La pelota está este miércoles en el tejado de la Reserva Federal: "Perderá si decide subir los tipos de interés... y perderá si no lo hace"

El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell.
El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell (archivo).
JIM LO SCALZO / EFE
El presidente de la Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell.

Casi una semana después de que el Banco Central Europeo (BCE) volviera a subir los tipos de interés 0,5 puntos, llega el turno de la Reserva Federal (Fed). Los inversores miran ahora al banco central estadounidense, cuyo Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se reúne este miércoles con un guion no exento de incertidumbre, tras la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank la semana pasada. "Haga lo que haga la Reserva Federal está en una situación en la que perderá si sube los tipos de interés y perderá si no lo hace", valora el analista Jesse Cohen, de Investing.com.

Han pasado siete semanas desde la última subida de tipos de la Fed. El organismo presidido por Jerome Powell anunció a principios de febrero el que fue su octavo incremento consecutivo en apenas un año, con el que envió un doble mensaje. Por un lado, ralentizó el ritmo al aprobar una subida de 0,25 puntos -frente a las alzas anteriores de 0,5 y 0,75 puntos-, hasta situar los tipos en una horquilla de entre el 4,5% y el 4,75% -la cifra más alta desde septiembre de 2007-, pero al mismo tiempo avisó de que mantendría su senda alcista en futuras reuniones. "Los aumentos continuos serán apropiados para lograr una postura de política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva para devolver la inflación al 2%", señalaba su comunicado.

La hoja de ruta de la Fed apuntaba, por tanto, a una nueva subida de 0,25 puntos en marzo -hasta una horquilla de entre el 4,75% y el 5%-, con el objetivo de contener los precios. Los últimos datos de febrero alimentan ese escenario, ya que la tasa de variación interanual del IPC estadounidense se sitúa todavía en el 6%, tras un avance mensual del 0,4%, mientras que la inflación subyacente -aquella que excluye la energía y los alimentos no elaborados, por su alta volatilidad- persiste al 5,5%, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Con la moderación de los precios como meta, los tipos de interés han crecido en Estados Unidos 4,75 puntos en el último año, desde que el 16 de marzo de 2022, la Fed aprobara la primera subida, tras casi dos años con los intereses al 0%.

Sin embargo, la quiebra del SVB y del Signature Bank en la última semana han complicado el panorama, obligando a la Fed a actuar con diligencia para evitar el contagio a otras entidades financieras, como ocurrió en 2008 con el colapso de Lehman Brothers. Tras conocerse el desplome del SVB, cuyos activos rondaban los 209.000 millones de dólares, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) se apresuró a garantizar que todos los depositantes tuvieran "acceso total a sus fondos" y la Fed hizo lo propio con el suministro de liquidez a las entidades financieras, un compromiso que no logró evitar una semana de gran volatilidad en Wall Street y en el resto de parqués.

De hecho, las turbulencias financieras han continuado y los grandes bancos estadounidenses han tenido que unirse para evitar el colapso del First Republic Bank con un rescate de 30.000 millones de dólares. "Todo esto tiene que ver con la subida de intereses de la Reserva Federal y con el hecho de que, sin embargo, los bancos remuneren poco los depósitos", valoró Jim Bianco, presidente del Bianco Research LLC.

Este seísmo financiero ha abierto la puerta a la posibilidad de que la Fed frene en seco y no acuerde una nueva subida de tipos. Desde Goldman Sachs, por ejemplo, se decantan por ese escenario y apuestan por que el banco central estadounidense se desviará del guion previsto. "A la luz de la tensión en el sistema bancario, ya no esperamos que se realice esa subida de tipos en su próxima reunión del 22 de marzo", valoran los analistas del banco estadounidense. "Los mercados han reducido sus expectativas de subidas de tipos de interés, pensando que la Fed podría adoptar un enfoque menos agresivo a partir de ahora para facilitar la estabilidad del sistema financiero", explican desde el Instituto Español de Analistas.

"La cuerda floja"

No obstante, un cambio de ruta por parte de la Fed supondría también una señal de alerta para los inversores. "El banco central estadounidense parece estar caminando por la cuerda floja, con la posibilidad de cometer un grave error político a cada lado", expresa Cohen. "Si no sube los tipos, será un error, un error garrafal, ya que la inflación sigue estando muy por encima del objetivo del 2%. Sin embargo, el actual panorama en el sector bancario ha acelerado el calendario de ralentización de la economía y ha aumentado la posibilidad de una profunda recesión en los próximos meses", añade.

"La clave de lo que pueda pasar en los mercados está en si los indicadores adelantados de la economía norteamericana siguen funcionando o no", explica Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento Nextep Finance. "La economía norteamericana irá perdiendo fuerza a partir de ahora, aunque seguramente no demasiada, porque el Estado está inyectando una enorme cantidad de dinero vía gasto público, el sector servicios está todavía fuerte y, con un nivel de paro históricamente bajo, el consumidor mantiene un alto grado de confianza", vaticina. El frenazo económico ya se notó en 2022, cuando, según la Oficina de Análisis Económico, la economía estadounidense creció un 2,1%, frente al avance del 5,9% del año anterior.

"Para las bolsas, a peor, mejor. Cuanto más afloje la economía estadounidense, mayores probabilidades de que baje la inflación y de que la Fed se tome un descanso en la subida de tipos", resume Alvargonzález. Hipótesis aparte, está por ver cuál será la decisión final que anuncie Jerome Powell y sobre todo cuál será su acogida en los mercados. 

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