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Ángel Sancha, de Canis Majoris: "No queremos que nadie se quede sin terapia, queremos atender a todos los que lo necesiten"

  • Canis majoris es una fundación que ayuda a personas con discapacidad a través de intervención con animales.
Ángel Sancha Bech, director de la Fundación Canis Majoris.
Ángel Sancha Bech, director de la Fundación Canis Majoris.
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Ángel Sancha Bech, director de la Fundación Canis Majoris.

Aunque en los últimos tiempos estamos asistiendo a una explosión de intervenciones asistidas con animales, este tipo de terapias lleva ayudando a personas con discapacidad desde hace varios años. Esto es algo que saben muy bien desde Canis Majoris, una fundación que, desde 2011 trabaja para mejorar, a través de estas intervenciones, la calidad de vida de cientos de personas cada año, como bien nos explica el director de la fundación Ángel Sancha Bech.

Explíquenos, ¿qué es y qué hacen en la Fundación Canis Majoris?Canis majoris es una Fundación de carácter nacional cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional y en riesgo de exclusión social a través, principalmente, de intervención con animales. Aunque nuestro objetivo no es solo ayudar a aquellas personas que tienen alguna enfermedad o diversidad funcional o psíquica, sino también a la red de apoyo que la soporta diariamente. Se trata de una fundación familiar, pero que ha ido incorporando a profesionales dentro del patronato para que aporten experiencia y conocimiento a la Fundación, y siempre con criterios de transparencia, eficiencia y eficacia.
​​Para financiar nuestra actividad en centros públicos, lo hacemos a través de concursos públicos, pero para el resto, nos financiamos nosotros desde el patronato, no hay terceros, no hay empresas ni corporaciones.

Estáis en activo desde 2011. Háblenos un poco de su historia, ¿cómo nació Canis Majoris?Surgió por la visión que tuvieron los patronos fundadores, que estaban formados por nuestra Patrona de honor, Doña Elena Pessino, que una gran mecenas dentro de la Fundación; el Presidente, Gonzalo Casas, que es otro gran mecenas dentro de la Fundación, el doctor Valentín Corcés, psiquiatra, que es como el alma de la Fundación. Y luego está Lorena Casas que, también es Patrona y ha tenido mucha relación con el arte… Después nos hemos ido incorporando al patronato distintos profesionales que lo que hacemos es enriquecer un poco lo que son las ideas iniciales y primigenias de la Fundación, y el cumplimiento de esa visión que ahora es una realidad y que cada vez más creciente.

¿De dónde viene el nombre?Nosotros tenemos como logo un perro, por motivos obvios, pero que tiene dentro una constelación, porque el nombre es también el de una constelación. Y es así porque entendemos que los fines que tenemos, que son los de mejorar la vida de las personas con diversidad funcional y en riesgo de exclusión social, son fines universales. La silueta del logo es la de un perro labrador porque los primeros que tuvimos eran labradores, aunque hoy en día tenemos más tipos de perros y de distintos tamaños para adaptarnos a las personas con las que trabajamos, que a veces son niños muy pequeños, que van en silla de ruedas… Nos vamos adaptando a sus necesidades.

Trabajan en distintas áreas: Intervención social, formación, investigación… Hablemos de la parte de intervención. ¿Con qué colectivos trabajan?La más importante es la intervención directa con perros y rapaces, y también con realidad virtual, y esto lo hacemos tanto en centros públicos como privados. Intervenimos en hospitales de día y planta, en centros de rehabilitación psicosocial, en centros de mayores, en centro de personas con adicciones, rehabilitación, salud mental… Ahí, con los técnicos de los propios centros, elaboramos los objetivos y hacemos un plan de intervención. Somos una fundación de carácter nacional, pero nuestro ámbito de actuación en materia de intervención es sobre todo en la Comunidad de Madrid.

