¿Por qué las redes sociales afectan más a las chicas adolescentes que a ellos?

El suicidio es la primera causa de muerte de adolescentes en España.
Las redes sociales son mucho más tóxicas para las chicas que para los chicos.
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El suicidio es la primera causa de muerte de adolescentes en España.

Según diversos estudios, las chicas adolescentes experimentan niveles nunca vistos de tristeza y ansiedad. El periodista e investigador Ángel Bermúdez refleja en BBC World que "las chicas están al límite y ya hay quien alerta de una emergencia de salud pública; las cifras, ciertamente, indican que algo ocurre".

Las investigaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, realizadas con muestra estadounidense en los últimos años, indican que 1 de cada 5 chicas adolescentes manifiesta sentirse triste de forma constante, con un incremento del 60% en comparación con las referencias obtenidas en el año 2011.

En el caso de los varones también se ha producido un deterioro pero considerablemente menor, ya que la cifra de los que reportaron estos sentimientos negativos pasó de 21% a 29% en el mismo periodo.

Otro dato bastante preocupante del estudio es el aumento en el número de chicas adolescentes que han considerado ideaciones suicidas: 1 de cada 3, lo que representa un incremento de casi 60% en comparación con 2011 y se duplica la cifra de los varones (14%).

En la actualidad, puede haber muchos factores responsables de complicar estos datos, como el consumo de alcohol y drogas, casos de acoso, familias desestructuradas, etc, pero los expertos aseguran que las redes sociales son las principales culpables y son mucho más tóxicas para las chicas que para los chicos. Básicamente, porque las chicas están expuestas en las redes a mayor contenido de índole sexista.

Donna Jackson Nakazawa, una escritora especializada en neurociencia, inmunología y emoción: biológicamente las chicas están más predispuestas, por su estructura cerebral, a rumiar las ideas (le dan más vueltas a las cosas), la afectación, la reacción emocional ante el estrés y la presión suelen volverse contra sí mismas, se sienten culpables, avergonzadas y se juzgan más. Sin embargo, los chicos son más reaccionarios hacia los demás, más rebeldes, comienzan a 'portarse mal y se vuelven malotes'.

Al entrar en la pubertad, siempre ha habido una brecha por la que las chicas tienen más probabilidades de desarrollar depresión que los chicos. Esto ha sido así incluso antes de las redes sociales y se debe en parte a que en la adolescencia entran en juego las hormonas y el estrógeno que aumentan la respuesta al estrés de una manera que no lo hace la testosterona. Muchos estudios muestran que el género femenino desarrolla una respuesta mayor a los estresores del medio. Ellas tienen una mayor respuesta a las vacunas y son más propensas a desarrollar enfermedades autoinmunes que los hombres.

En la adolescencia, las rumiaciones, la tristeza, las amenazas sociales son particularmente dañinas para el cerebro en desarrollo porque, durante justo ese periodo evolutivo, los seres humanos necesitamos de la cooperación, del apoyo grupal, de la comunicación (sana) de los que son como ellos.

Ser despreciado o excluido en esta etapa es especialmente peligroso, nuestro cerebro más primitivo nos recuerda que quedar fuera de la tribu nos hace vulnerable ante los depredadores, que peligra nuestra supervivencia, así que nuestro sistema inmunológico reacciona a tal amenaza socioemocional, provocando una cascada de hormonas y sustancias químicas que causan daño en el cuerpo y en el cerebro ante la primera señal de esos golpes sociales. Y las redes sociales se vuelven los peores enemigos.

De forma cuantitativa, los datos también desfavorecen al género femenino, las chicas pasan mucho más tiempo consultando y navegando por redes sociales. Y los algoritmos de estas aplicaciones están diseñados para 'enganchar' al cerebro con estimulación y evocación de emociones muy intensas para que sigas volviendo, para que sigas deseando no 'perderte nada' y pertenecer.

Para colmo, el contenido al que se exponen tiene una carga sexista importante, es muy probable que la información siempre se relacione con el tema de la apariencia, moda, maquillaje, tendencias, sexualidad, retoques estéticos e inevitablemente el cerebro activa la comparación, una absurda competencia física con el ideal femenino de lo que es la perfección, de lo que se supone que es bello y de lo que no lo es. Así que tendrán que soportar una carga más grande.

Las redes sociales generan y amplifican los estereotipos sobre la belleza femenina

Existen estudios que muestran que mientras más te expones a lo que es 'popular' en internet, más te desensibilizas. Esto quiere decir que el cerebro se deja llevar, da todo por cierto y por seguro y desactiva el sistema crítico o de alarma, por tanto los jóvenes aspiran e imitan sin pensar los modelos con los que están familiarizados.

Pero vamos a acabar con un dato muy positivo. La vulnerabilidad de las chicas adolescentes puede convertirse en la mayor de las fortalezas. La experta también advierte que: "Desde el punto de vista paterno, lo que es realmente genial es que cuando eliminamos algunos de los aspectos que estresan a nuestros hijos y, en cambio, los reemplazamos con seguridad psicológica, el cerebro a esta edad es enormemente plástico, abierto a las posibilidades y está listo para activarse y conectarse de manera positiva.

Por tanto, la misma apertura que puede hacer que el cerebro femenino adolescente sea vulnerable a los cambios negativos es la que abre tantas posibilidades para conectarse y activarse de manera saludable".

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