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María Gámez, la correa entre el PSOE e Interior que fue la primera mujer al mando de la Guardia Civil

Ilustración de la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez
Ilustración de la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez
Carlos Gámez
Ilustración de la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez
Ilustración de la exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez.
Carlos G. Kindelán - ATLAS

Su nombramiento no estuvo exento de polémica y su salida ahora tampoco. María Gámez llegó al cargo de directora de la Guardia Civil en enero de 2020, tras la abrupta salida de su antecesor por diferencias con Fernando Grande-Marlaska y desde el principio fue señalada como la mujer de partido que podría volver a establecer una correa de transmisión entre el Ministerio del Interior y el PSOE, un nexo que el ministro había descartado en toda su etapa anterior. Ahora, Gámez ha cesado no por su gestión -por la que ha sido cuestionada en ciertas ocasiones-, sino por un caso de corrupción que afecta a su marido.

Hasta hace algo más de tres años, Gámez había desarrollado toda su carrera política en Andalucía, donde ocupó varios cargos políticos. Llegó a la dirección del Instituto Armado con su etapa como subdelegada del Gobierno bajo el brazo, tiempo en el que había trabajado codo con codo con Policía Nacional y Guardia Civil.

Sustituía a Félix Azón, juez de carrera, como el ministro Marlaska. Recomendado por la también magistrada Margarita Robles, Azón completaba un equipo en Interior sin ninguna vinculación orgánica con el principal partido del Gobierno, el PSOE. Es habitual en todos los gobiernos que nombramientos tan importantes como el de la dirección de la Guardia Civil tenga cierta vinculación con el partido de turno.

A lo largo del año y medio en que Azón estuvo al frente de la Benemérita, las relaciones entre Marlaska y él se fueron deteriorando y la confianza se terminó de quebrar por algunas intervenciones de la Guardia Civil, como la operación en la que fueron detenidos varios miembros de los CDR en Cataluña por delitos de terrorismo, sobre cuyos detalles no estaba informado previamente el ministro, al estar en ese momento bajo secreto judicial

Con el nuevo Gobierno de coalición, Marlaska aprovechó para hacer cambios. El nombramiento de Gámez vino a paliar esa falta de conexión entre el PSOE y el Ministerio del Interior, al tiempo que revitalizaba la imagen de la Guardia Civil al ser la primera mujer al frente del cuerpo.

La ya exdirectora inició su carrera política en el año 2004 como delegada en Málaga de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía (de la que es funcionaria del Grupo A), consejería que dirigía entonces Francisco Vallejo, ahora en prisión tras ser condenado a siete años de cárcel en la pieza política del caso de los ERE.

Posteriormente, fue nombrada como delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, cargo que ocupó hasta 2011, cuando se pasó a la política municipal, donde se postuló como candidata del PSOE a la Alcaldía de la capital de la Costa del Sol en las elecciones municipales de ese mismo año y en las de 2015, citas en las que fue derrotada por el legendario regidor del PP Francisco de la Torre. 

Un año después dejó la primera línea de la política, a la que no regresó hasta 2018, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la nombró subdelegada del Gobierno en Málaga. Entonces, también fue la primera mujer en ostentar este cargo, en el que destaca su actuación al frente del operativo de rescate del niño Julen, un caso muy mediático que la mantuvo durante 13 días al pie del cañón en Totalán y le dio una notoriedad nacional con la que hasta entonces no contaba. 

Tampoco contaba Gámez probablemente con que una de las mayores tramas de corrupción política de Andalucía, el caso de los ERE, acabara salpicando en una de sus numerosas ramificaciones a su marido, Juan Carlos Martínez, que ha sido citado a declarar como investigado, junto con uno de sus hermanos, por presuntos delitos de prevaricación, malversación y blanqueo de capitales en el marco de la investigación de supuestas irregularidades en la concesión de ayudas a Santana Motor. 

Su imputación está relacionada con la gestión del Centro de Negocios de Empresa de Andalucía de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en Madrid; y, más concretamente, con la "irregular contratación y transmisión de fondos en favor de la entidad Experience Management Group S.L., de la que era titular Bienvenido Martínez", también hermano del marido de Gámez, que fue consejero de Santana Motor.

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