​En cuanto a los colectivos, ​trabajamos con muchos. Por ejemplo, con la red de la Agencia madrileña de atención social, en 14 centros de centros de rehabilitación psicosocial, también con la Dirección General de la Familia del menor dentro de la Comunidad de Madrid, con la Dirección General de atención a personas con discapacidad, con personas que tienen un daño cerebral severo, gran dependencia… y luego también estamos en centros hospitalarios. El Puerta de Hierro es nuestro buque insignia porque trabajamos desde hace tres años, primero en el hospital de día y ahora también en planta con infantojuveniles que tienen problemas de salud mental.

​Recientemente hemos hecho un campamento muy innovador conjuntamente con la Casa de la Mujer del Ayuntamiento de Fuenlabrada con mujeres que han sufrido violencia de género y con sus hijos y la verdad es que ha sido muy exitoso… Son muchos los colectivos y todos son importantes.

Un perro de Canis majoris durante una intervención con niños.
Un perro de Canis majoris durante una intervención con niños.
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¿Qué tiene que hacer alguien con discapacidad y/o riesgo de exclusión social para poder recibir intervención de parte de Canis Majoris?Además de estar en los distintos centros de los que te hablaba, que realizamos en colaboración con las administraciones públicas, tenemos intervención en nuestra sede y en centros con los que estamos asociados. Por ejemplo, intervenimos con niños dentro del espectro autista, que tienen que ser atendidos personalizada, no en grupos de 6-8 como trabajamos normalmente. En el futuro, también queremos atender en el centro que tenemos en obras en El Álamo porque no queremos que nadie que lo necesite se quede sin terapia, queremos atender a todas las personas que lo necesitan.

Los fines que tenemos, que son los de mejorar la vida de las personas con diversidad funcional y en riesgo de exclusión social, son universales

La formación es otro de sus grandes pilares... Sí, tenemos cursos elaborados para personas que quieran ser expertas en intervención asistida con animales. Y esto lo hacemos en el centro de difusión cultural que tenemos en nuestra sede y también en un terreno que nos han cedido en el Álamo. Es además el centro donde están todos los terapeutas caninos por los perros y de ahí se distribuyen para hacer todos los trabajos diarios.

Además, tenemos un servicio de publicaciones propio elaborado a partir de todas las actividades que realizamos, no solamente las de intervención, sino también en el propio centro de difusión cultural, porque hacemos seminarios y presentaciones de libros… Todo eso luego lo usamos como marco teórico publicarlo que tenemos como referente.

¿Cómo se accede a sus cursos de formación? Hacemos muchos actos en universidades, tenemos muchos webinar a los que se accede directamente gratis a la página web… pero sobre todo tenemos cursos de formación muy serios que hacemos a través de las universidades, lo que es una garantía de calidad.

Los cursos los damos dentro de la Fundación con el personal de intervención, que tiene una gran titulación y mucha experiencia, tanto en intervención directa como en la propia formación. Con ellos se forman en la teoría, pero también en la práctica, acudiendo con ellos a los centros donde nos lo permiten. Además, en el centro de El Álamo también vamos a poder desarrollar esa parte práctica.

¿Cuál suele ser el perfil de personas que se apuntan a sus cursos?Bastante amplio, la verdad, pero dependiendo de cómo estén estructuradas las universidades, suelen ser psicólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, de enfermería… todos aquellos profesionales que, dentro de los centros, están asistiendo a las personas usuarias de nuestros servicios.

Tenemos un plan de bienestar animal y protocolos que cumplimos a rajatabla. De hecho, tenemos dos perros que ya se han jubilado en la Fundación

Háblenos del equipo de Canis Majoris. No solo está formado por personas…Tenemos un capital humano extraordinario que nos permite realizar muchas actividades en con tan poco personal, porque son personas muy capacitadas para hacerlo. En esta oficina estamos lo que sería el centro neurálgico, la corporación, pero luego tenemos lo el equipo de intervención que está formado por cinco terapeutas y cinco perros de intervención altamente preparados. Con ellos realizamos 52 sesiones todas las semanas y atendemos a más de 400 personas al año. Y este año tenemos desbordadas las previsiones, va a ser un incremento importante, pero entendemos que además hay que crecer siempre con sentido común, y lo hacemos sin bajar el estándar de calidad. Por ejemplo, tenemos un plan de bienestar animal y protocolos que cumplimos a rajatabla. De hecho, tenemos dos perros que se han jubilado en la Fundación porque este protocolo contempla que se jubilen con 10 años y que antes ya empiecen a trabajar un poquito menos, mientras vamos incorporando a otros perros.

