Omar Anguita Diputado y portavoz Socialista de Infancia y Juventud
OPINIÓN

Lo revolucionario es tener tiempo

Un padre y su hijo en bicicleta pasan por las fuentes del Parque Central de Valencia mientras una niña juega con el agua en el fondo.
Un padre y su hijo en bicicleta pasan por las fuentes del Parque Central de Valencia mientras una niña juega con el agua en el fondo.
EFE
Un padre y su hijo en bicicleta pasan por las fuentes del Parque Central de Valencia mientras una niña juega con el agua en el fondo.

Hace un par de semanas participé en una mesa redonda sobre la obesidad en general y de cómo afectaba particularmente a la infancia y a la adolescencia. La mesa estaba organizada por la Embajada de Dinamarca y trataba de buscar puntos de encuentro para tratar este problema que, de alguna manera, estaba muy presente en nuestros niños y niñas.

Tras tocar varios temas, entre ellos la alimentación y la falta de horas semanales para hacer algo de ejercicio físico, sobre todo nos centramos en la falta de tiempo para conciliar familia y trabajo.

De la misma manera que la reforma laboral aprobada hace algo más de un año nos ha permitido recuperar derechos laborales que nos habían sido arrebatados por el gobierno de M. Rajoy, seguimos teniendo aún muchos problemas para poder avanzar en el derecho a la conciliación.

Nos hemos adaptado a tener que trabajar y estar fuera de casa más de 10 horas… ambos padres. El capitalismo ha conseguido que ahora tengamos que traer dos sueldos a casa para poder afrontar el coste de la vida y, a veces, ni con eso da.

El capitalismo ha conseguido que ahora tengamos que traer dos sueldos a casa para poder afrontar el coste de la vida

La gran revolución laboral de este siglo se llama teletrabajo. Nos sirvió para poder seguir trabajando cuando la covid apareció en nuestras vidas y las empresas se esforzaron en encontrar la manera de que la plantilla siguiese activa durante las semanas que durara el confinamiento. Y se logró.

Sin embargo, lejos de llegar para quedarse, la vuelta a la ‘normalidad’ precovid también forzó a mantener las jornadas laborales anteriores a la pandemia. No solo no se ha quedado el teletrabajo, sino que las jornadas laborales tampoco se han reducido.

Europa ha sido pionera en multitud de avances y en reconocimiento de nuevos derechos. Es hora de que se busque el medio para mejorar la calidad de vida de la gente. Y es algo que no debería recaer solo en las instituciones, sino también ha de darse por aludido el mundo empresarial.

Busquemos puntos en común lejos del ruido para poder aflorar una conciliación laboral y familiar real. Un derecho que nunca se debió perder. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento