• Ofrecido por:

¿Aumenta la reproducción asistida el riesgo de defectos congénitos en el bebé?

Inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI), una de las técnicas de reproducción asistida.
Inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI), una de las técnicas de reproducción asistida.
Pixabay
Inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI), una de las técnicas de reproducción asistida.

La gestación subrogada de Ana Obregón ha abierto tímidamente un debate sobre lo que algunos consideran una opción legítima regulable, y otros un abuso que debe seguir prohibido como lo está ahora. Pero entre las muchas vetas del caso particular que ya se han masticado en los medios y las redes sociales, hay una que tiene miga científica y que se extiende más allá del personaje y de esta práctica concreta.

Y es esto: la gestación subrogada requiere obligatoriamente de técnicas de reproducción asistida (TRA). Pero estas no se limitan a ese caso concreto, sino que técnicas como la fertilización in vitro (FIV) o su alternativa, la inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI), son la esperanza de muchas personas que quieren tener hijos y, por unas razones u otras, recurren a estas técnicas. Y es más que probable que quienes lo hacen consulten al doctor Google, y que este les diga que los bebés concebidos por TRA tienen un mayor riesgo de defectos congénitos, como problemas cardíacos, neurológicos o genéticos que puedan ser causa, por ejemplo, de alguna discapacidad. ¿Es esto cierto?

Lo primero que conviene entender es que, como ocurre con toda pregunta relacionada con los riesgos para la salud que a cualquiera se le ocurra formular, esto ya ha sido analizado y estudiado hasta la saciedad. Una de las revisiones más recientes, de 2022, encontró casi dos millones de trabajos publicados sobre esta cuestión en la literatura científica. Así que no puede decirse que no se haya estudiado. Ni, por lo tanto, que estas técnicas se estén aplicando sin conocimiento de sus riesgos, como erróneamente siempre predica la feligresía conspirativa.

La citada revisión, de investigadores polacos, se ha centrado en 11 estudios relevantes publicados en los últimos 10 años. Y la conclusión es esta: sí, hay una mayor tasa de defectos congénitos en los bebés concebidos con TRA que en los que no se han utilizado estas técnicas. De los estudios y revisiones, podríamos quedarnos con una cifra en torno al 40% de aumento de riesgo como aproximación. Pero antes de que nadie se lleve las manos a la cabeza, o de que algún lector que esté inmerso en un proceso de TRA pueda alarmarse, hay que explicar cosas importantes.

El riesgo absoluto es bajo

Primero, el impacto real del aumento de un riesgo relativo depende de cuán grande sea el absoluto. Si una persona tiene un 50% de posibilidades de morir y el riesgo aumenta un 40%, esto significa una muerte muy probable. Pero si el riesgo absoluto es bajo, como ocurre en este caso, un aumento del 40% sigue implicando un riesgo pequeño.

Segundo y aún más importante, lo cierto es que no está claro si este aumento, o al menos parte de él, se debe a las propias TRA o a otras causas. Recordemos que correlación no significa causalidad, y en los estudios poblacionales suelen interferir las llamadas variables de confusión, factores que están también presentes en la población estudiada y que pueden ser los verdaderos responsables del efecto observado. Por ejemplo, las personas o parejas que recurren a las TRA a menudo tienen fertilidad baja y una edad algo mayor, y también son frecuentes los embarazos múltiples y los partos prematuros.

Entrando al detalle, en cuanto a las cifras de riesgo, una revisión de 25 estudios ya algo antigua, de 2005, encontró un 30-40% más de riesgo. Otra más reciente, de 2012, sobre 46 estudios, coincidía en una cifra de algo más del 30%. El mismo año, un amplio estudio en Australia observaba un aumento del 47%, cifra similar a la encontrada en un estudio en California y en otro en China. También en China, un estudio de 2021 observó un aumento anormalmente alto, el doble de defectos en los bebés TRA que en los de concepción espontánea. Y en cambio, en el otro extremo, un estudio en India no encontró una diferencia neta entre ambos grupos, porque se cancelaban el aumento y la disminución del riesgo para distintos tipos de defectos congénitos. Tampoco otro en España observó diferencias.

En cifras aproximadas, la reproducción asistida eleva el riesgo de defectos en el bebé de un 5 a un 7%

Las discrepancias en este puñado de estudios pueden tener varias causas. Naturalmente, las metodologías, países y muestras son distintas, pero también algunos de los estudios intentan ajustar los resultados descontando variables de confusión que en otros no es posible incluir porque esos datos demográficos no están disponibles. En cualquier caso y volviendo al primer punto explicado antes, en los estudios la tasa de defectos congénitos en la población general ronda el 5%, o 1 de cada 20 bebés; un aumento del 40% supondría un riesgo del 7%, o 1 de cada 14. Para poner el dato en un contexto, 1 de cada 17 personas en el mundo sufre una de las llamadas enfermedades raras.

Los factores de la pareja

En cuanto al segundo punto, las variables de confusión, la revisión polaca dice que “el riesgo de defectos congénitos no está relacionado directamente con el uso de las propias TRA, sino que depende también de la edad de la pareja, las causas de la infertilidad, las comorbilidades y el número de fetos durante el embarazo, así como de otros muchos factores no cubiertos en la literatura”.

En las mujeres mayores de 40 años la reproducción asistida reduce el riesgo de defectos en el bebé

Esta es una conclusión que se repite en otros estudios y revisiones. El estudio chino que encontraba el aumento más elevado observaba que la tercera parte se debía a los embarazos múltiples, y otra buena parte a factores debidos a la infertilidad. Otro estudio de los citados veía algo curioso, y es que la tasa de defectos en los bebés nacidos de madres mayores de 40 años es menor con el uso de TRA que con embarazos espontáneos, al contrario de lo que cabría suponer.

El estudio australiano descubría que, una vez ajustadas las variables de confusión, el aumento del riesgo no era significativo en el caso de la FIV, aunque en la ICSI continuaba siendo algo más alto. El otro estudio chino referido arriba también concluía que, al descontar la edad de la madre y los embarazos múltiples, el aumento de riesgo desaparece. Otro factor que se cita como posible influencia en esta aparente mayor tasa de defectos en los bebés nacidos con TRA es que no hay tal, sino que simplemente, sobre todo en ciertos países, el seguimiento y los test son más estrictos en los embarazos TRA que en los espontáneos.

Toda intervención médica supone un cierto riesgo. Ante el panorama de los factores implicados, es de suponer que los médicos especializados en estas técnicas explicarán todo esto a los solicitantes, aclarándoles que es imposible estimar un riesgo preciso en su caso concreto. Como decía la revisión polaca, “es necesario informar a las parejas infértiles que quieren tener descendencia que el uso de las TRA no está libre de riesgos, pero que los beneficios superan a los riesgos”.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento