Rebajan la condena a un hombre que violó a su exmujer y la amenazó con enviarle un sicario al aplicar la ley del 'solo sí es sí'

Fachada del Tribunal Supremo.
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EP
Fachada del Tribunal Supremo.

El Tribunal Supremo ha rebajado de once años y un mes a nueve años y un mes de prisión la condena a un hombre por violar, golpear e insultar a su exmujer, pegar a uno de sus hijos cuando trató de defenderla y amenazar con enviar a un sicario para solucionar el régimen de visitas de los hijos tras el divorcio.

La Sala de lo Penal ha dictado una sentencia que rechaza el recurso del condenado contra la resolución de la Audiencia de Cádiz que le consideró culpable de agresión sexual, dos delitos de violencia sobre la mujer, un delito de violencia doméstica y un delito continuado de amenazas leves.

El alto tribunal sí que le rebaja dos años la pena por el delito de agresión sexual, de nueve a siete años de prisión, al aplicar la ley del 'solo sí es sí' por ser más beneficiosa para el condenado la nueva horquilla de penas que fija la legislación para este delito.

La sentencia cuenta que el hombre mantuvo una relación de 27 años con la mujer, 11 de ellos casados, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio se divorció en 2012 de mutuo acuerdo, dejando por escrito que ella y los hijos continuarían viviendo en el domicilio familiar hasta marzo de 2013, aunque lo pagara el esposo.

Este, desde 2008, se encontraba trabajando en Venezuela, de donde regresaba cada uno o dos meses unos días al domicilio familiar, lo que continuó haciendo durante la tramitación del divorcio y después, si bien ya no compartían el dormitorio conyugal desde hacía tiempo.

Mientras estaban casados, consta acreditado que en 2005, el condenado fue a buscar a su mujer a Cádiz a un local para obligarla a ir a casa, donde la violó, unos hechos que ella denunció ocho años más tarde.

Ya divorciados, el 9 de enero de 2013, con la familia al completo en casa cenando en la mesa, "el hombre empezó a susurrarle a la mujer que era una puta y una zorra", lo que llegó a ser escuchado por uno de sus hijos, quien se levantó de la mesa y cuando se marchaba le espetó a su padre "desgraciado".

La reacción del padre fue levantarse rápidamente, ir hacia su hijo al que alcanzó a pocos metros, propinándole un fuerte empujón que lo desplazó contra la pared y cogiéndolo con ambas manos por el cuello, presionando. Desistió ante los lloros de su hija menor y los intentos de la otra de apartarlo.

Tras este episodio, en septiembre y octubre de 2013, el condenado llamó a su exesposa a quien le preguntó: "¿Tú qué quieres, que contrate un sicario y te lo mande?", aduciendo lo barato que son estos servicios en Venezuela y como medio de solucionar el régimen de visitas con sus hijos. Esto causó "temor y angustia" a la mujer que terminó colgándole el teléfono.

La sentencia explica que la mujer estaba dispuesta a olvidar todo lo que había padecido, hasta que su exmarido rebasó una línea roja que no podía tolerar cuando por primera vez agredió de manera física a uno de sus hijos, de manera violenta y en presencia de los demás.

Fue en ese momento, y por ese motivo, cuando interpuso la denuncia y añadió todos los hechos anteriores, lo que a juicio del Supremo "resulta plenamente razonable, y aparece expresamente razonada, acerca del motivo por el cual se demoró tanto tiempo en denunciar" la violación de 2005, que el acusado "atribuye a una mera fabulación de su expareja".

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