Aumenta el número de carabelas portuguesas en el Cantábrico: los vientos y el cambio climático están detrás de este incremento

Carabela portuguesa.
Carabela portuguesa.
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Carabela portuguesa.

Desde que a principios de julio se diera la voz de alarma en Cantabria por la presencia de la peligrosa carabela portuguesa en sus playas, muchas otras provincias bañadas por el cantábrico han visto cómo esta especie llega cada vez más a la costa. Esto ha provocado múltiples picaduras en los bañistas. 

Desde País Vasco hasta Cantabria, pasando por Asturias o Galicia, las autoridades ya han alertado sobre su presencia. Como consecuencia, varias playas, como la de La Concha (Guipúzcoa) o la de Rodiles (Asturias), se han visto obligadas a izar la bandera roja.

Este organismo colonial es típico de "las aguas templadas del Océano Atlántico", especialmente en mar abierto aunque las corrientes solían arrastrar algún ejemplar a las playas, según ha confirmado a 20minutos Lourdes González, bióloga y subdirectora del Museo Marítimo del Cantábrico. Este año, no obstante, su presencia ha aumentado de forma considerable, lo que ha hecho saltar las alarmas entre las autoridades.   

El cambio climático las 'empuja' a la costa

La presencia de la Physalia Physalis es algo común durante los meses de verano, pues se trata de una especie estacional que en ocasiones puntuales se puede ver en las playas del Cantábrico. Sin embargo, en los últimos días su presencia entre los bañistas está siendo considerablemente mayor a la de otros años, pero ¿a qué se debe? Los expertos achacan esta 'invasión' a varios factores como los vientos o el calentamiento global.  

En las últimas semanas, los avistamientos de esta peligrosa especie están siendo mucho más de lo normal. Esto se debe a un conjunto de factores. En primer lugar, "los vientos" soplan más hacia el cantábrico, tal y como ha explicado a 20minutos Diego de Vallejo, divulgador medioambiental. 

Asimismo, también "es consecuencia del cambio climático". El aumento de la temperatura de las aguas ha provocado que "el escenario haya cambiado", según ha comentado a este medio Josep Mª Gili, profesor de Investigación del ICM-CSIC. 

Esta mayor calidez del mar provoca que este organismo, propio de mar abierto, "pueda llegar más fácilmente a la costa", una idea que también apoya Vallejo: "Con el calentamiento de las aguas están proliferando más colonias". Estos factores contribuyen a que las aguas atlánticas sean más calientes durante un periodo más prolongado, con 22ºC en Cantabria o 23ºC en el País Vasco actualmente. Por ende, estos episodios de arrastre hacia la costa son más frecuentes, y traen más ejemplares.

No obstante, no toda la culpa se puede achacar al cambio climático. A pesar de que es uno de los grandes culpables de diferentes cambios en el ecosistema marino, Gili insiste en que tampoco se puede usar como cortina "para tapar el impacto de la actividad del hombre" sobre el medio ambiente.  

La crisis ambiental es otro factor importante que también está relacionado con el aumento de esta especie. La pérdida de biodiversidad "con la eliminación de grandes depredadores" está "desequilibrando los sistemas naturales", detalla Gili. Esto ha dado lugar a que las especies que "depredaban sobre esta carabela hayan bajado su tendencia de población", como es el caso de las tortugas, peces lunes, babosas de mar o caracoles marinos, tal y como asegura González. 

Picaduras y tratamiento

Esta es una de las especies con "mayor virulencia en su picadura", según lo ha calificado Gili. Tiene unos tentáculos "muy largos" para atrapar a sus presas y que pueden medir hasta 30 metros. Estos contienen una gran cantidad de células "muy urticantes", con un veneno "muy potente", mayor al de la medusa. Habitualmente provoca algunos síntomas como picor intenso, irritación, sudoración o lagrimeo.

Sin embargo, en algunos casos en los que el afectado sufra problemas de salud más severos, la picadura de este organismo puede ser mortal. No obstante, estos "son muy inusuales". En el caso de ser picados por este tipo de organismo, hay que lavar la picadura con agua salada y aplicar frío para que el veneno se neutralice.

Prevención y recomendaciones

De cara a prevenir la picadura de la carabela portuguesa, Gili asegura que tiene una ventaja, pues "avisa, porque se puede ver fácilmente", ya que su vela gaseosa flota en el agua y tiene colores vivos. Otro de los aspectos fundamentales es "abusar de las cremas solares", pues llevando crema "la picadura será mucho menor". 

En el caso de ver una carabela, Gili sugiere no meterse en el agua bajo ningún concepto. De hecho, es recomendable no bañarse tampoco al día siguiente, pues "los tentáculos rotos quedan sueltos en el agua y pican por igual". Por ello hay que esperar al menos 24 horas para que estos dejen de tener efecto. 

Calentamiento de las aguas en el Mediterráneo

El "cambio de escenario" no solo está afectando al Cantábrico, sino que también es palpable en el Mediterráneo. El aumento de la temperatura del mar y su persistencia en el tiempo también está provocando que algunas medusas aparezcan antes de tiempo y tengan una presencia más prolongada. 

En el caso de la Rhizostoma pulmo, la medusa blanca común, esta cría durante los meses de invierno como "pequeños pólipos" en el fondo del mar en aguas poco profundas. De cara a los meses de primavera, estas se desarrollan durante mes y medio convirtiéndose en medusa adulta, típica "de los meses de julio y agosto".

El aumento de las temperaturas ha provocado que estas medusas "se reproduzcan antes", y se prolonguen en el tiempo hasta casi el mes de octubre, como ya ocurrió el pasado verano. Tanto es así, que hace diez años en el Mediterráneo solo había un ciclo de cría de esta medusa. Sin embargo, con el progresivo aumento de las temperaturas del mar, ya se pueden apreciar "como mínimo dos" ciclos de cría de esta especie. 

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