Diego, sociólogo con un sueldo de 1.300 euros: "Mi abuela no quiere ir al cine por 2 euros, quiere que yo tenga trabajo decente"

Diego, joven de 25 años que se queja de no poder pagar una hipoteca.
Diego, joven de 25 años que se queja de no poder pagar una hipoteca.
ATRESMEDIA
Diego, joven de 25 años que se queja de no poder pagar una hipoteca.

Diego es un joven de 25 años al que le gustaría comprarse una vivienda, pero es un deseo que lo ve casi "imposible". Su sueldo como sociólogo no le permite "tener una hipoteca".

El protagonista de esta historia ha denunciado en la mañana de este viernes en Espejo Público su caso y el de otros jóvenes que no pueden permitirse alquilar ni adquirir una vivienda.

"Llevo trabajando desde los 16 años y no llego a cobrar 1.300 euros al mes", comienza Diego en su alegato. El joven comenta que tiene cualidades suficientes para aspirar a un sueldo mejor, puesto que a la vez que trabaja estudia un máster y sabe desenvolverse en diferentes idiomas, pero que esto no basta para encontrar un trabajo con mejores condiciones salariales.

"Encuentro habitaciones por 800 euros, por lo que me planteo pagar una casa. Pero tampoco puedo porque nadie acepta una hipoteca con un sueldo inferior a 1.300 euros", expresa ante Susana Griso.

Críticas a las medidas del Gobierno

A continuación, el joven expone un ejemplo en el que reprocha que Irene Montero, ministra de Igualdad, respondiera a una señora durante un mitin en Valencia acerca de que "si podía haberse comprado un chalet había sido por una herencia". 

"Montero usted gana 75.000 euros al año y ha conseguido la hipoteca en la caja de ingenieros que trabaja para Podemos. Yo no puedo pedir una hipoteca y estoy sobradamente preparado, pues he seguido la formación que me ha marcado el Gobierno", es la respuesta de Diego a las palabras de la ministra.

Otro de los ejemplos que pone sobre la mesa y relaciona con su situación es el de la medida que Pedro Sánchez anunció acerca de fomentar la cultura entre los mayores de 65 euros al poner las entradas de cine a 2 euros todos los martes.

"Mi abuela no quiere ir al cine, lo que le interesa es que su nieto tenga un trabajo decente y esté orgulloso de él", señala, a la vez que considera que, con esta medida, se está "infravalorando mucho a la gente mayor de nuestro país".

"El Estado nos obliga a irnos fuera"

En su alegato, el joven apunta que muchos de sus amigos se están planteando opositar para ser policía, ya que, aunque sea un "trabajo con complejidades de horarios, se ganan 1.800 euros al mes, cifra con la que "automáticamente te dan una hipoteca".

"El Estado no nos ayuda y nos obliga a irnos fuera", prosigue Diego, que actualmente está buscando un trabajo que le otorgue mejores condiciones y lamenta el "tener que seguir viviendo en casa de sus padres".

Aunque tiene la opción de acceder a una vivienda social, algo que cerraría uno de sus frentes abiertos, lo que Diego busca principalmente es que "las empresas apuesten por gente joven y talento" para ganar más dinero y poder adquirir así su propiedad.

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