El mercado inmobiliario también se ha visto afectado directamente por el alza inflacionista y el aumento de los tipos de interés oficiales por parte del Banco Central Europeo (BCE) para contener la inflación por debajo del 2%. 

Cada vez es más complicado acceder a un préstamo para la compra de una vivienda debido al endurecimiento de las condiciones, mientras que los hipotecados a tipo variable han visto como sus cuotas mensuales han ido aumentando de manera progresiva en los últimos meses.

¿Y el precio de la vivienda? ¿Cómo influirá el desajuste entre la oferta y la demanda? Como detalla el Banco de España, pese al encarecimiento del crédito, el precio de la vivienda seguirá mostrando una resistencia a la baja mayor que las variables de cantidades del mercado residencial (como las compraventas o los visados).

Por qué seguirá con resistencia a la baja

Esto se debe, principalmente, a la escasez de pisos de obra nueva, al encarecimiento de la materia prima y los materiales de construcción y a la favorable situación patrimonial de los agentes de este mercado, recoge el Banco de España en el último informe sobre 'El desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda, y su relación con los precios'.

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El análisis del Banco de España recoge la evolución de la oferta y demanda, así como los precios, desde la pandemia del coronavirus para comprender cómo ha sido su impacto. Así, la institución reconoce que "la demanda de vivienda en propiedad se ha recuperado, a escala nacional, con mayor intensidad que la oferta, más rígida a corto plazo, lo que se ha traducido en un cierto desajuste entre ambas y en presiones alcistas sobre los precios".

¿Y qué pasará ahora en un contexto marcado por la elevada inflación? "El actual episodio inflacionista y el consiguiente endurecimiento de la política monetaria y, por ende, de las condiciones de financiación están afectando negativamente al dinamismo del mercado de la vivienda", indican. 

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No obstante, hay diversos factores que mitigan la incidencia de este contexto. Por un lado, "los compradores actuales son, en general, hogares de rentas medias y altas, de mediana edad, con un patrimonio preexistente de cierta entidad". Asimismo, estos hogares "no se encuentran entre aquellos cuyo poder adquisitivo de sus rentas se ha visto afectado en mayor medida por el aumento de la inflación".