El hongo zombi de 'The Last of Us' es real, ¿podríamos infectarnos?

Bella Ramsey y Pedro Pascal en 'The Last of Us'.
Bella Ramsey y Pedro Pascal en 'The Last of Us'.
HBO
Bella Ramsey y Pedro Pascal en 'The Last of Us'.
El hongo zombi de 'The Last of Us' es real, ¿podríamos infectarnos?

The Last of Usel nuevo éxito de HBO, es la adaptación del videojuego (2013) con el mismo nombre que está arrasando a nivel de audiencia desde su estreno, este pasado 15 de enero.

La premisa es simple: un mundo post-apocalíptico consumido por una especie muy original de zombis; un protagonista carismático donde los haya (Pedro Pascal como 'Joel Miller'); y la clave de la supervivencia humana personificada en una niña (Bella Ramsey como 'Ellie').

Y es que, la verdad sea dicha, los escenarios apocalípticos nos cautivan sobremanera y por ello son tan recurrentes en las obras de ficción: series, películas, videojuegos. Seguro que nos suenan títulos como Resident Evil, The Walking Dead, Z Nation, La Noche de los Muertos Vivientes… 

Sin duda aquellos que incluyen el factor zombi triunfan especialmente ¿Por qué? A la gente le gusta la epicidad. No es lo mismo batirte en duelo a muerte, armado con un tenedor, contra una horda ingente de zombies hambrientos, que contra un tsunami o un terremoto. Nos gusta ser protagonistas activos de nuestra propia historia, los héroes. Aunque, curiosamente, es en series como ésta, The Last of Us, o The Walking Dead cuando nos damos cuenta de que la humanidad, aún después de masacrada por la amenaza zombi, no encuentra sus peores enemigos entre los monstruos sino entre sus propios congéneres. 

Zombis 2.0

El origen de los zombis en diferentes obras ha ido variando significativamente, desde los clásicos muertos vivientes come cerebros que se levantaban de los cementerios, a los más recientes, normalmente fruto de la infección de algún virus estrambótico.

Y, ¿tiene sentido? Bueno, es una manera de modernizar el mito zombi, añadiendo cierto componente científico. Y sí, algo de sentido sí que tiene, ya que los virus cuando infectan a las células se sirven de la maquinaría de éstas para su propia proliferación. Salvando las distancias, podríamos decir que las células reprogramadas para fabricar virus están "zombificadas" por éstos.

Células 'zombificadas' por virus en el ánime 'Cells at work'.
Células 'zombificadas' por virus en el ánime 'Cells at work'.
Kodansha/David Productions

Y este simple hecho de otorgarles un origen más "factible", entiéndase, y menos fantasioso a estas figuras, abrió la veda a un curioso debate sobre qué características deberían definirlos.

¿Los zombies deberían de poder correr?, ¿no? ¿Y sangrar? Ya que si nos basamos en los roles clásicos, los muertos, por definición deberían de sufrir el típico rigor mortis (rigidez muscular) y livor mortis (palidez por acumulación de sangre coagulada en las zonas declives del cuerpo), y después de eso se deberían de descomponer y punto.

Pero claro, al añadir un componente moderno, tal como un virus, los zombies podrían hacer lo que les diera la gana, incluso mutar mostruosamente.

En The Last of Us vamos, incluso, un paso más allá en originalidad, ya que los zombies de esta saga son de origen fúngico, es decir, son humanos que han sido infectados por hongos, con la cantidad de implicaciones que esto conlleva: contagio por esporas, aspecto aberrante…

El reino Fungi, el gran desconocido

En biología, los hongos comprenden a un grupo de organismos que se clasifican dentro de su propio reino (Fungi), diferente del de las plantas y animales, aunque con ciertas similitudes con ambos de ellos. Los hongos, visualmente, pueden recordarnos más a la morfología de un vegetal, sin embargo no son capaces de realizar la fotosíntesis, por lo no pueden "alimentarse" del carbono presente en el aire en forma de CO2 y necesitan abastecerse de carbohidratos ya elaborados, al igual que nosotros. Por ello, en muchas ocasiones, los encontramos en simbiosis con otros seres vivos, especialmente plantas. Esto es, compartiendo una estrecha relación biológica en la que ambas partes salen beneficiadas.

No obstante, los hongos también pueden tomar el papel de parásitos y patógenos, infectando y colonizando otros seres, sin aportar ningún beneficio a cambio, más bien al contrario, causando enfermedades y molestias.

