• Ofrecido por:

La necesidad del ocio para jóvenes con discapacidad intelectual: "Muchos llegan sin haber salido nunca con amigos"

  • La Fundación Esfera organiza salidas para ellos, "muchos no tienen con quién salir y se encuentran muy solos".
Un grupo de jóvenes de la Fundación Esfera durante una de sus salidas.
Un grupo de jóvenes de la Fundación Esfera durante una de sus salidas.
Cedida
Un grupo de jóvenes de la Fundación Esfera durante una de sus salidas.

El ocio no debería ser un lujo, sino un derecho, también para las personas con discapacidad intelectual. Cuando, además, se trata de jóvenes y adolescentes, etapas de la vida en las que necesitan de un grupo de amigos con el que compartir tiempo, experiencias e incluso confidencias, este tiempo de expansión se hace todavía más necesario.

Para cubrir esta necesidad nació el Club de Ocio de la Fundación Esfera, una entidad situada en la localidad madrileña de Leganés destinada a atender las necesidades de personas con discapacidad intelectual con distintas necesidades de apoyo. El club, que contaba en sus inicios con apenas cuatro personas, ya lo forman decenas y han tenido que dividirlos por franjas de edad.

Este tipo de grupos tiene como principal objetivo que los participantes disfruten, pero, sin tener una finalidad terapéutico, les ayuda en varios aspectos, como nos explica Lucía, la coordinadora de ocio de la fundación, "a nivel social les beneficia mucho. Yo siempre cuento que cuando empezamos con la actividad, casi ni hablaban entre ellos, y poco a poco se ha ido creando entre ellos un vínculo"

De no tener nada a poder tener amigos de su misma edad, para ellos es mucho, lo necesitan

El grupo está bastante consolidado y cuando entra alguien nuevo, "lo reciben y acogen muy bien, están empezando a celebrar cumpleaños juntos… De no tener nada a poder tener amigos de su misma edad, para ellos es mucho. Muchos llegan al grupo sin haber salido nunca con amigos y lo necesitan".

Estos beneficios, sobre todo en lo que se refiere a la mejora de las habilidades sociales, son especialmente notables en el grupo de adolescentes, cuya edad oscila entre los 12 y los 21, "fuera de la discapacidad, ya es una edad de muchos cambios, mucho aprendizaje… así que en la discapacidad mucho más, pues tienen que aprender lo propio por la edad más los retos que les supone su propia discapacidad", cuenta Lucía.

Habilidades sociales y mucho más

Abel Romero, que ahora tiene 12 años, se apuntó al club el año pasado, uno antes de la edad establecida, porque se aburría mucho en casa. Tiene autismo y, como nos explica su madre, Elena Aranda, le cuesta mucho hacer amigos fuera del colegio, a pesar de que él lo está deseando, "va a un aula TEA, y como en este barrio no hay colegios con aula, no tiene amigos aquí. En el colegio va muy bien, va un colegio ordinario, los niños juegan con él, está muy integrado… pero socialmente los chicos de su colegio, neurotípicos, tienen distintos intereses y fuera del colegio no quedan con él", se lamenta Elena, "la tristeza de esto es que son chicos que, aunque podrían, no tienen con quién salir y muchos se encuentran muy solos, tanto los niños como los padres".

Desde que empezó en el club de ocio, tanto su madre como él aseguran que está mucho más feliz, "estoy muy contento, tengo muchos amigos. Antes no tenía ningún amigo en el barrio", asegura Abel, al que le gustan, sobre todo, las actividades relacionadas con la cultura y con aprender, pero también para pasarlo bien sin más, "vamos a museos, a la bolera, a merendar, carreras, a la casa de campo…", dice emocionado.

Estoy muy contento, tengo muchos amigos. Antes no tenía ningún amigo en el barrio

En el club organizan cuatro salidas al mes, una a la semana, siempre teniendo en cuenta las preferencias y sugerencias de las familias, y pueden ser viernes por la tarde, sábado o domingo, "él se quiere apuntar a todas", asegura Elena, "cada vez que sale la programación me hace imprimírsela y se la enseña a todo el mundo. Y eso le sirve para contarlo en el colegio, comunicarse…", cuenta.

