Entrevista

Eduardo Guerrero: "De pequeño bailaba en el estadio del Cádiz durante el descanso de los partidos; era mi momento"

  • El bailaor flamenco presenta su espectáculo 'Guerrero' en CondeDuque los días 11 y 12 de agosto, dentro de Veranos de la Villa.
  • Pasión Vega actuará como artista invitada, uniéndose a las cantaoras Pilar Sierra, Anabel Rivera y Samara Montañéz; y los guitarristas Javier Ibáñez y Benito Bernal.
Retrato del bailaor flamenco Eduardo Guerrero
Retrato del bailaor flamenco Eduardo Guerrero
Luis Malibrán
Retrato del bailaor flamenco Eduardo Guerrero

Eduardo Guerrero (Cádiz, 1983) es uno de los bailaores más carismáticos del momento, con su rostro picassiano de marcados rasgos coronado por un llamativo moño de samurai flamenco. Se presenta este fin de semana en Madrid para desplegar su baile acompasado con la voz de varias mujeres y así componer su particular concepto de lo femenino. Aquel que reúne a madre, amigas y amantes, las figuras que le han arropado a lo largo de su vida. Contrasta con su adusta imagen en el escenario, la dulzura en el trato y el habla, la soltura expresiva que se percibe en esta entrevista.

¿Cómo es el espectáculo Guerrero, que va a presentar en los Veranos de la Villa este fin de semana?Se estrenó en 2016, pero acabamos de cumplir el décimo aniversario de la compañía y estamos revisándolo para mostrarlo al público con artistas invitados, en esta ocasión con la colaboración de mi querida amiga Pasión Vega. Ella va a hacer varios cantes: zambra, nana, cuplés y otras canciones. Queríamos sacar esa amplitud que tiene ella. Conozco a Pasión desde hace mucho tiempo y colaboramos por primera vez cuando la invité a participar en mi espectáculo El Callejón de los pecados, donde cantaba esa zambra de nuestra querida Paquera de Jerez: Soleá de mis pesares. Luego yo bailé en uno de sus conciertos el tema El flamenquito que perdió sus botas.

Una imagen del espectáculo 'Guerrero' que protagoniza el bailaor Eduardo Guerrero
Una imagen del espectáculo 'Guerrero' que protagoniza el bailaor Eduardo Guerrero
Félix Vázquez

Es un homenaje a las mujeres que le han rodeado en su vida. ¿Qué baile le sugiere cada una de ellas?Realmente ninguna de las cantaoras del espectáculo representa un personaje concreto. Se utilizan para evocar las emociones que han aportado tanto a mi vida. Hay ratos en que una es una amiga y al rato se convierte en mi madre, porque hace una nana. Todas son parte de esas mujeres, un cachito de ellas, y ayudan a transitar por la obra con sus voces e interpretaciones.

Bailar en el Corral de la Morería, donde el vuelo de la bata de cola te despeina, no tiene nada que ver con hacerlo en un escenario como el Patio del Condeduque. ¿Cómo se adapta el repertorio a cada caso?Al final cada espacio tiene su encanto. El trabajo en un tablao es muy cercano. El público está prácticamente dentro del escenario y el sudor le puede caer al de la primera fila. El tablao permite compartir un derroche de energía con él. En este caso, el Condeduque no tiene nada que ver, porque despliegas piezas elaboradas como espectáculo, donde la emoción debe estar dentro de uno mismo, y se trabaja hacia la escena grupal y el personaje que estás interpretando. El artista no hace un llamamiento al aplauso del público, como en el tablao.

Toda su familia futbolera, del Cádiz CF, y usted va y sale bailaor. ¿Cómo fueron sus inicios en esto del flamenco?Es muy curioso porque en mi familia no tenemos a nadie que se dedique al arte, pero ir al estadio todos los domingos era encontrar el escenario donde yo me ponía a bailar. Entre el primer y el segundo tiempo, sonaba la música y ese era mi momento.

