Cuatro años y medio de cárcel para los dos ladrones de las botellas del restaurante Atrio, valoradas en 1,6 millones de euros

Juicio del presunto autor del robo de Atrio.
Juicio del presunto autor del robo de Atrio.
Sergio Pérez / EFE
Juicio del presunto autor del robo de Atrio.

La Audiencia provincial de Cáceres ha condenado a cuatro años y seis meses de prisión a los dos acusados de robar 45 botellas de vino del restaurante Atrio de la capital cacereña.

Los condenados, un hombre y una mujer, como autores de un delito de robo con fuerza en establecimiento abierto al público de especial gravedad deberán además indemnizar conjunta y solidariamente con 753.454 euros.

La Audiencia considera como hechos probados que los dos acusados puestos de común acuerdo y con la finalidad de obtener un beneficio ilícito, decidieron que se alojara la mujer en el hotel Atrio de Cáceres el día 26 de octubre de 2021, lugar que conocían por haber estado previamente planificando el robo.

La reserva fue realizada únicamente por la mujer utilizando un pasaporte falso portando únicamente una mochila. La sentencia indica que posteriormente, se presentó el varón para cenar y alojarse, sin registrarse, en el hotel. Tras cenar en el restaurante del hotel, realizaron una visita guiada a la bodega y luego subieron a la habitación.

Dos llamadas para entretener al recepcionista

Sobre las 2.10 de la madrugada la acusada llamó a recepción para pedir una ensalada e interesándose repetidamente por el tiempo que tardaría en ser servida al único empleado que se encontraba en ese momento en el hotel-restaurante.

El empleado de recepción, tras negarse a realizar la comanda, manifestándole que se encontraba solo y la cocina cerrada y extrañado por la solicitud, dado que habían cenado un menú degustación de 14 platos, ante la insistencia de la acusada accedió a la petición, indicando que tardaría por lo menos unos 20 minutos en servir lo solicitado.

El empleado se dirigió a la cocina, momento aprovechado por el acusado para coger una llave electrónica con la que acudió a la bodega, pero no tuvo éxito en su apertura por no tratarse de la llave adecuada. El empleado, tras subir la ensalada, regresó a recepción.

El acusado desde la puerta de la bodega hizo una llamada a la mujer para que volviera a entretener al recepcionista. De esta forma, momentos después, la acusada reiteró la llamada a recepción, en esta ocasión, para solicitar un postre, a lo que nuevamente el empleado puso reparos, accediendo finalmente a llevarle algo de fruta.

El acusado volvió a la recepción y de una caja cogió la llave maestra número 27, abriendo con ella la bodega, accediendo a la sala de catas donde se apoderó de 45 botellas de vino que guardó en una mochila y dos bolsos de gran tamaño, subiendo inmediatamente a la habitación antes del regreso del empleado a la recepción.

Los acusados abandonaron precipitadamente el hotel sobre las 5.00 horas, cargando el varón la mochila a la espalda y los dos bolsos con las botellas, en las que había introducido cuatro toallas del baño de la habitación del hotel para evitar que tintinearan entre ellas.

La sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

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