La reforma del mercado eléctrico de la UE queda bajo tutela de la incierta Presidencia española tras fracasar el pacto este lunes

Teresa Ribera, próxima presidenta del Consejo de Energía, junto al antecesor de Suecia, el ministro checo Jozef Síkela, este lunes en Luxemburgo
Teresa Ribera, próxima presidenta del Consejo de Energía, junto al antecesor de Suecia, el ministro checo Jozef Síkela, este lunes en Luxemburgo
EFE/Frederic Sierakow
Teresa Ribera, próxima presidenta del Consejo de Energía, junto al antecesor de Suecia, el ministro checo Jozef Síkela, este lunes en Luxemburgo

Las negociaciones entre los Veintisiete para reformar el mercado europeo de la electricidad, con el fin de conseguir precios más estables y basados particularmente en la producción renovable, se han encallado este lunes, cuando los ministros europeos de Energía no han sido capaces todavía de consensuar una posición común con la que negociar con el Parlamento Europeo. Se trataba del último Consejo de Energía formal de la Presidencia sueca de la UE que terminará el 30 de junio. Un día después, el 1 de julio, España tomará el relevo, tres semanas antes de las elecciones del 23 de julio en las que podría cambiar el Gobierno. Sea cual sea, este deberá liderar la negociación entre los Estados miembros sobre uno de los asuntos  más importantes que tiene sobre la mesa la UE antes de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024. En este contexto, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, tiene intención de adelantar a julio una reunión formal -y extraordinaria- para intentar llegar a una posición común de los Veintisiete antes de los comicios.

Fuentes diplomáticas han confirmado que ha terminado sin acuerdo la reunión en la que tanto de la Presidencia sueca de la UE como los ministros tenían intención de consensuar una posición común del Consejo -los gobiernos europeos- para negociar la reforma del mercado de la electricidad con la Eurocámara, que se espera que termine de cerrar definitivamente su postura en el Pleno de septiembre. Sin embargo, ya en un primer debate a primera hora de la mañana se ha constatado que las posiciones estaban muy distanciadas  y al final de la jornada ha quedado demostrado que la negociación sobre un punto que Ribera ha calificado de "complicado, denso y tenso" no ha llegado a buen puerto.

Tras esa primera ronda de puntos de vista, la ministra sueca ha llamado a un receso con intención de continuar el debate durante la tarde. Pero los ministros ya no han vuelto a tratar este punto sobre el que a media tarde ha habido una propuesta de Alemania, secundada por la Comisión Europea, que Francia ha rechazado.

Tanto la Comisión Europea, como el Parlamento, como buena parte de los Estados miembros creen esencial cerrar la reforma del mercado de la electricidad de la UE antes de que las elecciones en la Eurocámara previsiblemente refuercen los partidos de ultraderecha en Europa, con posiciones nacionales y contrarias a la integración como la que ya, en minoría, hace gala la Hungría del euroescéptico Víktor Orban, que este lunes ha cuestionado la reforma desde la raíz. Y para alcanzar un acuerdo antes de que eso ocurra, el plan óptimo para Bruselas es que se hubiera alcanzado una posición común del Consejo bajo Presidencia de Suecia para continuar y culminar la reforma bajo Presidencia española -de junio a diciembre-, dado que la siguiente, la de Bélgica, tendrá demasiado cerca las elecciones europeas.

Con el fracaso de este lunes, este plan se frustra y torna especialmente incierto teniendo en cuenta que las elecciones generales del 23-J podrían suponer un parón -cuando no un eventual cambio de prioridades- en una Presidencia española en la que Bruselas tenía puestas muchas esperanzas. "Tenemos prisa por llegar a un acuerdo", ha advertido la comisaria de Energía, Kadri Simson, en una rueda de prensa en la que ha afirmado que hay "voluntad de llegar a un acuerdo", que ha habido movimientos pero que "todavía no estamos ahí".

"La Presidencia ha decidido enviar este debate al Coreper [a los embajadores] y ojala se llegue a un acuerdo en los próximos 10 días para que pueda haber una orientación general todavía en Presidencia sueca. Si no, la Presidencia española trabajará intensamente para que el acuerdo pueda alcanzarse cuanto antes", ha indicado después Ribera.