¿Bailaba en el campo durante el descanso de los partidos?¡Claro, me ponía a bailar por la grada! Me salía de modo innato, porque no tenía conocimiento de lo que era el flamenco, ni de por qué mi cuerpo me pedía bailar. Mi hermano estaba allí entrenando, mi tío era el utillero del Cádiz y mi padre trabajaba en el marcador, así que mi madre nos llevaba a la grada porque estaba la mitad de la familia en el estadio. Y llegaba mi momento en el descanso, cuando yo decía "ya no puedo estar más tiempo sentado y me voy a poner a bailar". Era muy gracioso.

Y su habitación llena de fotos de Joaquín Cortés y Antonio Canales.Joaquín y Antonio marcaron un momento importante y eran como el Madrid y el Barça. Yo admiraba mucho a Joaquín por su estética, por la transformación que estaba haciendo con la música, la iluminación... Era todo un show y yo decía ¡eso quiero ser yo! Por Antonio sentía la admiración de su arte, el duende que en cualquier momento te sorprendía con algo maravilloso y genial. Son cosas que se quedan para siempre.

Eduardo Guerrero en su espectáculo dedicado a la mujer, 'Guerrero'.
Eduardo Guerrero en su espectáculo dedicado a la mujer, 'Guerrero'.
Félix Vázquez

Luego vinieron otras influencias flamencas como la de Mario Maya.Claro, Joaquín Cortés y Antonio Canales eran los que conocíamos, los que hoy en día serían Messi y Cristiano, pero si te remontas en la historia te tienes que ir a Pelé, a ‘Mágico’ González o a Ronaldinho, futbolistas que eran la esencia. Cuando vi bailar por primera vez a Mario, me preguntaba cómo era posible que existiera eso, cómo un hombre podía hacer esos bailes o llevar de esa manera a Lorca a la escena. Al estudiar con él te das cuenta de que es un maestro y tiene la facilidad de explicar con claridad las cosas como son y apretarte al máximo hasta conseguir lo que necesita de ti. Yo sólo había aprendido en la escuela de baile que estaba debajo de casa de mi abuela y, hasta entonces, no tenía experiencia con grandes maestros, porque era muy difícil que llegaran a Cádiz. Él observaba la clase y sabía quién tenía potencial. Explicaba cosas que para él eran básicas, como hacer una 'deboulé' -giro continuo cambiando el peso de un pie a otro- o una diagonal, pero yo eso no lo había experimentado todavía. Mario sabía reconducirnos, como el que encuentra un pura sangre y tiene que domarlo. Son cosas que vas absorbiendo como una esponja y esa sabiduría la tienes que llevar siempre.

"Leer un poema de Lorca te hace bailar. Cualquiera de sus historias es danza porque cuenta cómo los personajes se distribuyen en la escena y de qué color van"

Dedicó el año pasado un espectáculo en Granada a Lorca. ¿Qué encuentra en él como inspiración?Leer un poema de Lorca te hace bailar. Cualquiera de sus historias ya es danza porque te está contando cómo los personajes se distribuyen en la escena, de qué color van. Lo especifica todo. Lorca genera muchas posibilidades a los artistas, pero es complicado encontrar personajes masculinos porque sus personajes más profundos son mujeres.

La originalidad del vestuario que luce llama mucho la atención. ¿Siempre le ha atraído un diseño cuidado y atrevido?Son cosas que van encajando por el tránsito de tu carrera. Joaquín Cortés lo hizo con Armani, y Canales con Francis Montesinos, porque la danza abarca muchas de las artes. Mi relación con los diseñadores empieza con Francis Montesinos, porque me vio bailar en el Festival de las Minas y me invitó a desfilar en la Fashion Week de Madrid. Yo le dije, "¡pero yo no soy un modelo!". Él quería ver cómo sus prendas se movían en un bailarín y le daban otra lectura. Luego hice otra colaboración con Adolfo Domínguez, después de la pandemia, y lo último fue con Palomo Spain. Me vio bailando en el Corral de la Morería y después me preguntó sobre el vestuario. Le conté que eran diseños míos, que luego yo llevo a un taller y le explico al modisto cómo quiero esa prenda. Cuando hice el espectáculo Origen, él quiso hacer el vestuario y ya tenía su lectura hecha para cada pieza. Para el taranto quería algo sobrio, de negro; para los tangos un pantalón muy amplio que pareciera una falda y le diera juego entre lo masculino y lo femenino.; y luego recuperar el traje de bailaor, de pantalón alto y chaquetilla de corto, pero con un toque actual.

