Han pasado casi 70 años desde la última vez que el pueblo británico y los súbditos de los otros catorce reinos pertenecientes a la Mancomunidad de Naciones contemplaron la pompa y el boato de la coronación de uno de sus monarcas. Casi siete décadas desde que Isabel II ocupó el trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, en una solmene ceremonia con mil años de historia. Este sábado es el turno de su hijo, Carlos III, en un evento con un imponente despliegue de seguridad orquestado en la conocida como operación 'Orbe dorado'.
Cerca de 30.000 agentes de la Policía Metropolitana de Londres (Met) participan a lo largo de toda esta semana en el dispositivo de seguridad desplegado en la capital británica con motivo de la coronación de Carlos III, de los cuales 11.500 estarán movilizados el mismo sábado. Se trata, según ha explicado el comandante adjunto de la policía londinense Ade Adelekan, de la "mayor movilización de personal en décadas" en una de las operaciones más "grandes y significativas" en las que dicho cuerpo ha participado.
La Met ha planificado esta operación durante meses para desplegar un plan análogo al puesto en marcha durante el funeral de la reina Isabel II el pasado septiembre y previamente en su Jubileo de Platino, en febrero de 2022. Para darles soporte, contará con la ayuda de centenares de agentes de otros cuerpos del Reino Unido, como agentes de la Policía de la Ciudad de Londres, la del Valle del Támesis y la de ferroviaria.
Dirigida por un equipo de mando que ha colaborado en la organización de otros acontecimientos relevantes recientes, la operación de seguridad dispondrá de agentes en el recorrido de la procesión, así como de personal para gestionar las aglomeraciones y los cortes de carreteras, proteger a las personalidades participantes y llevar a cabo registros con equipos especializados. También intervendrán miembros de la unidad canina, la de armas de fuego, apoyo marítimo y Policía Especial preparada para responder a cualquier incidente o delito.
Nuestro umbral respecto a cualquier cosa que interrumpa o que impida que esto sea un éxito absoluto va a ser muy bajo. Lidiaremos con ello de manera extremadamente expeditiva
Con este dispositivo, la Met no tolerará "ningún tipo de perturbación" y actuarán "con firmeza frente a todo aquel que intente socavar la celebración", según ha detallado la Policía en un comunicado. "Voy a ser muy claro. Nuestro umbral respecto a cualquier cosa que interrumpa o que impida que esto sea un éxito absoluto va a ser muy bajo. Lidiaremos con ello de manera extremadamente expeditiva", ha enfatizado Adelekan.
Esta planificación está orientada a mantener la seguridad de una coronación que comenzará a las 10.20 hora de Reino Unido (11.20 en la España peninsular) en Buckingham con la procesión del rey a la abadía de Westminster, donde se celebrará la ceremonia. Carlos III y Camila viajarán en la carroza del Jubileo de Diamante construida para conmemorar el 60º aniversario del reinado de Isabel II en 2012 con un recorrido mucho más corto que en la entronización de la soberana anterior. Tras la liturgia, los dos monarcas regresarán al palacio para saludar desde el balcón a sus súbditos.
Reconocimiento facial y control aéreo
Además, la Met tiene la intención de utilizar tecnología de reconocimiento facial en el centro de Londres para vigilar a las masas durante la celebración de la coronación. El control se centraría en las personas en búsqueda o captura, en aquellas sobre las que pesa una orden de detención o las que incluidas en programas de gestión de delincuentes con el fin de mantener la seguridad pública.
Las Fuerzas Especiales también estarán en alerta como parte del Mecanismo de Defensa Antiterrorista del Reino Unido, con helicópteros Blue Thunder 2 preparados en caso de ataque. Así lo ha rebelado el diario británico Mirror, que ha cifrado el gasto en seguridad en 150 millones de libras (171 millones de euros), de acuerdo con "un informante bien situado del Ministerio del Interior".
Nueva ley de orden público
Este dispositivo para los días previos a la coronación, el sábado con especial intensidad y también el resto del fin de semana -cuando se celebrarán 1.800 eventos en el centro de Londres- se despliegue de forma simultánea a la entrada en vigor este miércoles de una nueva Ley de Orden Público que amplía los poderes de la Policía británica ante protestas y manifestaciones.
La norma establece penas de hasta seis meses de cárcel y multas ilimitadas para quien se encadene a objetos o edificios como medida de protesta, y doce meses para aquellos que molesten "en infraestructuras clave como carreteras, aeropuertos y vías de tren". Entre otras medidas, también permite a la Policía registrar a personas identificadas como potenciales manifestantes con intenciones de "provocar interferencias graves" en el espacio público.
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