España fue la gran economía europea en la que más se devaluaron los salarios en 2022

Una empleada en una tienda de calzado coloca productos en su establecimiento.
Una empleada en una tienda de calzado coloca productos en su establecimiento.
ISABEL INFANTES / EP
Una empleada en una tienda de calzado coloca productos en su establecimiento.

La fuerte devaluación que han sufrido los salarios en todo el mundo desarrollado se ha cebado especialmente con España, donde los sueldos apenas se revalorizaron un 2,9% el año pasado. El escaso aumento en las retribuciones se ha solapado con una inflación sin precedentes en 30 años en la mayoría de los países occidentales. En consecuencia, los salarios reales de los españoles (es decir, la retribución descontado el efecto de las subidas de precios) han sufrido una pérdida de poder adquisitivo del 5,3%. Una devaluación más acusada que la que sufrieron los alemanes (3,9%), los italianos (2,2%) o los franceses, que prácticamente mantuvieron su poder de compra.

Esta es una de las principales conclusiones del último informe anual sobre fiscalidad salarial publicado por la OCDE este martes, en el que el organismo hace una exhaustiva radiografía de los costes laborales y los impuestos al trabajo en los países del grupo.

España fue el noveno país de los 38 de los que la OCDE ofrece datos donde más se devaluaron los salarios. En el bloque de la UE, solo los países bálticos (Estonia, Lituania y Letonia), Países Bajos, Grecia y República Checa, registraron pérdidas de poder adquisitivo más acusadas que la de España. En el caso de los bálticos, hay que tener en cuenta que  la invasión de Ucrania ha pesado más que en otros países, arrastrando la inflación hasta el 20%.

El débil crecimiento de los salarios explica en buena parte las diferencias con otros países. En el bloque europeo, solo Grecia y Finlandia registraron subidas de sueldo más bajas. Sin embargo, en países con alzas de precios muy parecidas a las de España (8,6% en 2022) vieron crecer con más fuerza su retribución. Es el caso de Alemania, donde los salarios se revalorizaron un 4,2%, Austria (4,4%), Portugal (4,5%) o Suecia (3,8%). En Italia (5,7%) y Francia (5,4%) las alzas salariales fueron incluso superiores. 

La presión fiscal sobre los salarios se sitúan en la media de la OCDE

Más allá de los efectos que ha tenido la inflación en las retribuciones, el informe de la OCDE desgrana la fiscalidad que aplica cada país a los salarios de los trabajadores. Es decir, los impuestos a la renta y las cotizaciones sociales. Estos 'impuestos al trabajo' —las cotizaciones no son un tributo al uso, pues dan derecho a percibir una pensión en el futuro— suponían un 39,5% del coste laboral medio en España. Dicho de otro modo, de cada 1.000 euros que una empresa o un autónomo se gasta en salarios, 395 se van a pagar IRPF o cotizaciones sociales y el resto va a parar al trabajador.

Esta cantidad puede parecer elevada, pero en términos relativos, España se sitúa cerca de la media de la OCDE y en la parte baja del escalafón europeo. De hecho, el peso de la fiscalidad en el salario está claramente por debajo de otras economías de tamaño similar. Por ejemplo, la presión fiscal salarial en Alemania alcanza el 48%, en Francia se eleva al 47% y en Italia alcanza el 46%. Incluso en el vecino Portugal es algo más elevada (42%).

Sin embargo, la fiscalidad de las diferentes figuras que gravan el salario varía significativamente. Por ejemplo, en España el IRPF supone un 11,6% del coste laboral medio, una cifra por debajo de la media de la OCDE y alejada del 14,7% de Alemania o del 15,3% de Italia.

En lo que respecta a las cotizaciones sociales, los trabajadores españoles son de los que menos pagan de la OCDE, pero la contribución de las empresas es de las más elevadas del grupo. Así, la cotización que paga el empleado suponía solo un 4,9% del coste laboral español. Solo dos países en la UE registraban cifras más bajas. Sin embargo, España es el sexto país de la OCDE en el que más peso tiene la cotización social que paga la empresa sobre el coste laboral (un 23%). En este sentido, conviene recordar que los datos de la OCDE todavía no reflejan el efecto de la reforma de pensiones, que introducirá un importante aumento en las cotizaciones sociales en los próximos años, especialmente para los salarios más elevados.

Con todo, los costes laborales en España se sitúan prácticamente en la media de la OCDE (55.581 euros anuales en paridad de poder adquisitivo). Muy lejos de los registros de Alemania (82.000), Francia (73.800) o Italia (64.000). Eso sí, conviene recordar que la productividad económica de estos países es, también, considerablemente más elevada que la de España.

La mitad de la OCDE deflacta IRPF o cotizaciones

Finalmente, la OCDE dedica un apartado de su informe a analizar las fórmulas que emplean los países para adaptar la fiscalidad del trabajo a la inflación. La conclusión principal es que alrededor de la mitad de los países del grupo deflactan automáticamente el IRPF o las cotizaciones sociales para adaptarlos a las subidas de precios. Un grupo en el que no se encuentra España, que decide de manera discrecional sobre estas dos cuestiones. En concreto, España lleva sin actualizar las tarifas del tramo estatal del IRPF desde 2008, un periodo en el que los precios han subido un 25% 

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