Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

La caja de Pandora del ridículo político

La sombra de las elecciones es alargada.
La sombra de las elecciones es alargada.
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La sombra de las elecciones es alargada.

Paciencia, hermanos. Ya falta menos para que llegue el día 23 de julio y se termine esta tortura. Tened templanza, la espada de Damocles del sorteo de la mesa electoral está sobre nuestras cabezas. Hay quien ha calculado la probabilidad de que le toque estar en una mesa y es un 1,7%, aunque hay un 0,6% de que sea como presidente o vocal. Es una probabilidad alta si comparamos con la de que te caiga un rayo -una entre tres millones- o la de que te toque el Euromillón, una entre setenta y cinco millones.

He escrito lo de Damocles porque viene a cuento de lo que estamos viviendo. En los tiempos de Dionisio el Viejo, en el siglo IV a.C., el tirano de Siracusa tuvo que ausentarse y designó a Damocles como sustituto durante un festín. Sin embargo, dispuso que sobre su cabeza se colocara una espada afilada colgada de un pelo de caballo. El tirano quería mostrar a Damocles lo frágil que es el poder.

Han cambiado mucho las cosas. Sobre la cabeza del político contemporáneo sobrevuela, en lugar de una espada afilada, una bandada de pájaros ruidosos. Por desgracia, los representantes del pueblo solo se preocupan de dar la cara y acercarse a la gente y, sobre todo, a los que no piensan como ellos, cuando se aproximan las elecciones. El momento que nos ocupa es especialmente sangrante porque venimos de las municipales y autonómicas y ya estamos un poco saturados.

Después de no haber salido casi de sus palacios y de no haber concedido entrevistas más que a los medios afines, ahora algunos líderes parecen autores de libros en promoción.

Lo cierto es que no se puede dar más pena. Después de no haber salido casi de sus palacios y de no haber concedido entrevistas más que a los medios afines, ahora algunos líderes parecen autores de libros en promoción explicando cómo surge la idea de su libro en programas y entrevistas. El presidente ha abierto la caja de Pandora. Sánchez, que defiende su corona, empezó con Alsina un combate interesante en el que supo hablar y defenderse, pero después ha caído en el ridículo del Intermedio en el que ha dejado algunos momentos vergonzosos y en esa suerte de entrevistas a subordinados que hace en Ferraz y que parecen una broma de mal gusto.

La playa en Madrid de Borja Sémper ha sido también una gracieta de poco recorrido con un eslogan peligroso y revenido. La loneta de Vox, Irene Montero pinchando la Ramona pechugona con el móvil, el anuncio de Canal Red, Yolanda Díaz prometiendo a unos el dinero de otros y viceversa y las voces de algunas momias socialistas que hablan desde el más allá para no decir nada son como un festival de fin de curso que no termina nunca. Menos mal que después de julio viene agosto, ese paréntesis atómico de molicie y tumbona. 

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