En Canis majoris también intervienen con rapaces.
En Canis majoris también intervienen con rapaces.
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¿Y qué pasa con ellos cuando se jubilan?Tenemos previstas todas las posibilidades. La primera es que se quede con su terapeuta, que es con quien viven, y, de momento no hemos tenido que recurrir a otras personas, pero estamos seguros de que habría lista de espera dentro de la propia fundación. Aunque aún no ha ocurrido, tenemos previsto que, llegado el caso, lo pudiera adoptar alguien de fuera, porque son unos perros maravillosos.

¿Qué importancia le dan a la investigación?Muchísima. De hecho, teníamos un laboratorio de investigación y nuestro objetivo es siempre seguir especializándonos muchísimo. Ahora mismo este laboratorio está en el campus de Alcorcón de la Universidad Rey Juan Carlos y, desde allí, van investigando. Precisamente ahora, nos acaban de enviar un informe sobre intervenciones que se han realizado en el hospital. Además, tenemos convenios con varias universidades, estamos haciendo una investigación de campo de la que esperamos tener resultados en junio del año… Para nosotros es fundamental, no solo queremos intervenir, sino avanzar de una manera científica en el conocimiento para tener un marco teórico de todo lo que hacemos.

En los últimos años se ha puesto muy de moda el tema de la IAA. ¿Corremos el riesgo de que esta mayor difusión conlleve que muchos casos nos den gatos por liebre, es decir, que no sea una intervención con evidencia científica?Sí, y por eso es importante la base científica de la que te hablaba, para trabajar con rigor, y más siendo una fundación cuya misión y visión es mejorar su calidad de vida de personas vulnerables, con diversidad funcional o multicapacidades, como nos gusta definirlas. Nosotros todo lo hacemos sobre esa base, todo lo basamos en evidencia científica, con objetivos medibles, criterios objetivos, viendo los avances en todo el proceso… No sirve con hacer las cosas con buena intención, hay que hacerlas con rigor y ciencia. Y en nuestro caso, además con transparencia, que es esencial cuando trabajas con todas las administraciones, y nosotros trabajamos con todas, desde los ayuntamientos hasta el Estado. Recientemente se nos ha adjudicado un contrato con el Imserso de Guadalajara.

Para nosotros es fundamental, no solo intervenir, sino avanzar en  conocimiento científico

¿Sería de utilidad regularlo de alguna manera?Nosotros pensamos que sí, por eso hemos hecho, junto con entidades como la nuestra y la Universidad Alfonso X el sabio, un Proyecto de ley que le hemos entregado a la Comunidad de Madrid, precisamente para que se pueda desarrollar una legislación sobre el perro de intervención, que tiene que ser diferente a la de un perro guía o un perro de asistencia, que son cosas muy distintas.

¿Qué futuros proyectos tienen en mente?Estamos en constante evolución y tenemos varios proyectos en desarrollo, como uno con el Ayuntamiento para paliar la soledad no deseada tanto en domocilios, como en centros o incluso en la calle. De hecho, hace poco hicimos una exposición de pintura de una persona que había estado en la calle, había perdido todo, y volvió a pintar. Era la primera vez que hacía una exposición.

También estamos hablando con varios colegios que tienen aulas especiales para empezar proyectos con ellos, un proyecto con la Fundación Querer... y ahora nuestra pretensión es entrar en las cárceles. Por un lado, vamos a empezar 'arteterapia' con presos en tercer grado y, por otro, queremos introducirnos en el mundo penitenciario, tanto de mayores como de menores, para cuidar de la salud mental de los internos. Ya estuvimos el año pasado dando una charla en la cárcel de Soto del Real y el 10 de junio vamos a estar en Navalcarnero. 

Nosotros pensamos y preparamos programas y vamos a aquellos sitios donde tienen personas a las que podemos ayudar.​ O si no, las buscamos nosotros.

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