Voto nulo, voto en blanco y abstención: ¿a quién beneficia cada uno?

Imagen de archivo de una persona votando en unas pasadas elecciones generales.
Imagen de archivo de una persona votando en unas pasadas elecciones generales.
EUROPA PRESS - Archivo
Imagen de archivo de una persona votando en unas pasadas elecciones generales.

Este domingo se están celebrando las elecciones generales en España para elegir a los miembros del Congreso y del Senado. Los colegios electorales han abierto sus puertas a las 09.00 horas en una jornada programada por el Gobierno de Sánchez tras los resultados de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Este adelanto electoral no fue bien recibido, ya que coincide con las vacaciones de verano.

En las últimas semanas, Correos ha recibido más de 2,6 millones de solicitudes de voto a distancia ante la imposibilidad de poder acudir presencialmente. Otros han preferido acercarse este domingo a las urnas a depositar sus papeletas. A menos de 24 horas del gran día, todavía hay algunos indecisos que no tienen claro a quién van a votar o directamente no se sienten identificados con ninguno de los partidos que se presentan.

Meter una de las papeletas en el sobre no es la única opción de voto que existe. Este domingo los votantes podrán participar a través del voto en blanco, el voto nulo o la abstención. Para ello, es importante saber diferenciar cada uno de ellos y cómo puede influir en los resultados finales de las elecciones generales.

Cuándo es el voto nulo en unas generales

El voto nulo es aquel que se produce cuando el elector emite un voto inválido o mal marcado. Este no se asigna a ningún candidato o partido y se considera un voto no válido. Esto ocurre cuando la papeleta o el sobre está roto, cuando se introducen otros elementos dentro del sobre o cuando se mete la papeleta en la urna sin el sobre. También se consideran nulos aquellos que se hayan introducido en sobres no oficiales.

En el caso de las personas que introduzcan dos o más papeletas de diferentes partidos políticos no se tendrá en cuenta el voto y se anulará. Sin embargo, cuando un elector mete dos papeletas del mismo partido sí será considerado valido.

En general, el voto nulo no beneficia directamente a ningún partido político, ya que no se cuenta en el recuento de votos para la distribución de escaños o cargos. Sin embargo, algunos ciudadanos lo utilizan para enviar un mensaje de protesta o descontento con las opciones disponibles o con el sistema político en general.

Voto en blanco en las elecciones generales

El voto en blanco es otra de las opciones a la que los electores se pueden acoger. En el caso del Congreso, se basa en introducir en la urna un sobre de votación vacío, sin ninguna papeleta. Para la votación en el senado, se considera en blanco aquel sobre con una papeleta en la que no se ha seleccionado ninguna candidatura.

Estos votos sí tienen repercusión electoral y se consideran válidos, por lo que se contabilizan en el escrutinio. En España, la fórmula para la asignación de escaños en un proceso electoral se rige por la conocida Ley D´Hondt. Esta normativa explica que para que una formación pueda tener representación tiene que superar el 3% de los votos válidos en las elecciones generales.

Basándose en esa premisa, el voto en blanco puede influir en el repartido de los escaños. Cuantos más sobres vacíos se depositen en las urnas, más votos van a necesitar los partidos más pequeños para lograr ese porcentaje mínimo exigido. En este caso, de alguna forma podría decirse que se beneficiarían los partidos más votados porque los pequeños se quedarían fuera del reparto de escaños en el caso de no llegar a ese 3%.

La abstención en las elecciones generales

La abstención ocurre cuando los ciudadanos no acuden a las urnas a depositar sus sobres y, por lo tanto, no emiten ningún voto. Esto no beneficia a ninguna formación política que se presente ni influye de ninguna manera en las elecciones.

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