Anabel Montes, tras 7 años rescatando inmigrantes en el Mediterráneo: "He sufrido estrés postraumático, al final te rompes"

Anabel Montes, responsable de búsqueda y rescate del buque Geo Barents de Médicos Sin Fronteras.
Anabel Montes, jefa de Misión del operativo de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo Central.
Pablo Garrigós / MSF
Anabel Montes, responsable de búsqueda y rescate del buque Geo Barents de Médicos Sin Fronteras.

Más de 25.000 personas han muerto en el Mediterráneo desde el año 2014 intentando alcanzar las costas europeas, una tragedia humanitaria que sigue lejos de remitir y que la asturiana Anabel Montes ha vivido en primera persona: lleva más de siete años rescatando inmigrantes en el Egeo y en la considerada como la ruta migratoria más mortífera del mundo, el Mediterráneo Central.

"Por desgracia he visto morir a mucha gente, a hombres, mujeres y también a demasiados niños. Y la situación no ha cambiado en todos estos años, si acaso a peor debido a las trabas que nos encontramos las organizaciones civiles para efectuar rescates en el mar", se lamenta Montes, que en los últimos años ha sido jefa de misión del operativo de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo Central, a bordo del buque Geo Barents.

Su ONG y el resto de organizaciones que trabajan en la zona, donde se producen casi el 80% de las muertes de inmigrantes en el Mediterráneo, denuncian que el gobierno italiano les obliga a navegar hasta puertos lejanos del norte de Italia para desembarcar inmigrantes, "contraviniendo las normas de navegación internacional", que obligan a ofrecer el puerto seguro más cercano. "Hace una semana realizamos un rescate muy al sur de Italia, entre Sicilia y Libia, y nos hicieron desembarcar en el puerto de La Spezia, cerca de Génova. Hay diversas denuncias por este asunto", recuerda.

Otro obstáculo que se encuentran es que Italia les ofrece un puerto de desembarco muy rápido para que abandonen la zona cuanto antes: "Te asignan un puerto seguro de forma inmediata para sacar el barco lo más rápidamente posible y evitar que puedas hacer más de un rescate, pero cuando estás ante una embarcación en peligro no hay ninguna ley ni poder nacional que pueda impedirte rescatar a esas personas. De hecho, el capitán podría ser acusado de omisión de socorro si no lo hace".

Más complicada es la situación en Malta, país al que las organizaciones humanitarias denuncian por impedir rescates en el mar. "Está probado que Malta da instrucciones a los buques mercantes que se encuentran en las inmediaciones de las embarcaciones en peligro para que continúen su travesía sin rescatar o, simplemente, se mantengan a la espera sin hacer nada. Todo ello con la intención de impedir la llegada de migrantes a su país. Estos obstáculos y demoras innecesarias ponen deliberadamente en peligro la vida de miles de personas", afirman desde Médicos Sin Fronteras.

Está probado que Malta da instrucciones a los buques mercantes para que continúen su travesía sin rescatar a embarcaciones en peligro"

Montes va más allá y condena la "indiferencia asesina" por parte del gobierno maltés: "Nadie habla de Malta y me parece aberrante que ningún estado europeo lleve a ese gobierno ante el Tribunal de Derechos del Mar de Hamburgo".

Pero lo peor es cuando los barcos de las ONG se enfrentan a los guardacostas libios, que han llegado a utilizar fuego real para disuadirles, según relata la activista: "Están financiados por la Unión Europea para que vigilen sus fronteras y nos han efectuado en varias ocasiones warnings, disparos de advertencia por encima de la cabeza. El momento más peligroso lo viví a bordo de una lancha de rescate, acercándonos a una embarcación en peligro, cuando nos empezaron a disparar por encima de la cabeza con una ametralladora".

Guardias de 24 horas en el barco

Montes explica que la vida a bordo de un barco de rescate en el Mediterráneo es de una calma tensa permanente: "Todos los días son iguales y todos son diferentes. La vida es muy rutinaria porque siempre hacemos lo mismo, guardias de vigilancia de 24 horas desde el puente de mando y muchísimo entrenamiento. Pero cuando llega el rescate nunca sabes lo que te vas a encontrar ni cómo van a suceder las cosas, es una incertidumbre permanente".

La tensión se dispara cuando llega la hora del rescate frente a un naufragio o una embarcación en peligro: "Muchas veces ya han perdido la vida cuando llegamos, muchos dentro de la propia embarcación en la que navegan. He visto barcas hinchables muy sobrecargadas, con 80 personas en un habitáculo para 40, donde si una persona se caía al suelo no se podía volver a levantar por falta de espacio y moría ahogada en el fondo de la propia barca, entre los fluidos de las personas, gasolina y agua del mar".

Subraya que es frecuente que algunos inmigrantes se desmayen en el barco de Médicos Sin Fronteras después del rescate al sentirse seguros por primera vez: "Han pasado tanta tensión y pánico durante tanto tiempo que es bastante habitual que pierdan el conocimiento cuando los desembarcamos a bordo, es por la sensación de sentirse a salvo después de tanto sufrimiento, llegan al límite".

