Khadija Amin Periodista
OPINIÓN

Afganistán y el periodismo

Bandera talibán en Kabul, Afganistán.
Bandera talibán en Kabul, Afganistán.
ZUMA vía Europa Press
Bandera talibán en Kabul, Afganistán.

Un año después de la caída de Kabul y de que los talibanes tomaran el poder, Afganistán había perdido a más de la mitad de sus periodistas. Según las estadísticas de Reporteros sin Fronteras (RSF), el 59,39% de los medios, así como el 59,86% de los periodistas y comunicadores, especialmente mujeres, han desaparecido de los medios de comunicación del país.

Esta investigación muestra que no hay mujeres periodistas en once de las 34 provincias. También que tres de cada cuatro profesionales de los medios han perdido su trabajo. De un total de 2.756 trabajadoras de los medios, hoy solo quedan 656. El 84,6% de ellas están trabajando en Kabul. Todo esto sucede en una situación de crisis económica crónica y represión de la libertad de prensa.

La exclusión de las mujeres en el último año es un símbolo de la destrucción del periodismo en Afganistán. Al dominar el país, los talibanes han impuesto normas estrictas y restrictivas sobre las actividades y la presencia de mujeres y niñas. Se les han arrebatado las libertades básicas y se las ha sacado de la esfera pública.

Mientras tanto, las mujeres periodistas también se han enfrentado a problemas generalizados como colectivo. En varias provincias, los medios de comunicación han prohibido la publicación de la voz e imágenes de mujeres periodistas. Los funcionarios y portavoces talibanes no responden a la mayoría de las preguntas de las mujeres periodistas y piden que envíen a sus colegas varones para realizar entrevistas. Con frecuencia, las mujeres periodistas tienen prohibido asistir a conferencias de prensa. Los resultados de una nueva encuesta muestran que la mayoría de las mujeres periodistas han sido amenazadas e incluso atacadas físicamente por combatientes talibanes.

La mayoría de las mujeres periodistas han sido amenazadas e incluso atacadas físicamente por combatientes talibanes

Varias periodistas han confirmado que se enfrentan a muchos problemas para acceder a la información y que los talibanes les han arrebatado todas sus libertades básicas, incluida la libertad de expresión hasta el punto de obligarlas a autocensurarse y califican de "lamentable" la situación de la libertad de prensa, enfatizando que si esta situación continúa todas las mujeres serán retiradas de los medios del país. 

Mina Habib es una de las periodistas que ha continuado su trabajo en Afganistán a pesar de todas las dificultades. Mina lleva una década trabajando con diferentes medios y es ganadora del Premio al Periodista Valiente de una de las organizaciones que apoyan la labor informativa de los periodistas. "Después de perder mi trabajo por ser mujer, decidí crear un medio llamado Roidad ha news, para ser la voz de las mujeres afganas", cuenta. 

Muchos de sus contenidos tratan sobre la violación de los derechos de los niños y las mujeres. "La mayoría de las periodistas se vieron obligadas a abandonar el país y las que se quedaron en Afganistán a dejar sus funciones. En algunos casos, fueron sus familias las que no permitieron que siguieran trabajando como periodistas", explica Mina, a la que han echado de conferencias de prensa a menudo por ser mujer. Recuerda que, mientras cubría una manifestación de mujeres, los talibanes rompieron su cámara y le impidieron tomar fotografías. En otra protesta quisieron romperla y ella acabó herida.

Mina dice que, además, la situación económica ha convertido sobrevivir en un desafío, porque la mayoría de las mujeres periodistas eran el sustento de sus hogares y no hay ninguna institución que pueda ayudar.

Khatira es un alias; fue una de los periodistas de Wolesi Jirga TV y no quiere que escriba su nombre por seguridad. Está preocupada por su hija: "No quiero que le pase nada. Tampoco quiero que mi hija crezca sin una madre".  "Ser reportero en las condiciones actuales de Afganistán, especialmente para las mujeres, es muy desafiante y difícil", continúa, "nos amenazaron muchas veces por ser periodistas, incluso ahora que hemos perdido nuestro trabajo. Desde la caída del gobierno no se nos permitió trabajar y este desempleo me ha causado muchos problemas económicos".

Su marido fue encarcelado dos veces por los talibanes sin razón conocida, pero tal vez debido a su trabajo y a sus actividades contra los talibanes en el pasado. Cuenta que tuvieron que abandonar su casa después de que los talibanes lo golpearan: "Por el peligro que corrían nuestras vidas, nos hemos visto obligados a quedarnos sin hogar".

Khatira se graduó en la Universidad de Kabul: "Estudié pese a las muchas dificultades para poder convertirme en periodista, y ahora no sé qué será de mí y de mi hija Cuando pienso en el futuro de mi pequeña, me resulta desolador. Las niñas no pueden ir a la escuela, no tienen ningún derecho".

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