Pero también se comen, algunos de ellos, y están bien ricos. Y no nos olvidemos de su imprescindible papel como descomponedores de la materia orgánica y como productores de antiobióticos, puesto de manifiesto por Alexander Fleming en 1928 con el descubrimiento de la penicilina.

Vamos, que son unos organismos que generalmente pasan bastante desapercibidos en nuestro día a día, pero que tienen papeles fundamentales en el desarrollo de la vida tal y como la conocemos.

La realidad supera a la ficción

Concretamente, en The Last of Us, es una cepa del hongo Cordyceps la que desata la pandemia, cuyo origen se sitúa en Estados Unidos en 2013. Según la trama, la infección en humanos los convierte en criaturas con instintos caníbales que transmiten esta condición a través de una simple mordedura, además de por las esporas del propio hongo.

¡Ostras! Qué idea más novedosa, podríamos pensar. Cómo le han sabido dar ese girito de tuerca los desarrolladores del juego, ahora serie, a todo este tema de zombis para presentarlo de una manera original y diferente a las que ya inundaban la ficción. Pues… ¡no! En realidad lo que han hecho es prestar mucha atención a la naturaleza.

'Ophiocordyceps unilateralis' en hormigas 'zombificadas'.
'Ophiocordyceps unilateralis' en hormigas 'zombificadas'.
HBO/David P. Hughes, Maj-Britt Pontoppidan CC

Os presentamos al Ophiocordyceps unilateralis, una variedad existente de Cordyceps, que produce zombis reales. Esta especie parasitoide, de bosques húmedos, ataca a insectos, especialmente a las hormigas de la tribu Camponotini. Sus esporas se adhieren al exoesqueleto del insecto cuando éste sale a buscar alimento, alojándose en el cuerpo de su anfitrión mientras está vivo hasta despojarle del control de sus movimientos e impulsos.

 Así el hongo se adueña de la voluntad del animal, que es dirigido, en modo zombi total, hacia los ambientes más propicios para la proliferación del hongo. Una vez encuentra el lugar adecuado, se ancla con las mandíbulas a una hoja o tallo a esperar la muerte mientras que, por un lado va soltando esporas del hongo, y por otro es consumido internamente por éste. Brutal. Pero lo más terrorífico de esta historia es que ocurre de verdad.

Qué gran inspiración para los creadores de The Last of Us. Pero ahora, la pregunta que nos hacemos todos: ¿podría pasarnos?

Justamente, en el primer episodio de la serie vemos cómo se hace referencia a estos casos reales de parasitismo en animales y se enciende la alarma cuando el Dr. Neuman. (Interpretado por John Hannah) afirma que los humanos estaríamos en peligro si estas especies de hongos consiguieran mutar y parasitarnos al igual que lo hacen ahora con las hormigas, ya que no se dispone ni de prevención ni cura. Según el científico bastaría con que esas esporas asesinas evolucionasen hasta ser capaces de sobrevivir en ecosistemas cálidos, como consecuencia del cambio climático.

Casi corroborando los indicios de la trama de la serie, se ha revelado un nuevo estudio de la Universidad Duke en Estados Unidos, llevado a cabo por el equipo de Asiya Gusa (investigadora post-doctoral en genética molecular y microbiología) que afirma que el calentamiento global podría volver más peligrosos a los hongos para el ser humano.

Y es que los hongos patógenos son muy notorios en casos de personas inmunodeprimidas. No obstante, en personas sanas, además de contra nuestro sistema inmune, los hongos no lidian demasiado bien con el calor de nuestros cuerpos, por lo que, generalmente, no suponen una gran amenaza a nuestra salud.

Sin embargo, según los recientes descubrimientos, el aumento de las temperaturas provocado , por ejemplo, por el calentamiento global, puede hacer que un hongo patógeno (estudio realizado con Cryptococcus deneoformans) ponga en marcha sus respuestas adaptativas, aumentando su cantidad de cambios genéticos y su vez la probabilidad de una mayor resistencia al calor y una mayor capacidad de infectar y enfermar a seres humanos.

Y, ¿podría el Cordyceps infectar humanos?

A día de hoy, parece ser que estas especies de hongos zombis no infectan a las personas, por lo que no se prevé que la recreación del escenario de The Last of Us se vuelva una realidad. Aunque, por si acaso, tengan a mano sus temibles tenedores.

Referencias

  • Estudio “Genome-Wide Analysis of Heat Stress-Stimulated Transposon Mobility in the Human Fungal Pathogen Cryptococcus deneoformans”, publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), 2022.


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