Podemos se regala una inyección de orgullo a las puertas del 28M y advierte a Díaz de que no es "un adorno del PSOE"

  • Los morados cerraron su Fiesta de la Primavera reivindicándose y lanzando mensajes a la líder de Sumar.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, este sábado.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, este sábado.
EFE
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, este sábado.

Hay ocasiones en las que los actos de los partidos políticos tienen el objetivo de lanzar un mensaje al conjunto de la sociedad. Pero, en otras ocasiones, las formaciones buscan otra cosa: arengar a sus bases para mantener prietas las filas y elevada la moral. Y la Fiesta de la Primavera celebrada este viernes y sábado por Podemos fue más del segundo tipo, ya que en ella el mensaje principal que trasladaron los líderes fue el de que Podemos no solo es necesario, sino que es imprescindible en la recomposición de la izquierda para que esta mantenga sus señas de identidad y para repetir el Gobierno de coalición. Y de ahí el aviso a navegantes a Yolanda Díaz: frente a su estilo menos agresivo, Podemos no piensa ser "un adorno del PSOE".

A Zaragoza llegaron este sábado cientos de militantes y simpatizantes de Podemos para escuchar a sus dirigentes en las múltiples mesas temáticas convocadas. La más exitosa, sin duda alguna, fue en la que participó el exlíder Pablo Iglesias, la primera del día, que en un principio iba a servir para hablar de geopolítica, pero en la que Iglesias también dejó varios recados internos a la militancia. El primero, que la "unidad" para las elecciones generales sigue siendo el objetivo prioritario. Y el segundo, que entiende que estén "muy dolidos y ofendidos" por los "desprecios", "insultos" y "ninguneos" de los que, dijo, es víctima Podemos. 

El exlíder no dijo nombres, pero ni falta que hizo: el nombre de Yolanda Díaz y el lanzamiento de Sumar de cara a las generales lleva semanas siendo el tema estrella de conversación en Podemos, y la Fiesta de la Primavera no iba a ser una excepción. Iglesias, de hecho, dibujó un retrato del partido morado como una formación asediada a la que los grandes poderes económicos, pero no solo ellos, exigen su rendición. Y arengó a los militantes asegurando que derrotarán "el enésimo intento de matar a Podemos y conseguir que no exista".

Con ese aperitivo, los asistentes al evento ya estaban listos para el plato principal: el mitin central, en el que participaron las números uno y dos del partido, Ione Belarra e Irene Montero, junto a varios de los candidatos autonómicos de las elecciones del 28 de mayo. Y, con algunas dificultades por el fuerte cierzo que, de hecho, obligó a terminar el mitin fuera del escenario principal previsto para ello, Belarra insistió en la misma idea ante un público entregado: que Podemos resistirá pese a quienes "repiten como un mantra que se hunde, incluso desde antes de 2015, lo han repetido cada día, y lo van a seguir repitiendo".

Diferencias palpables con Díaz

La secretaria general, no obstante, también lanzó varios dardos en su discurso, sin mencionar explícitamente a Díaz pero con ella como evidente destinataria en plena pugna de Podemos con Sumar por la hegemonía del espacio a la izquierda del PSOE. "Aquí estamos también, por mucho que le moleste a quienes quieren que la izquierda vuelva a ser la de antes, relegada a una esquinita del tablero, un adorno del PSOE, sin capacidad de decidir en la política de este país. Nosotras no somos eso y no lo vamos a ser", espetó Belarra. O en otras palabras: quien quiera tibieza -precisamente de lo que Podemos acusa a Díaz cada vez con menos disimulo-, que no cuente con los morados.

Si la secretaria general dio la de arena, a su número dos le correspondió dar la de cal, y en esta ocasión explicitando que su comentario se refería a Sumar cuando dijo que Podemos va a "defender la unidad" pese a ser un proyecto "muy diferente" al de Díaz. "Podemos es muy diferente de Sumar, de Más Madrid o de Compromís" y, pese a ello, lo que considera "mejor" es un "acuerdo de coalición" para acudir juntos a las elecciones generales, aseguró Montero, que, eso sí, también tuvo tiempo para arengar a las bases moradas y lanzar que, si alguien piensa que Podemos está "muerto", debería saber que "tiene delante al muerto más vivo que ha visto en su vida".

Las palabras de Montero y Belarra son una constatación de algo que, en privado, Podemos lleva tiempo deslizando: que las diferencias con Díaz van más allá de la cuestión de las listas y también del tono, y entran de lleno en la cuestión ideológica. Si hasta ahora quien lo había planteado con más claridad había sido Iglesias, que ha llegado a decir que la vicepresidenta está más cerca de Más País que de Podemos, fuentes moradas corroboran que la sensación extendida dentro de la dirección del partido es la de que Podemos tiene unas posiciones políticas sensiblemente diferentes a la de Díaz. 

Eso no quiere decir que los morados no quieran una lista única para las generales. Pero cada vez más esa unidad se contempla como un matrimonio de conveniencia para ambas partes que como una unión alcanzada de forma natural. Y Montero advirtió de que a Podemos no le sirve un acuerdo con Sumar en el que los morados queden diluidos. "Claro que es importante que la derecha y la extrema derecha entren a gobernar, pero más lo es que lo que quede sea capaz de seguir impulsando transformaciones, que no le tiemble el pulso", señaló la número dos. Hasta después del 28M, no obstante, las negociaciones van a estar paradas.

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