Cuatro hermanas huyendo solas de la ablación

Sobre el perfil del inmigrante, afirma que el abanico es amplísimo porque proceden de muchos puntos de África y Oriente Medio. "Hay gente que huye de dictaduras como la de Eritrea, de conflictos armados como el de Sudán o de conflictos étnicos. También hay personas LGTBI o mujeres que huyen de la violencia doméstica... cualquier persona desesperada cuya vida esté en peligro y no encuentre otra solución. Hay muchos jóvenes de 18 o 19 años y un alto porcentaje de niños, algunos viajando solos porque han perdido a su familia durante el viaje", asegura, recordando que muchos inmigrantes llevan años viajando por África cuando llegan a las costas de Libia, desde donde parten la mayoría de embarcaciones.

Anabel Montes, durante el desembarco de un grupo de inmigrantes rescatados en alta mar.
Anabel Montes, durante el desembarco de un grupo de inmigrantes rescatados en alta mar.
Médicos Sin Fronteras

Son muchas las historias personales que han hecho mella en el corazón de Anabel, pero recuerda especialmente una: "Eran cuatro hermanas, la mayor de 16 años y la pequeña de 8, que habían huido solas de Costa de Marfil porque a la mayor le habían hecho una ablación y para evitar que se la hicieran a las tres pequeñas. Sus tíos les dieron dinero para escapar y cruzaron solas medio continente africano hasta Libia. Les habían hecho todo tipo de perrerías y al verlas allí solas en la barca piensas ¿pero esto qué es? No hay absolutamente nada que pueda justificar odio hacia estas niñas".

Sin embargo, todas las historias tienen un denominador común, las mafias: "Muchos intentaron emigrar de forma legal, pero no pudieron. Y cuando la desesperación es total, la única vía que tienen es pagar a las mafias, que aprovechan su miseria para hacer negocio". Montes destaca que son "grupos violentos y crueles que extorsionan a las víctimas y a sus familiares" para sacarles el máximo dinero posible: "Algunos han pagado 3.000 euros, otros 5.000 y algunos 1.000 euros porque no tenían más dinero y a pesar de haber sido torturados no pudieron sacarles más".

Rechaza las acusaciones de crear 'efecto llamada'

Los activistas que rescatan inmigrantes en el Mediterráneo están acostumbrados a escuchar críticas por su labor e, incluso, acusaciones de fomentar la inmigración ilegal y de crear un 'efecto llamada', opiniones que Montes rechaza completamente: "Es una difamación. Las primeras ONG aparecieron porque la gente moría en el mar, no al revés. Y se ha demostrado que cuando las ONG no operan, las embarcaciones siguen saliendo, con la única diferencia de que las personas se mueren en el mar".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista ONG excooperante médicos sin fronteras. Anabel Montes
Anabel Montes, en la Gran Vía de Madrid.
JORGE PARÍS

En ese sentido, reclama a la Unión Europea que establezca "vías seguras" para que dejen de morir inmigrantes en el Mediterráneo: "El tema de su regularización se puede discutir, pero siempre en tierra, no en el mar. Lo primero es establecer vías seguras para que no tengan que arriesgar sus vidas". Y pone como ejemplo el caso de Ucrania: "Por supuesto que los refugiados ucranianos necesitan nuestra ayuda, pero se ha demostrado que hay un doble rasero. Lo que se ha hecho con los refugiados ucranianos demuestra que Europa tiene capacidad de acogida y de establecer vías seguras".

Un descanso merecido después de años en el mar

Después de siete años y medio rescatando inmigrantes y conviviendo con la tragedia humana, Anabel Montes acaba de anunciar que regresa a España para descansar de un durísimo trabajo que a punto ha estado de costarle la salud, pues cayó en la depresión y ha sufrido estrés postraumático, como muchos de sus compañeros.

"Es un trabajo que pesa mucho a nivel emocional. Estos 7 años y medio me han parecido 20, con ritmos de trabajo de 24 horas y unos niveles de estrés altísimos ante situaciones muy duras. Al final, por muy fuerte que creas que eres, soy una persona humana. Aguanté mucho, pero el dolor se va acumulando como una olla a presión y cuando me rompí, pues fue muy duro", recuerda Montes, que también ha soportado todo tipo de insultos y amenazas en las redes sociales: "He visto mucho odio. Me han llamado de todo, lo más indeseable que le puedas desear a una persona".

He visto mucho odio. Me han llamado de todo, hasta lo más indeseable que le puedas desear a una persona"

Aunque le costó mucho esfuerzo, ha superado ya la depresión y está dispuesta a iniciar una nueva vida, sin descartar su regreso al mar en un futuro: "He tenido la suerte de tener cerca a mi familia, a mi pareja y un círculo de amigas que me han dado amor y cariño. Luego también ha sido necesario un trabajo muy fuerte y doloroso a nivel personal, acompañado de un psiquiatra. He tardado tiempo, pero ahora mismo me siento feliz, aunque soy consciente de que seguramente aún tengo ciertos traumas ahí dentro".

Exnadadora de competición, Anabel Montes (36 años) tiene certificación de nadadora de rescate con el módulo de helicóptero; formación de rescate en baja visibilidad, manejo de embarcaciones de rescate rápidas y es patrona de yate. Trabajó con Open Arms en la isla griega de Lesbos y actualmente era responsable de búsqueda y rescate del buque Geo Barents de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo Central. Ha rescatado a miles de inmigrantes en aguas del Mediterráneo.

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