Star Wars es una de las sagas con el universo de ficción mejor surtido en cuanto a personajes, escenarios y criaturas; estamos hablando de una Galaxia entera con sus montones de planetas, ecosistemas, sistemas políticos… Además, las aportaciones pertenecientes al llamado Universo Expandido de Star Wars que se están llevando a cabo no hacen sino ampliar este mágico entramado de historias.
Por un lado, la serie de El Mandaloriano no solo relata el viaje galáctico de Din Djarin (Pedro Pascal) y Grogu "Baby Yoda", sino que desarrolla la mitología y las creencias que hay detrás de este clan de guerreros, revelando el origen del símbolo que sirve como emblema de todos los mandalorianos: el cráneo de Mythosaurio.
En recientes capítulos de esta tercera temporada (alerta spoilers) vemos como Bo-Katan conduce a Din Djarin hasta las minas del arrasado planeta Mandalore para que éste pueda redimirse, por no haber seguido el Credo de los mandalorianos, bañándose en las llamadas aguas vivas. Según narra la guerrera, esas minas eran la guarida de esta majestuosa criatura legendaria y, según la leyenda, fue el primer Mand'alor el que logró domarla. El toque de misticismo viene cuando este animal, que se creía extinto hace ya largo tiempo, se deja ver brevemente bajo las aguas. ¿Cómo es posible que siga vivo? ¿Será inmortal?
Además, existen otros interesantes proyectos que todavía no han visto la luz, pero pretenden desvelar multitud de incógnitas sobre ciertos personajes muy queridos: Ashoka Tano, la que fue padawan de Anakin Skywalker en 'The Clone Wars', tendrá su propia serie y se unirá a Sabine ('Rebels'), para averiguar el paradero de su compañero Ezra.
Curiosamente la alusión a la inmortalidad vuelve a repetirse si nos fijamos en el símbolo que Sabine pinta en su propio traje haciendo uso de sus habilidades artísticas y que posteriormente va colocando a modo de grafiti en diversos lugares pertenecientes al Imperio. Se trata del 'Starbird' o 'Ave Estelar', que sería una versión intergaláctica del conocido mito del Fénix: un ave inmortal que necesita del fuego, en este caso del corazón de una supernova, para renacer de sus cenizas.
Y en el Universo de Star Wars la pugna por lograr la inmortalidad no es solo cosa de criaturas mitológicas, los grupos más poderosos también aspiran a poseerla. Se podría decir que los Jedi la alcanzan cuando consiguen hacerse uno con la Fuerza y su espíritu se preserva en ella, pudiendo aparecerse a generaciones venideras para servir de guía, aunque deban perder su forma corpórea.
En contrapartida, los Sith, los señores del Lado Oscuro, ansían alcanzar la inmortalidad sin tener que desaparecer de la realidad en la que vivían, dado que por haber corrompido sus relaciones con la Fuerza no eran aceptados en ella espiritualmente como algunos Jedi.
"Lograr evadir la muerte es un poder que pudo conseguir solo uno, pero si trabajamos juntos, sé que descubriremos el secreto".―Le dice Darth Sidious, más conocido como Palpatine, Emperador del Imperio, a Anakin Skywalker para corromperle en su ambición y lograr hacer de él a Darth Vader. Y ese uno del que hablan no es otro que Darth Plagueis, maestro de Palpatine, del cual se dice que fue el único capaz de manipular los midiclorianos como para crear y alterar la vida.
Midiclorianos, una forma de vestir de ciencia a la magia
Los midiclorianos se reconocen como formas de vida microscópicas, pero a pesar de ello, inteligentes, que se originan como base de toda vida en el centro de la Galaxia. Algo que nos recuerda irremediablemente a una especie de Big Bang.
Se dice que residen en simbiosis en las células de todos los organismos vivos y que son el puente mediante el cual los seres son capaces de sentir la Fuerza. Es fácil, cuantos más midiclorianos poseas, más sensible a la Fuerza serás. Como dato curioso, Anakin Skywalker, al que se llamó el Elegido al ver su potencial, y posteriormente Darth Vader cuando se pasó al Lado Oscuro, poseía el conteo de midiclorianos en sangre más alto de toda la historia de Star Wars: más de 20.000.