Además de a mejorar las habilidades sociales y contribuir a su bienestar emocional, fruto de compartir tiempo con otros jóvenes de su misma edad, con inquietudes y gustos similares, los grupos de ocio para jóvenes con discapacidad son muy útiles para trabajar otras habilidades relacionadas con la autonomía, "en podemos trabajar el tema del transporte público, el dinero, las habilidades sociales… Por ejemplo, si vamos a un restaurante, trabajamos que sean capaces de pedirles al camarero lo que quieren, de pedir la cuenta, pagar… Si no te trabaja esto, al final se acostumbran a que sea otra persona la que lo haga por ellos", comenta Lucía. En los grupos, formados por un máximo de 10-12 personas, siempre llevan personas de apoyo con formación para ello. De hecho, uno de los monitores es también el profesor de deporte de Abel, así que todo queda en casa.

Fomentar la ayuda mutua

Los grupos de los clubes de ocio de la Fundación Esfera, al igual que las personas a las que ayudan en la entidad, son muy heterogéneos y diversos. El objetivo de mezclar personas con distintas necesidades y capacidades es, sobre todo, fomentar la ayuda mutua, "la idea es que los chicos que están mejor, que tengan más autonomía, ayuden a los que tienen menos. Por ejemplo, Abel, que siempre ha ido en transporte público y esa parte la tiene muy controlada, ayuda a los demás a sacar los billetes, a usar el transporte público... La idea es que empaticen con los que necesitan más ayuda, como les pedimos a las personas sin discapacidad que hagan con ellos… Y es muy bonito porque, a su nivel, todos se relacionan, hacen piña y se lo pasan muy bien".

Un grupo de adolescentes del Club de ocio durante una de sus salidas a Madrid.
Un grupo de adolescentes del Club de ocio durante una de sus salidas a Madrid.
Cedida

Sergio Huertas, un joven participante del Club de ocio, también en otro usuario al que le encanta ayudar. Él trabaja, pero dedica sus horas libres, a ayudar a Lucía a organizar el club, "soy el que hace las listas para que la gente se apunte, porque dentro del grupo hay gente con más discapacidad que yo y no pueden hacer algunas cosas. Ayudo a Lucía", dice orgulloso.

Sergio, que también es voluntario en el comedor social, además de pasarlo en grande en actividades como el teatro, los campamentos o los karts, asegura que lo que más valora de la actividad es precisamente eso, poder ayudar a los que considera sus amigos, "para mí, lo más importante de Club de ocio es estar con mis amigas y amigos y seguir aprendiendo. Y lo que he aprendido, sobre todo, es a ayudar a la gente cuando tiene un problema, porque somos un grupo y nos ayudamos los unos a los otros, juntos vamos a mejor", asegura.

Al margen de lo que organizamos las asociaciones, no hay ocio adaptado para ellos

Otro de los objetivos del club es visibilizar, pues como nos contó Lucía, la coordinadora, quieren, no solo visibilizar la discapacidad, salir y que los vean, sino concienciar de la falta de recursos que hay para que los jóvenes con discapacidad se diviertan, "lo hacemos todo por nuestra cuenta. Contactamos con las empresas, les decimos que se somos un grupo con discapacidad y vemos si tienen opciones que puedan ser accesibles para ellos, porque al margen de lo que organizamos las asociaciones, no hay ocio adaptado para ellos. De ahí que nuestra labor sea también visibilizar que el colectivo, como cualquier otro, tiene derecho a tener su ocio", reivindica.

Mientras esto sea una realidad, la labor de fundaciones como Esfera es necesaria para que chicos como ellos tengan una vida un poco más plena, "estoy muy feliz, lo que más me está aportando este programa es amistad, siento que tengo más amigos", nos contaba Abel. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento