Volvió hace medio año a la política y ha asumido dos campañas. ¿Qué balance hace de su decisión personal?Últimamente me lo planteo y me lo pregunto varias veces porque en lo personal no es un buen negocio. Me fui porque la política estaba en un momento en el que no me sentía útil. Y volví porque creía que podía ser útil. Más allá de las incomodidades personales, no me arrepiento de haber dado el paso porque el proyecto de Feijóo quiere cambiar la política en España que, en estos seis meses, me he dado cuenta de que es muy agresiva. 

En la última campaña, las listas de Bildu y lo robos de votos dominaron el debate. ¿Qué temas predominarán en la del 23-J?Las campañas electorales son como una montaña rusa. Pero hay un tema que sobrevuela todo: la idea de cambio. Nos jugamos o seguir cuatro años más como estos últimos cinco, con un Sánchez más debilitado y con menos capacidad de negociación y más capacidad de influencia de sus socios, o un cambio que aporte estabilidad.

Usted fue objetivo de ETA hace 20 años. ¿Cómo valora los pactos actuales de Sánchez con Bildu?De una manera general, en la sociedad española está aceptada la participación de Bildu en las instituciones porque así lo dijo el Tribunal Constitucional y lo permite nuestra Constitución. Pero otra muy diferente es que la sociedad acepte la influencia extraordinaria que Bildu ha tenido esta legislatura en la política española. Esto es uno de los elementos que explican que Pedro Sánchez vaya a perder las elecciones.

En la primera ronda de contactos con otros líderes [en 2022], Feijóo priorizó la reunión con Ortuzar sobre la de Abascal. ¿Cuál es la relación actual del PP con su antiguo socio, PNV, el partido que precipitó la caída de Rajoy en la moción de censura?Hasta donde yo sé, muy correcta. El PNV es el partido con mejor olfato para el cambio que existe en España y cuando ve venir el cambio se resitúa. Lo estamos viendo. Ortuzar lleva semanas criticando a Pedro Sánchez y alejándose.

Y con Abascal, ¿cuál es la relación?Puramente institucional.

¿Hay dos almas en Vox?Lo que pase dentro de Vox me interesa poco. Sí es cierto que hemos detectado que quien manda hoy en Vox son, entre los duros, los más duros.

Que son…No daré nombres porque no es mi estilo.

No le importará lo que pase en Vox, pero de alguna manera afecta a sus pactos.Bueno, nos importa porque queremos tener interlocuciones razonables y sensatas con todo el mundo. Y cuando tienes enfrente a alguien que no es ni razonable ni sensato con planteamientos descabellados, dificulta un diálogo. Independientemente de cuál sea la orientación ideológica que predomina en Vox a nosotros no nos condiciona nuestra posición política y esto es lo que tiene que saber Vox.

¿Es la influencia de ese ala más dura lo que explica el retraso de las formaciones de gobierno en Aragón o en Murcia?Son otros factores. Probablemente responden a la cerrazón de los dirigentes actuales de Vox, a una cierta soberbia que se ha instalado en los que mandan hoy en Vox y percibimos, también, que hay un alejamiento progresivo entre los dirigentes de Vox y su electorado. Nosotros nos dirigimos a sus votantes, sabemos que no todos son unos peligrosos radicales. Al contrario.

El CIS da la victoria al PP, pero da una suma de gobierno posible a la izquierda. ¿Qué dicen sus encuestas internas?Que vamos muy bien, que el resultado del 28-M fue un impulso. Hay encuestas que nos dan en torno a 150 escaños. Nuestro objetivo debería de ser superar los 160 diputados. Si alcanzamos ese objetivo, es la garantía de que habrá un gobierno sin ningún tipo de condicionantes.

¿Qué le recomienda a Feijóo en su ‘cara a cara’ de hoy con Sánchez?Le animaría a ser él en su máxima expresión: natural, normal y educado. Y, lo que me consta que va a hacer, que es explicar por qué hace falta un cambio en España. Los españoles necesitan un debate en el que no se hable tanto de problemas de políticos, sino de sus problemas. Y quien está en disposición de hacerlo es Feijóo.