El bailaor Eduardo Guerrero saludando en el Corral de la Morería
El bailaor Eduardo Guerrero saludando en el Corral de la Morería
Adolfo Ortega

C. Tangana monta un fiesta flamenca en su último espectáculo. Rosalía tiene un conocimiento profundo del flamenco y lo plasma en sus trabajos. ¿Cree que el baile flamenco puede penetrar del mismo modo en espectáculos de masas?Realmente ellos son conocedores del flamenco y recurren a la práctica del flamenco. Lo único que han construido sobre eso es una nueva capa, una lectura que introduce sonidos más electrónicos y músicas más actuales. Prácticas de videoclip mucho más urbanas, pero al final la base y la esencia del tema, si empiezas a quitar capas y capas, es el flamenco. Hay que saber cómo reubicar y posicionar ese formato, porque Rosalía pone como primera base de sus discos el flamenco y luego va haciendo una lectura para empatizar con el público. Al final, nosotros queremos que nos dejen esa libertad y que podamos seguir creciendo con una evolución, pero siempre desde el conocimiento y la verdad. Luego ya divagar hacia donde cada uno se sienta más cómodo.

Guitarristas como Tomatito tocan junto a músicos de jazz habitualmente, pero quizás el baile flamenco tiene más dificultad para encontrar figuras relevantes en el resto del mundo para bailar juntos, ¿lo ve así?Bueno, nosotros siempre estamos relacionados con bailarines. He trabajado con Eva Yerbabuena, que colaboraba con Patrick de Bana. También está Sidi Larbi o bailarines de claqué. La danza es muy difícil llevarla a cabo. No se vende a través de una radio que escucha todo el mundo, o como un producto que marcas un botón en la tele y te pones a ver espectáculos grabados. Lo maravilloso de la danza es que ocurre en un momento. La emoción y la respiración del bailarín nunca va a ser la misma. Esas fusiones están muy bien. La última vez que estuve en la India hicimos una colaboración con unos bailarines de allí. Había un traductor que intentaba hacer el puente entre ellos y nosotros, y yo al final terminé diciéndole al chico, "mira, tú salte de esto y déjanos a nosotros, porque no nos hacen falta las palabras". El diálogo es la danza y se establece a través del sonido y del cuerpo, que es nuestro lenguaje. Una vez que salió el traductor, todo fue super sencillo porque la danza india es muy cercana a la nuestra.

Además el flamenco perfectamente podría remontarse a La India como origen.Sí, en la métrica había muchas cosas que hasta nosotros mismos nos sorprendíamos, porque algún compás suyo lo identificábamos como nuestro: "eso va por tangos… eso por bulerías". La danza es universal.

Eduardo Guerrero en el espectáculo que podrá verse en Veranos de la Villa
Eduardo Guerrero en el espectáculo que podrá verse en Veranos de la Villa
Félix Vázquez

Las Redes Sociales tienen aspectos buenos, pero también conllevan la viralización de la chorrada. ¿No le parece injusto que detalles sin importancia, o incluso artistas de segunda fila, obtengan mucha más difusión que el trabajo bien hecho?Al final la vida está hecha de injusticias. Te puedes hacer viral de muchas maneras, pero los que trabajamos en esto y sabemos de arte, vemos que eso no va a existir en ningún tipo de programación que nos interese. A mí por lo menos. Alguien que se haga viral a través de una 'patá' por bulerías, si no eres un profesional de esto, no va a llegar a ningún sitio. No es competencia para tu trabajo.

