Yolanda Díaz afronta la semana clave para congregar en la coalición Sumar a Podemos, IU, Más Madrid o Compromís

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, este viernes.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, este viernes.
EUROPA PRESS
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, este viernes.
Yolanda Díaz afronta la semana clave para congregar en la coalición Sumar a Podemos, IU, Más Madrid o Compromís
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Las complejísimas negociaciones entre Yolanda Díaz y la quincena de partidos que quiere integrar en la coalición Sumar para las elecciones generales de julio no han hecho más que comenzar y ya afrontan esta semana su recta final. El adelanto electoral decidido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha obligado a Díaz a acelerar una hoja de ruta que tenía cuidadosamente diseñada pero que ha volado por los aires, y la ley obliga a que, antes del viernes, se registren las coaliciones que vayan a concurrir a los comicios. Por lo tanto, será esta semana cuando se decida si Sumar suma en torno a sí a Podemos, IU, Más Madrid, Compromís, Chunta y otras pequeñas formaciones.

Las conversaciones comenzaron el lunes pasado, ni 24 horas después de que la izquierda sufriera un enorme batacazo el 28M que hizo saltar todas las alarmas en la Moncloa y llevó a Sánchez a convocar elecciones generales. Con apenas diez días para conformar las candidaturas, la idea inicial de celebrar elecciones primarias quedó enterrada prácticamente por descarte. Y, durante toda la semana pasada y hasta este próximo viernes, a lo que se han dedicado los partidos es a discutir con Díaz su espacio en Sumar y todo lo que ello implica.

Ese "todo lo que ello implica" es, básicamente, el contenido de cualquier negociación entre partidos de cualquier ideología que quieren presentarse en coalición a las elecciones: puestos en las listas, reparto de los recursos económicos y las futuras subvenciones electorales, adjudicación de asesores, cargos y control del próximo grupo parlamentario o diseño de la campaña electoral. En ese último punto es en el que todos los principales partidos de Sumar han coincidido desde el primer momento: la campaña la pilotará Díaz, lo cual dará libertad a la candidata para desplegar su propio estilo pero es un arma de doble filo, porque también le obligará a cargar con la responsabilidad si los resultados son malos.

Las listas son harina de otro costal. Como en cualquier negociación, Podemos, IU, Más Madrid, Compromís y el resto de las formaciones han presentado a Díaz -más bien a su equipo, puesto que las negociaciones las está comandando su jefe de gabinete, Josep Vendrell- planteamientos de máximos para, a partir de ahí, ir rebajando sus peticiones en función de lo que negocie la vicepresidenta. Los morados y la federación que lidera Alberto Garzón han sido los más discretos, de momento, y no se han pronunciado públicamente. 

Por el contrario, Más Madrid sí ha hecho un sutil llamamiento a tener en cuenta en la composición de las listas los resultados de las autonómicas y municipales, y Compromís ha sido el partido más directo en ese sentido. La formación valenciana, por boca de su portavoz, Águeda Micó, aseguró el martes pasado que su partido está "en disposición de liderar" las candidaturas valencianas y que su inclusión en Sumar tendrá lugar solo si se respeta la "estricta obediencia valenciana". Eso, en concreto, supone que Compromís piden a Díaz mantener su marca en la papeleta de Sumar en Valencia, Alicante y Castellón y encabezar la lista en las tres provincias, además de autonomía en el futuro grupo parlamentario en el Congreso.

Por su parte, la líder de Más Madrid, Mónica García, se pronunció este miércoles de forma más sutil, pero en la misma línea. "Estamos muchos sentados en la mesa del espacio progresista, y creo que cada uno de nosotros tenemos que ser conscientes de que acabamos de tener unas elecciones y ha habido unos resultados", deslizó García, cuyo partido ha retenido el liderazgo de la oposición en la Comunidad de Madrid mientras Unidas Podemos no ha conseguido entrar en la Asamblea regional. La dirigente, no obstante, quiso suavizar su toma de posición asegurando que no pone "líneas rojas o condiciones" a Sumar.

Fuentes de Más Madrid afirman que el tono más suave de García con respecto a Compromís no implica que la formación no quiera lo mismo que el partido valenciano: ser preponderante en la lista de Sumar por Madrid, algo que implica una mayoría de los puestos de salida, los que más opciones tienen de conseguir escaño. Las expectativas de voto de la futura coalición son inciertas, pero en un momento de debilidad de la izquierda, Más Madrid quiere asegurarse de que, si pone a disposición de Díaz su potencia mediática en la capital, así como la militancia para desarrollar la campaña electoral, eso implique una contraprestación en forma de actas. Por el contrario, para Más Madrid no es tan capital que la papeleta incluya su marca, como sí ha exigido Compromís.

Sumar, no obstante, es consciente de que necesitará hacer encaje de bolillos para poder congregar en torno a Díaz a partidos con una relación tan mala como la que mantienen Compromís y Más Madrid con Podemos, por lo que hasta ahora está guardando un silencio sepulcral para evitar complicar aún más las negociaciones. No obstante, la pujanza de los partidos valenciano y madrileño en comparación a la debilidad de Podemos en esos territorios, unido a las malas perspectivas de la izquierda en las próximas elecciones generales, arrojan un escenario muy complicado en el que hay muchos dirigentes que aspiran a pocos puestos que tienen el escaño garantizado.

Quien ya no optará a uno de esos escaños será el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, que anunció este viernes su retirada de la primera línea política para "renovar" liderazgos, una decisión que elogió Díaz. Preguntada por si deberían imitarle las números uno y dos de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, la líder de Sumar guardó, sin embargo, silencio. Pero ese extremo es una línea roja para los morados, prácticamente la única infranqueable.

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