Como muestra de que la reunión de este lunes tenía un sabor de transición, Ribera ha expuesto a sus colegas las prioridades de la Presidencia española y nada más empezar su colega checo y presidente del Consejo de Energía durante la azarosa segunda mitad del año pasado, Josef Síkela, se ha dirigido a Ribera para desearle suerte en una tarea que no está claro que pueda culminar. "Teresa, mucha suerte a la hora de defender la posición del Consejo en la negociación con el Parlamento Europeo", le ha dicho un ministro que el año pasado convirtió en mantra su frase "convocaré tantos Consejos de Energía como sean necesarios". Los embajadores europeos en Bruselas intentarán antes de que termine junio avanzar en el acuerdo pero ya todas las miradas apuntan a la Presidencia española. Ribera emulará a Síkela con un Consejo extraordinario de Energía en julio. El calendario de la Presidencia española preveía una reunión informal en Valladolid el 10, 11 y 12 de ese mes.

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Escollo nuclear francés 

Aunque había varios, el principal escollo ha sido la intención de Francia de que el nuevo mercado eléctrico incluya subvenciones para sus centrales nucleares, mediante su inclusión -y de otras instalaciones ya existentes- en el esquema de ayuda previsto en los llamados Contratos por Diferencias (CfD), una herramienta similar a una subasta regulada, alternativa a los contratos privados entre productores de electricidad y operadores (PPA).

Alemania, junto con España, Bélgica, Grecia, Portugal o Luxemburgo rechazan de plano que la reforma incentive la energía nuclear de la misma manera que las energías renovables y que suponga un "cheque en blanco", que el ministro luxemburgués ha valorado en 120.000 millones para la empresa que explota las centrales nucleares en Francia, que es el Estado. 

Por su parte, la ministra francesa de Transición Ecológica,  Agnès Pannier-Runacher, ha creado frente con la alianza pronuclear y ha advertido de que es "inaceptable" que las instalaciones ya existentes de generación de electricidad, entre ellas las centrales nucleares, queden fuera de los esquemas de ayudas previstos para los CfD. "No tendría sentido limitar los CfD en las inversiones porque si una parte de la inversión se coloca en el marco de los CdF, habrá muchos que no podrán captar inversiones", ha dicho antes de rechazar la última propuesta.

"Es demasiado temprano para intentar decir con más precisión" como quedará esta cuestión, ha dicho la presidenta del Consejo, la ministra sueca Ebba Busch, que ha pedido que los Estados miembros que "no excluyan la producción [eléctrica] de los otros". Desde una posición muy distinta, Ribera ha resumido que "hay que considerara que por las razones 'X', unos estado creen que el impulso a las renovables debe ser compatible con el crecimiento de la energía nuclear y otros no".

También en relación con los Contratos por Diferencias, el modelo "bidireccional" que prevé la reforma consiste en que estos contratos de compra de electricidad a largo plazo no se hagan a un precio fijo, sino una horquilla de precios de la que podría resultar beneficios que los Veintisiete ahora discuten de qué manera redistribuir. España es uno de los países que apuesta por que sea entre los consumidores finales, mientras otros países como Alemania, Países Bajos o los Bálticos poden "flexibilidad" para que estos eventuales beneficios a la inversión o a las propias arcas públicas.

Carbón polaco

También queda por determinar cómo quedará la reclamación de Polonia de que la producción de electricidad con carbón quede reforzada con su inclusión en los mercados de capacidad, alternativos a la producción de electricidad, como un seguro por si hay que recurrir a ellas y entre las que Ribera querría arrinconar el gas o la nuclear.

Polonia quiere incluir el carbón, lo que ha puesto en guardia a  países como España o Alemania por si se comprometen así los objetivos europeos de reducción de CO2. "Es importante encontrar una solución que dé confort a Polonia y también mantener sin margen de error que la intensidad del CO2 en el uso de las centrales térmicas debe ser respetado", ha dicho Ribera sobre una cuestión que ha llevado a clausurarlas en España y quien si los embajadores no cierran un acuerdo antes de final de junio  -"difícil", ha dicho- dirigirá las negociaciones, al menos hasta después de las elecciones.

Tope a los beneficios extraordinarios

Por otra parte y aunque todavía no hay un acuerdo firme, en el Consejo de Energía de este lunes parece haberse despejado la vía que podría llevar a extender más allá del 31 de diciembre la medida excepcional que el año pasado limitó en la UE los beneficios extraordinarios de las energías renovables. 

España ha insistido en ello de forma minoritaria pero fuentes diplomáticas apuntan a que habría un acuerdo no demasiado general para que se extienda más allá de esa fecha, quizá hasta julio de 2024. La comisaria Simson se ha limitado que este instrumento está en revisión, como otras medidas extraordinarias tomadas en la crisis energética, y Bruselas pide suprimir ya.

Ribera ha admitido que no hay acuerdo aún. "¿Está abierto que se extienda? Sí. ¿Está cerrado el acuerdo? No", ha dicho en rueda de prensa.

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