Una periodista me cuenta que, tras la salida de Ghani y la toma de control de los Talibán en Kabul, mucho de sus colegas en Afganistán están trabajando de lo que sea para salvar a sus familias de la amenaza del hambre. 

Me habla sobre su vida en Turquía. Shekiba, como miles de chicas afganas, estudió durante muchos años y trabajó duro para lograr ser periodista. Hoy ella es la única que lleva sustento a su familia.

Con la ira palpitando en la garganta; Shekiba recuerda el viaje desde irán a Turquía y como ahora trabaja en una granja de avicultura para poder ganar algún dinero. Es muy doloroso para ella, por todo lo que ha tenido que dejar atrás para poder salvar su vida, añade.

Después de que los grupos talibanes tomaran el poder en Kabul, una gran cantidad de periodistas se vieron obligados a abandonar el país. Algunos de ellos aún permanecen allí y están tratando de abandonarlo.

Afganistán es uno de los países más mortíferos para los periodistas, según los informes de las organizaciones que apoyan el trabajo de la prensa.