Mejorar la imagen respecto a otros países, facilitar la relación con las empresas, fortalecer la accesibilidad para que todo el mundo pueda permitirse estudiar un grado o aumentar la financiación pública. Son algunos de los retos a los que se enfrentan las universidades españolas y que han sido resaltados este martes por varios expertos en una mesa redonda organizada por la Fundación CYD. 

Durante el acto ¿Qué opina la sociedad española sobre nuestras universidades?,  han puesto de relieve algunas conclusiones del Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad de las universidades, entre las cuales destaca la visión "crítica" de los jóvenes hacia un sistema que, consideran, no se ajusta del todo al mercado laboral, y al que no sienten especial vinculación. 

"Es importante reforzar todo aquello que es la vida del campus y la experiencia fuera de las aulas, añadir valor al factor presencial. Por tanto, que no sea una especie de ir a la universidad a oír al Fray Luis de León de turno a explicar lo de 'como decíamos ayer'", ha defendido el ministro de Universidades, Joan Subirats, al clausurar el evento. El camino a seguir, ha añadido, es el de "reforzar" la vida del campus "y la experiencia fuera de las aulas".

Igual de importante es, para Subirats, seguir insistiendo en la formación a lo largo de la vida. Es algo que el Gobierno ya ha impulsado con el plan de microcredenciales, formaciones breves con menos de 15 créditos enfocadas a la adquisición de competencias específicas. La idea, ha defendido, es que las universidades "no piensen solo en estudiantes de 18 a 29 años" sino también en las personas más mayores que, o quieren continuar formándose o en su momento no pudieron acceder a una educación superior. 

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Conciliación y accesibilidad

Las universidades españolas, ha señalado Alba Lirón, estudiante y vocal del Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado (CEUNE), no tienen en cuenta las circunstancias personales de los estudiantes que pueden ser determinantes en su rendimiento académico. Si trabajan y estudian a la vez, por ejemplo, pues el sistema de becas en la mayoría de ocasiones excluye a los alumnos que se matriculan a tiempo parcial. "Decimos que no se involucra el estudiantado, pero, ¿hasta qué punto puede?, ¿hay mecanismos necesarios para llegar conciliación real?", ha cuestionado. 

En esa línea, Lirón ha señalado como otro de los grandes retos la falta de accesibilidad: "No todo el mundo puede ir a la universidad. Se está quedando mucha gente fuera", ha aseverado, tras recordar que solo un 1% de todo el estudiantado universitario tiene algún tipo de discapacidad. 

Seguir el ritmo de los avances tecnológicos

Sobre esa desvinculación de los jóvenes con las universidades ha hablado también Rosauro Varo, presidente de GAT Inversiones y vicepresidente de Movistar Plus+, quien señala como una de las causas principales el "desacople" con las empresas. "Tenemos una tasa de desempleo juvenil realmente importantísima", ha subrayado, Varo, quien también insta a seguir el ritmo del avance de las tecnologías. "La sociedad, la tecnología, va a ritmos increíbles, y la universidad, sin perder la excelencia, debería poder aspirar a compasar esos tiempos". 

Ante ese "mundo en constante cambio", Antonio Iglesias, director general de Endeavor España, asegura que en todas las universidades debería haber una formación transversal en ética, filosofía y valores. "Nos vamos a enfrentar a cambios de paradigma social, y como seres humanos necesitamos estar preparados, independientemente de que seas ingeniero, matemático o abogado", ha defendido Iglesias. 

Respecto a la percepción desde otros países, la mitad de los encuestados por CYD sostuvo que España está en el mismo nivel, pero un 44% cree que el sistema universitario español no ejerce un especial liderazgo internacional. "Llama la atención que, si es todo tan bueno, ¿por qué tenemos un porcentaje tan bajo de internacionalización?", ha cuestionado Varo, al incidir en que menos del 3% de los alumnos provienen de otros países "y nos cuesta trabajo encontrar a profesores extranjeros". Datos que, a su juicio, "ponen de manifiesto que la percepción de fuera de nuestras universidades es, cuanto menos, mejorable".