La inmortalidad es un tema recurrente, no solo en Star Wars sino en multitud de obras de ficción y mitología. Sin ir más lejos, personajes como los elfos, presentes en El Señor de los Anillos y otras muchísimas obras épicas; los vampiros, protagonistas a su vez de innumerables obras literarias y cinematográficas… Cada raza con sus características particulares, limitaciones, estética, pero con el denominador común de vivir eternamente. Lo que ocurre es que si hablamos de ficción, cualquier cosa es posible. Pero, ¿qué pasa cuando volvemos a echar un vistazo a la realidad?
¿Inmortalidad en la vida real?
Pues a diferencia de lo que se podría creer, la inmortalidad no es solo cuestión de ficción sino que tenemos un ejemplo totalmente real en nuestro mundo. Os presentamos a la Turritopsis dohrnii, una especie de medusa muy peculiar: ¡ha descubierto el secreto de una vida inmortal!
El ciclo de vida de esta medusa comienza como el de cualquier otra, flotando como larva en el mar hasta que se adhiere al fondo marino dando lugar a su forma de pólipo donde, por medio de sucesivas clonaciones de sí misma logrará formar una colonia. Una vez la colonia madura comienza a producir medusas libres. Es aquí donde esta especie se separa de la normalidad y realiza el milagro, ya que si la colonia tiene problemas de supervivencia, las medusas ya maduras y libres pueden revertir este estado de desarrollo volviéndose a a transformar en un quiste, similar al pólipo original y pegarse nuevamente al fondo del mar donde reiniciar una nueva colonia.
En humanos sería como si a medida que nos fuésemos haciendo viejos decidiéramos retornar el camino andado y volver a la infancia para empezar de nuevo. ¡El sueño de cualquiera, vamos! La pregunta es, ¿cómo lo hacen estas medusas?
Esta condición de 'amortalidad', como se ha preferido llamar en ámbitos científicos, está siendo estudiada, entre otros, por un grupo de investigación español. El equipo cuenta con la participación del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y del Observatorio Marino de Asturias (OMA).
Los trabajos que se están desarrollando principalmente tienen como objetivo la comparativa genética de esta especie con otras que no poseen dichas cualidades de reversión del ciclo vital. Tras la secuenciación de su genoma y del de otra medusa de su mismo género, Turritopsis rubra, que no tiene la capacidad de rejuvenecer, se descubrieron una serie de cambios entre ambas a nivel genético que únicamente poseía la medusa de interés y que se cree que podrían estar relacionados con sus capacidades regenerativas.
Paralelamente, se ha estudiado la diferente activación genética, es decir, qué genes se expresan y cuáles no durante el proceso de reversión al estado pólipo y se vio que los genes que se activaban estaban relacionados con la capacidad pluripotencial de las células. Esto es, la capacidad de las células de diferenciarse y cumplir diferentes funciones en los organismos. Lo que nos recuerda al conocido término de células madre.
Pero, curiosamente, parece que no solo la Turritopsis dohrnii posee el secreto de la inmortalidad, aunque sí es la única capaz de "revertir el tiempo", ya que la hidra, otro cnidario, tiene un asombroso poder de regeneración debido a su gran reservorio de células madre, por lo que puede ir sustituyendo sus tejidos de forma que no llega a morir.
¿El Santo Grial al alcance de la ciencia?
Hay puestas grandes esperanzas en estas investigaciones: avances en el proceso de envejecimiento y enfermedades degenerativas como el alzhéimer, patologías cardiovasculares o incluso el cáncer. Los próximos pasos se dirigen a trasladar los efectos de estos genes recién descubiertos a modelos celulares o animales más próximos a nosotros, ya que la biología de las medusas y los humanos es muy dispar.
Resulta evidente que aún queda un largo y arduo camino para que los científicos puedan aplicar estos conocimientos, y que el paso del tiempo, como de costumbre, siempre juega en nuestra contra. Pero, mirémoslo desde otra perspectiva, tal vez encontrar la clave de la inmortalidad, no sería sino un error. ¿Nos la merecemos?
Superpoblación, recursos limitados... son problemas que ya enfrentamos ahora con nuestro tiempo de vida finito. ¡Una verdadera locura si pudiéramos vivir eternamente! Y aún más importante… ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Qué harías tú si fueras inmortal?.
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