Un iceberg de 15.000 kilos ha aterrizado en Málaga hace apenas unos días tras recorrer más de 300 kilómetros. No ha llegado por casualidad, su presencia en la calle Larios de la ciudad andaluza pretende concienciar sobre el cambio climático. Su mensaje es claro: el Ártico se derrite y hay que salvarlo. 

El encargado de traer un iceberg a España ha sido la expedición 'Desafío Ártico. Operación Iceberg', en la que participa el aventurero malagueño Manuel Calvo y cinco adolescentes de entre 15 y 17 años que han superado un cáncer —Melanie, Julia, Nora, Alex y Edu—.

La expedición la han integrado también su hija Carmen, de 18 años, que es monitora; su hijo Manuel, de 23, que es guía oficial de montaña, y el director y el cámara del documental que se realizará de esta aventura, de 27 y 22 años, respectivamente.

El iceberg llegó a la Costa del Sol en un contenedor refrigerado desde Groenlandia con el objetivo de que la ciudadanía pueda contemplar en primera persona cómo se derrite para concienciar sobre el fenómeno del calentamiento global.

FUNDACIÓN DINGONATURA

Dos semanas en Groenlandia

Esta octava edición partió el pasado 12 de julio del aeropuerto de Málaga hacia Groenlandia (Dinamarca). Los participantes de esta expedición, que duró algo más de dos semanas, visitaron el glaciar de Qooqqut, que cuenta con un gran número de icebergs. También estuvieron en el glaciar de Qaleraliq, un campamento situado al sur de Groenlandia, considerado uno de los lugares más inhóspitos del mundo y al que únicamente se puede acceder en lancha.

La visita continuó en el pueblo de Narsaq, conocido por su inmensa llanura y las focas y ballenas que habitan en la zona, en la que también han podido ver zorros o liebres árticas. Además, han podido vivir de primera mano las consecuencias del cambio climático observando el retroceso de los glaciares y el deshielo. A esto se le suma que pudieron convivir con los inuit (conocidos como esquimales) para conocer sus tradiciones, testimonios y condiciones de vida.