Fin de curso, vacaciones y pistoletazo de salida a las largas jornadas de verano. Comienzan los días donde las agujas del reloj giran aún más lentas, días en los que parece que hay tiempo para todo y, a la vez, para nada.
Os confieso que estos días en la consulta están siendo un auténtico caos. Pacientes que van y vienen. Y en el aire, preguntas repetidas: ¿Qué debo hacer con mi hijo estas vacaciones? ¿Debe continuar la terapia? o por el contrario ¿Debe descansar y retomar en septiembre?
Reconozco que cuando hablamos de Trastornos del Neurodesarrollo, discapacidad, o cualquier otro tipo de patología que limite la vida del paciente a nivel personal, familiar y/o social no existe una respuesta unánime a este tipo de cuestiones. Todo depende. Y aunque si bien es cierto que me gustaría contestar un sí rotundo a todas estas cuestiones, todo dependerá de cada caso en particular.
Por ello, antes de responder de manera cuasi-automática a estas preguntas, deberíamos tener presentes varias premisas: el paciente, sus avances, el contexto y el tipo de intervención recibida.
Cada paciente es único. No hay dos iguales. Suena a tópico, pero es cierto. Por ello, es completamente lícito que la decisión que se tome con uno no sea válida para otro. Por ello, en la medida de lo posible, deben evitarse las comparaciones entre estos.
Los avances logrados durante el año será otra variable que marcará en qué punto nos encontramos. Si durante el periodo escolar hemos logrado nuestros objetivos terapéuticos, podemos aprovechar el verano para descansar y renovar energías.
El contexto, es una variable indispensable a la hora de llevar a cabo este tipo de decisiones. Debemos tener presente si nos encontramos ante un contexto facilitador o, si por el contrario, nos encontramos ante un contexto obstaculizador.
La intervención recibida también será otra variable que determinará qué hacer con la terapia durante el periodo estival. Como sabemos, cada vez más se realizan intervenciones de manera telemática. No obstante, en todos los casos no es posible. Por lo tanto, si la familia se encuentra de vacaciones y no puede acudir de forma presencial al centro esto limitará que el paciente pueda continuar con la intervención.
En definitiva, si como padre o madre te encuentras en esta situación. Lo mejor es que te dejes aconsejar por tu profesional de referencia. Profesional que te guiará y te aconsejará según tu situación particular.
Recuerda que la terapia no es una actividad extraescolar y en todos los casos no acaba al finalizar el curso.
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