La tragedia de la valla de Melilla, las destituciones internas o los acercamientos de etarras a País Vasco y Navarra persiguen la carrera política del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Pese a las numerosas polémicas, las exigencias de dimisión por parte de la oposición, acompañadas por una reprobación en el Congreso de los Diputados, el magistrado y socialista mantiene su cartera días después de que los cambios en el Gobierno. Los populares ya asumen que continuará en su cargo pese a todas sus "equivocaciones".

No obstante, fuentes del PP señalan al presidente Pedro Sánchez como el máximo responsable de todas estas polémicas: ya no tanto por ser el presidente del Gobierno, sino porque consideran que utiliza a Marlaska de "pararrayos". Desde el principal grupo de la oposición acusan al líder socialista de estar "sacrificando" al juez "para evitar críticas de otros ámbitos al presidente".

En el último año, el Partido Popular ha pedido la dimisión y el cese "inmediato" del ministro por dos motivos. La primera, por su gestión de la tragedia en la valla de Melilla el pasado 24 de junio, cuando murieron al menos 23 inmigrantes al intentar entrar en España. Si bien el ministro alegó que ninguna de esos fallecidos sucedieron en suelo español, la emisión de unas imágenes de la BBC puso en duda su testimonio. 

Así, el PP impulsó un debate en el Congreso sobre su gestión al frente de Interior. Por "su falta de sensibilidad, la ocultación de información, los datos falsos facilitados y sus mentiras vertidas en sede parlamentaria", como defendió el PP, que logró que el Congreso reprobara a Marlaska con el respaldo de Vox, Ciudadanos, ERC, Junts y el BNG, entre otros.

En las últimas dos semanas, al ministro del Interior se le han echado encima otras tres nuevas polémicas: hace ocho días dimitía la directora de la Guardia Civil, María Gámez, "en circunstancias muy extrañas", según el PP. Dos días después, Marlaska completaba el acercamiento de todos los presos etarras a cárceles cercanas al País Vasco y Navarra. Y este martes, el Tribunal Supremo anulaba el cese ordenado en 2020 por Marlaska del que fuera jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, Diego Pérez de los Cobos.

Por la dimisión de Gámez, el PP solo ha exigido la comparecencia del ministro, tras conocer que la Justicia ha citado a su marido como imputado en un caso que es una ramificación de los ERE y coincidiendo con las investigaciones judiciales sobre el 'caso cuarteles', una trama de corrupción derivada del 'caso Mediador' sobre el que el PP ha exigido abrir una comisión de investigación. 

No obstante, por la segunda el PP ha vuelto a exigir la dimisión del ministro, dado que esta sentencia judicial le "desacredita" como ministro y como magistrado. El coronel Pérez de los Cobos fue cesado en 2020, cuando se investigaba la posible relación de contagios de Covid-19 y la manifestación del 8-M de ese año. De ahí que, para los populares, la "destitución política" de Marlaska "debe de ser la consecuencia directa" de la sentencia que ha dictado el Supremo. 

Por su parte, el ministro ha vuelto a justificar la "pérdida de confianza" en el coronel como el motivo que le llevó a tomar la decisión de cesarle, algo que se mantiene a día de hoy, y se ha remitido a la etapa en la que Pérez de los Cobos ejercía, en Interior durante la etapa del PP en el Gobierno, como responsable de los fondos reservados. Para Marlaska, no se ejerció el "debido control" sobre esos fondos, por lo que en ese tiempo se "permitió destruir pruebas". 

Ante esta afirmación, la diputada del PP Ana Vázquez le ha calificado como un ministro "reprobado, arbitrario, condenado" y que está "moralmente inhabilitado" incluso para volver a la carrera judicial. Por todo ello, los populares recomiendan a Marlaska que dimita. "Es el mejor momento para irse", afirmó.