El PP está jugando al desgaste del liderazgo de Sánchez. ¿Es un argumento de campaña o realmente cree que el viejo PSOE y los barones perdedores del 28-M pueden recuperar el partido?Lo que nos llega está muy relacionado con esto mismo. Hay mucha gente que está esperando que se vaya Sánchez para poder recuperar el PSOE. Al PP y a España le vendría bien tener una interlocución fluida, natural y normal con el PSOE, que es lo que ha negado Pedro Sánchez a la oposición a lo largo de estos últimos años, singularmente el último año. Desde que Feijóo es presidente, no ha habido posibilidad alguna de llegar a un entendimiento y no ha sido por falta de voluntad de Feijóo.

En 1999 fue primer teniente de alcalde en Irún gracias a un acuerdo de gobierno entre PP y PSOE. ¿Es una utopía pensar en una coalición de las dos grandes fuerzas?Sí, absolutamente. Pero tampoco hacen falta coaliciones, sino pactos de Estado. Queremos romper esta maldición bíblica que cae sobre la política española, en virtud de la cual los dos grandes partidos de ámbito nacional no pueden hablar y no pueden acordar nada. Hoy, a pesar de nuestra voluntad, ha sido imposible porque Sánchez ha preferido apoyarse y descansar la gobernabilidad en ERC, en Bildu y en Unidas Podemos.

Si el PP gobierna hará reformas de leyes como la de educación, la trans, memoria democrática... ¿Cree óptimo que los cambios de Gobierno reviertan al anterior?Eso es la alternancia política. Se pueden hacer reformas de aquello que no funciona bien, que no es lo mismo que entrar como un elefante en una cacharrería y segar la hierba. Tenemos claro qué parte de esas leyes se puede mantene y qué otras partes hay que mejorar. 

Llevan tiempo advirtiendo de que España es el segundo país en desempleo juvenil de la UE. ¿Cómo van a cambiar estos datos?Hay que reformar la ley Celaá para formar mejor a nuestros chicos y chicas. Y, sobre todo, hay que impulsar de una vez por todas algo que en España se habla mucho, pero nunca se termina de hacer: la Formación Profesional. Lo que en su día se consideró una formación menor, hoy es el gran futuro del mercado laboral en España. Hay que prestigiar las FP.

Usted trabaja en la regulación sobre el uso de redes para los menores con multas a tecnológicas. ¿Ha hablado ya con las empresas?Sí, pero no le hemos trasladado una propuesta concreta. Las empresas están también concienciadas, pero pasan los años y no se concreta en nada. Lo primero que vamos a hacer cuando lleguemos al Gobierno es convocar a un gran pacto social que implique a empresas tecnológicas, a familias, al sistema educativo y a las instituciones, en las que están los partidos políticos, para abordar esto con rigor y seriedad. Soy partidario de pensar en medidas que protejan a los menores de 14 años.

En el programa abordan las pensiones a grandes rasgos. Si ganan las elecciones, ¿se actualizarán conforme al IPC?El Gobierno ha comprometido su modelo con la UE hasta el año 2025, que deja abierta la posibilidad de que no se revaloricen las pensiones. Ese fue el motivo por el que nosotros votamos en contra. Este año se van a revalorizar porque lo acordamos nosotros y, de cara al 2025, convendría que el Pacto de Toledo analizara cómo revalorizar las pensiones. 

¿Cómo van a bajar impuestos y a la vez cumplir con la UE?Con una serie de medidas que pasen por aliviar la carga fiscal de las familias y dar seguridad jurídica a las empresas y, por otro lado, con una Administración pública más eficiente y creando puestos de trabajo. Así se llegará a cuadrar las cuentas.

Feijóo eliminará el mecanismo ibérico. ¿Tienen una alternativa que evite una posible subida de la electricidad cuando llegue el frío?La subida de la electricidad ya se está produciendo. Lo que se está es difiriendo el pago. Cuando miramos la factura eléctrica y vemos una cifra, no es una cifra real, lo vamos a tener que pagar a futuro. Esto es la excepción ibérica.