la periferia geográfica. Por eso por ejemplo nos sumamos al euro; fue una decisión económica, pero también política, igual que participamos en los asuntos de seguridad. Con la crisis económica de 2008 la situación fue complicada, pero desde el brexit y después con la pandemia y ahora con la guerra hemos vuelto a demostrar que somos muy proeuropeos, y lo demuestran los datos.

De la actual UE de la que hablamos, ¿qué cambiaría?Siempre tendríamos que volver a lo que es la base de la Unión Europea, que está basada en cuatro principios: paz, prosperidad, seguridad y estabilidad. Si pensamos en esos elementos, tenemos que pensar también cómo hacemos que la rueda siga girando y el proyecto sea aún más fuerte. Para mí, en este periodo particular para la integración europea, un objetivo importante es hacerse más fuerte en política exterior, donde tendría que imperar la mayoría -y no la unanimidad como hasta ahora-; también es importante la lucha contra el cambio climático; después, un sistema financiero y económico justo; y por último que todo el mundo se sienta seguro.

Y por último, ¿qué valoración hace del trabajo del nuevo Gobierno finlandés?Creo que le voy a decepcionar con mi respuesta. El presidente tiene que planificar la política exterior junto al Gobierno, junto a cualquier Gobierno. Y como ex primer ministro no hago valoraciones públicas sobre el papel del Ejecutivo porque sé lo difícil que es ese trabajo.

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