El Gobierno paraliza la reforma de la Selectividad por el adelanto electoral

Estudiantes realizan uno de los exámenes de la EBAU del curso académico 2021-2022, en el polideportivo de la UR, a 1 de junio de 2022, en Logroño, La Rioja (España).
Estudiantes realizan uno de los exámenes de la EBAU del curso académico 2021-2022, en el polideportivo de la UR, a 1 de junio de 2022, en Logroño, La Rioja (España).
Alberto Ruiz / Europa Press
Estudiantes realizan uno de los exámenes de la EBAU del curso académico 2021-2022, en el polideportivo de la UR, a 1 de junio de 2022, en Logroño, La Rioja (España).

Otra iniciativa que, por ahora, no verá la luz. El Gobierno ha decidido paralizar la reforma de la Selectividad ante la convocatoria de elecciones anticipadas que hizo Pedro Sánchez tras el batacazo de la izquierda en los comicios municipales y autonómicos del domingo. Lo hacen, según trasladan fuentes del Ministerio de Educación a 20minutos, "por responsabilidad", aunque recuerdan que en ningún caso se trata de un aplazamiento de las pruebas, pues la ley obliga al Estado a implantar los primeros cambios en 2024. 

Configurar una nueva EBAU es una de las medidas recogidas en la última ley educativa, la Lomloe, la cual manda diseñar una prueba de acceso a la universidad más competencial y acorde con los nuevos currículos educativos. El Ministerio de Educación marcó entonces un calendario hasta 2028 para ir implantando los cambios de forma progresiva, aunque estaba pendiente de aprobarse el texto definitivo que marcase las bases de cada convocatoria. Pero finalmente el departamento dirigido por Pilar Alegría ha optado por pausar su tramitación y relegársela a los que salgan elegidos en la próxima legislatura. 

"Lo que hemos decidido por responsabilidad es acabar la tramitación del real decreto, pero no llevarlo a Consejo de Ministros", detallan fuentes del entorno de Alegría. De este modo, será el nuevo Gobierno elegido por los ciudadanos el próximo 23 de julio —"sea el que sea"— el que decida si aprueba el documento tal cual lo ha dejado el actual Ministerio de Educación o si decide redactar uno nuevo. Con todo, la ley es clara sobre los plazos: los que en 2023-2024 ya cursen segundo de Bachillerato, deberán examinarse de una EBAU distinta a la actual.

La decisión se ha tomado tras una reunión que han mantenido este mismo miércoles el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar Cendón y su homólogo de Universidades, José Manuel Pingarrón, con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). El encuentro, según detallan las citadas fuentes, no estaba convocado para negociar nada, sino para comunicar que el Gobierno va a paralizar la aprobación del real decreto que reforma la prueba de acceso a la universidad. 

Los rectores habían solicitado aplazar un año ese calendario de implantación que, en principio, empezará en 2024, pero en el Ejecutivo argumentan que la ley es rotunda en ese sentido y que, por tanto, no puede aplazarse la reforma de la EBAU.

Un periodo transitorio hasta 2028

Entre las novedades del documento que iba a aprobarse próximamente, pero que finalmente no verá la luz hasta la siguiente legislatura, destacan cambios que afectan a la duración del examen y al peso de cada ejercicio en la nota final. La propuesta de Educación planta un periodo transitorio de aplicación, desde el curso 2023-2024 hasta el de 2027-2028, en el que ir introduciendo nuevos cambios hasta que en cuatro años ya esté implantada la propuesta final. 

Hasta 2026, se sugirió una prueba dividida en cuatro ejercicios (con una ponderación del 25% cada uno): uno sobre una asignatura de modalidad elegida, otros dos de las comunes de Historia de Filosofía e Historia de España, y el cuarto ejercicio con el que se pretende evaluar la madurez académica. Sin embargo, el Ejecutivo reculó hace medio año y acordó descartar introducir la prueba de madurez en la prueba de junio de 2024, que en principio mantendrá el modelo actual de la fórmula materia-examen, aunque incluyendo el carácter competencial en cada asignatura.

Una vez llegados a 2027-28, el plan era aplicar ya la prueba definitiva para que el ejercicio de madurez pase a absorber el grueso de la nota (60%) y sustituya las materias comunes. Para analizar la acogida y los resultados de los alumnos y profesores de este nuevo modelo, se realizó una prueba piloto cientos de alumnos de 50 centros de 10 comunidades autónomas para tratar de "armonizar" las pruebas. Esta semana, de hecho, estaba previsto que Educación publicase las conclusiones de esa prueba experimental que en ningún caso computa en las notas finales de los alumnos, pero fuentes del departamento de Alegría confirman que también esto quedará relegado a la próxima legislatura. 

Parte de la comunidad educativa venía recriminando a Educación que, a tan solo un año de empezar a aplicar el nuevo diseño, no se conociesen todavía los detalles. Pero, si el plan inicial era aprobar el real decreto este verano, la convocatoria de elecciones anticipadas retrasará aún más esa fecha, lo que aumenta la incertidumbre y obligará al profesorado a preparar el temario según el nuevo diseño con mucho menos tiempo. 

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