Mazen, una de las víctimas de la tragedia de la valla de Melilla: "Echo de menos a mi mejor amigo, estoy seguro de que está muerto"

Captura de un vídeo del salto a la valla en Melilla.
Captura de un vídeo del salto a la valla en Melilla el 24 de junio de 2022.
Captura de un vídeo del salto a la valla en Melilla.

Cuando se cumple un año de la tragedia de la valla de Melilla en la que 2.000 personas, en su mayoría de origen sudanés, trataron de cruzar la frontera entre España y Marruecos por el puesto fronterizo de Barrio Chino, Amnistía Internacional ha elaborado un informe en el que denuncia que las muertes, fijadas en 37, pudieron superar el centenar, que las familias se sienten desamparadas en la búsqueda de los 80 desaparecidos y que la frontera permanece blindada contra el asilo.

El informe, que se presenta este viernes, recoge testimonios de dos supervivientes de la tragedia, migrantes como Mazen o Tariq, ambos sudaneses, uno en París (Francia) y otro en Casablanca (Marruecos). 

Mazen explica a la organización de defensa de los derechos humanos que un año después continúa esperando que alguien le diga dónde está su mejor amigo, al que vio por última vez el 24 de junio de 2022 en la valla de la ciudad autónoma. "Echo de menos a mi mejor amigo. No está allí. Estoy seguro de que está muerto. Si estuviera vivo me llamaría".

La investigación de Amnistía sugiere además que "la masacre de Melilla podría haberse cobrado más de cien vidas", en base a testimonios de supervivientes como el de Mazen y otras familias sudanesas. Otra ONG ya identificó al menos una muerte en España.

Aquel 24 de junio, además, la Policía Nacional devolvió a 470 personas "de forma sumaria y sin garantías" a Marruecos, tal y como acredita una investigación del Defensor del Pueblo. Allí sigue, en Casablanca, con varios de ellos, Tariq. "Seguimos buscando a los desaparecidos y el Gobierno no hace nada. No han investigado nada", asegura. "No pienso volver a Sudán. Sobre todo con la guerra actual", ha revelado.

Vídeo denuncia de Amnistía Internacional.

Según Amnistía Internacional, Marruecos trasladó en autobuses a zonas remotas de su país a unas 500 personas donde las dejaron abandonadas, sin atención médica y despojadas de sus pocas posesiones. 

La ONG lamenta que ninguno de los dos países abriera una investigación y que la Fiscalía española decidiera el archivo de la causa en diciembre de 2022 por no ver delito. "No se ha abierto ninguna investigación adecuada sobre las denuncias de crímenes de derecho internacional que se cometieron a ambos lados de la frontera", señala el informe que cifra en alrededor de 80 los desaparecidos un año después.

La frontera, blindada

Amnistía también denuncia en su informe el cierre de la frontera y las dificultades de solicitar asilo. "No hay manera real que permita que personas que huyen de violaciones de los derechos humanos puedan pedir protección internacional en el puesto de Melilla", han denunciado. Según sus datos, durante 2023 solo se han producido 60 entradas de migrantes por la ciudad. 

Desde junio de 2022 hasta junio de 2023 no se ha registrado ninguna solicitud de asilo en la oficina de Beni Anzar. A juicio de Amnistía, la imposibilidad de cruzar la frontera entre España y Marruecos es "otra muestra más de un control migratorio basado en un racismo institucionalizado".

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