Iñaki Ortega Doctor en economía en la Universidad en internet UNIR y LLYC
OPINIÓN

No hemos terminado

Varias personas ejercen su derecho al voto este domingo en un colegio electoral de San Sebastián.
Varias personas ejercieron su derecho al voto el domingo en un colegio electoral de San Sebastián.
EFE
Varias personas ejercen su derecho al voto este domingo en un colegio electoral de San Sebastián.

Ya han pasado las elecciones. Pero en el cuerpo de algunos seguirán muy presentes. A los más de 180.000 españoles que estuvieron en las mesas electorales durante más de 12 horas les durará el cansancio unos días. A 4.892 candidatos que optaban a un puesto en el Senado o en el Congreso de los Diputados, el alegrón o el cabreo les acompañará unas horitas más. Unos miles de militantes acérrimos de la derecha y la izquierda –que los hay en ese número– se han levantado con una jaqueca que no se quitará tan rápido, porque los excesos de la noche electoral se pagan. Y los verdaderos protagonistas de las elecciones, Feijóo y Sánchez, saben que esto no ha hecho más que empezar. A ellos dos las votaciones de ayer les han marcado de por vida, pero saben que estos días todavía les toca tomar muchas decisiones.

Así es. Las elecciones no terminan hoy, aunque te vayas de vacaciones o ya no te pidan el voto desde la megafonía de una furgoneta. Por mucho que anoche te acostaste pensando que esta pesadilla de dos campañas electorales seguidas se había terminado, la política no se irá tan rápido de tu vida. Igual que los carteles electorales permanecen con las caras de los candidatos unos meses hasta que el viento se los lleve o un diligente ayuntamiento haga su trabajo, los políticos seguirán muy presentes en tu vida.

Por delante les toca tomar muchas decisiones para el futuro de España, pero también para el suyo personal y el de su partido. La democracia es así y hemos depositado en un puñado de personas la capacidad para ello, al mismo tiempo son los partidos la herramienta clave para soportar nuestro régimen constitucional.

Ahora es el tiempo de armar los pactos necesarios, nombrar un nuevo gobierno, elaborar un nuevo presupuesto y actuar. Sobre todo, actuar. Los problemas no esperan y nuestro país no puede perder tiempo en resacas postelectorales. En realidad, todo empieza ahora.

Ahora es el tiempo de armar los pactos necesarios, nombrar un nuevo gobierno, elaborar un nuevo presupuesto y actuar

La inflación de la cesta de la compra seguirá machacando la economía familiar, los tipos de interés continuarán haciendo la vida imposible al que tiene una hipoteca, la precariedad de sueldos y el desempleo de larga duración no se solucionarán por arte de magia. Mayores y jóvenes seguirán viendo cómo el mercado laboral se ha secado para ellos. La guerra en Ucrania traerá tensiones en los precios de la energía, pero también en otros bienes básicos; Europa seguirá exigiendo a España que deje de gastar sin límite y los peajes volverán a nuestro país y quién sabe si la ‘fiesta’ de los fondos europeos tocará a su fin. Violadores, okupas y otros delincuentes no dejarán las calles por mucho que ya haya finalizado el recuento de votos. Las tensiones territoriales abandonarán la tregua de estos meses porque los que las promueven saben que sin ellas están acabados. Los pequeños negocios abrirán la persiana, aunque sus agobios no han desaparecido; los enfermos continuarán en el mismo puesto de la lista de espera y España seguirá siendo un gran país, con no pocos problemas por delante.

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