"Es maravilloso contribuir con tu arte a que el flamenco siga vivo y sea auténtico, haciéndose desde la verdad"

José Menese decía que no le gustaban los bailaores que parecían hacer kárate. Hay veces en que el gran público puede valorar más unas patadas de kárate que el baile profundo y elegante. ¿cómo debe afrontar el artista esa circunstancia?Al final es el conocimiento del público, porque yo creo que la gente que viene a los Veranos de la Villa a disfrutar del espectáculo, por ejemplo, seguramente ya será conocedora de mi carrera y habrá visto algo que yo haya hecho. Hay muchos videos en internet y, aunque en un minuto no puedes valorar a un artista o formar un criterio, o te llama o no te llama. Luego hay público que puede ir por casualidad y enamorarse del flamenco a partir de ese momento. Eso es maravilloso, porque a través de tu arte contribuyes a que el flamenco siga vivo y sea auténtico. Digo auténtico no por más tradicional o menos, sino porque se hace desde la verdad.

Al final siempre es la lucha entre la ortodoxia y la heterodoxia, la tradición y la modernidad. ¿Cómo se maneja en ese equilibrio?Hay que evolucionar un poco y entender que el flamenco que se hacía antes no podemos hacerlo nosotros, porque no hemos vivido penurias ni hemos pasado hambre. Las letras de antes no podemos sentirlas igual ahora. Tenemos que hablar desde nuestro conocimiento para que sea real. Es más auténtico involucrarte en temas sociales que luego seas capaz de defender. Por ejemplo, me interesa mucho Mensajeros de la paz. Hice un donativo y creé una escenografía con ropa usada que la gente había entregado para los pobres. Sobraba esa ropa, porque lo que se necesitaba era dinero para comprar comida, así que dimos una segunda vida a esa ropa mostrándola en la escena. Hablábamos del consumismo y defendíamos una propuesta en escena. Lanzábamos un mensaje para que el público se preguntara por qué esa ropa estaba ahí arriba, o por qué el suelo se rasgaba y se iba partiendo. Había una montaña de tierra donde una mujer se subía a la cima y se empoderaba. Esos mensajes van construyendo un puzzle y conviertes a un público pasivo, en activo. No sólo consume la danza sino el mensaje, que es lo que nos compromete a los artistas. Somos cabeza de manifestaciones y tenemos la oportunidad de hacernos virales con mensajes de esa carga emocional.

El bailaor gaditano Eduardo Guerrero en una fotografía de estudio
El bailaor gaditano Eduardo Guerrero en una fotografía de estudio
Lucrecia Diaz

¿Nota que hay más aficionados jóvenes ahora?Claro, el flamenco está hecho para eso. Siempre con referentes que deben existir, pero hay artistas como Rosalía, C. Tangana, Kiki Morente o Israel Fernández, que atraen a otro tipo de público porque han sabido amplificar y dar ese altavoz para los jóvenes que también consumen. A lo mejor no es el flamenco tradicional, pero habrá una parte que se vaya a lo auténtico y empiece a escuchar; a conocer que el flamenco viene de hace no sé cuántos años; que existen las peñas y de ahí vaya a conciertos. Es un lazo que no termina. El que se enamora del flamenco, difícilmente se desenamora.

"No se trata de fusionar, sino de componer desde el flamenco y dialogar con las músicas actuales"

¿Israel Fernández y Kiki Morente son dos exponentes de esos nuevos cantaores?Sí, ellos ahora mismo hablan desde el conocimiento de haber escuchado eso en su casa, por ejemplo Kiki Morente, con su padre -Enrique Morente- como maestro o su hermana Estrella como referente. A Israel le pasa lo mismo. Es gente que ha convivido con la verdad del flamenco y ahora quieren dar su versión de sus vivencias, pero a través de una evolución. No es fusionar, no hay que confundirse, porque se compone desde el flamenco y luego vas dialogando con las músicas actuales. Cómo se acerca a un público más joven, qué se cuenta, por qué esos videos tan urbanos, por qué el fuego, los coches, las motos…. Es una generación que se mueve en esa dinámica. He trabajado con Kiki y su lectura no puede ser otra que el flamenco, pero no podemos hablar como el flamenco de antes. Si queremos evolucionar, como todo en la vida, es a través del cambio y es bonito porque es un crecimiento.

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