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¿Qué hay detrás de un profesional con discapacidad?

Una mujer con discapacidad en su puesto de trabajo.
Una mujer con discapacidad en su puesto de trabajo.
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Una mujer con discapacidad en su puesto de trabajo.

Las estadísticas hablan por sí solas. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 73,1% de las personas con discapacidad que pertenecen a la población activa en 2021 se encontraban en situación de desempleo. Una cifra que es mucho más que un número y acarrea terribles consecuencias entre otras muchas: exclusión social, pobreza, falta de oportunidades para interactuar entre iguales y para las empresas supone una auténtica fuga de talento. 

Así lo demuestra el informe Personas con discapacidad: un reto para las empresas, una oportunidad y es que la incorporación de la diversidad es una ventaja competitiva que ya ha quedado demostrada. Sin embargo, queda claro que hay muchos miedos y barreras a la hora de incorporar realmente este talento en toda su extensión. Como presidenta de Convives con Espasticidad y profesional con discapacidad y una trayectoria reconocida creo que es importante reflexionar sobre qué hay detrás de un profesional con discapacidad.

Cuando alguien contrata a un profesional con discapacidad puede estar por seguro de que está contratando a una persona que posee:

  1. Una gran motivación. La motivación es el primer paso para alcanzar los objetivos.
  2. Una voluntad férrea. Los pocos que llegamos a lograr la inclusión dentro del mercado laboral tenemos, sin duda, una gran fuerza de voluntad, pues antes de recibir la oportunidad hemos enfrentado muchas negativas. Algo que también tienen muchas otras personas que no llegan a alcanzar la inclusión laboral. Todo empieza por una oportunidad.
  3. Una gran tolerancia al fracaso, muy relacionado con lo anterior.
  4. Una asombrosa capacidad de resolución de problemas. Solo las personas que convivimos con una discapacidad sabemos todos los problemas a los que nos enfrentamos en nuestro día a día. Muchos de esos problemas son inesperados, otros se dan de forma constante, pero siempre tenemos que innovar para no quedarnos atrás.
  5. Un claro espíritu de trabajo en equipo. Sin el apoyo de muchas otras personas (familiares y profesionales del ámbito educativo, sanitario y social), nuestra vida hubiera sido mucho más complicada. Sabemos por experiencia propia que los grandes hitos se consiguen en equipo.
  6. Una proactividad constante. Es un hecho que la sociedad no está construida para lo diferente. Para poder vivir una vida plena, las personas con discapacidad estamos desarrollando continuamente nuestra proactividad.
  7. Una buena capacidad de gestión del tiempo. La discapacidad ocupa mucho tiempo de nuestra vida y al final aprendes a gestionar el tiempo para poder alcanzar tus sueños, aunque sea a otro ritmo.
  8. Divergencia de pensamiento. Para realizar nuestras actividades de la vida diaria, una gran mayoría de las personas con discapacidad tenemos que idear e investigar nuevos caminos. Este ejercicio constante, además de permitirnos una mayor independencia, hace que nuestro cerebro desarrolle lo que se conoce en psicología como la divergencia de pensamiento, es decir, la capacidad de pensar diferente. En concreto, “el pensamiento divergente o pensamiento lateral es aquel que permite relacionar ideas y procesos de forma creativa, para encontrar alternativas a la resolución de un problema”.

Hasta aquí hemos visto ocho habilidades que contribuyen a que las personas con discapacidad nos convirtamos en un empleado 360º, pero las estadísticas demuestran que encontrar un empleo para una persona con discapacidad es casi una odisea. Estos son algunos de los motivos:

  1. Los bajos índices de educación superior, estudios universitarios o grados formativos. A mayor formación, mayor inclusión.
  2. La dificultad añadida de adquirir experiencias internacionales tipo Erasmus.
  3. Aún falta mucho por avanzar en materia de teletrabajo en España. Somos muchas las personas con discapacidad que por nuestras circunstancias no podemos trabajar ocho horas en una oficina, ya sea por nuestras circunstancias o por las barreras arquitectónicas que a veces resultan insalvables. Aunque se ha avanzado en la implantación del teletrabajo, que se ha convertido en una gran vía de inclusión sociolaboral en la mayoría de las empresas españolas, la presencialidad se sigue imponiendo en nuestro país, lo que deja a muchas personas con discapacidad sin ninguna opción.
  4. Falta de autoconfianza. Si bien muchas personas con discapacidad se crecen ante la adversidad, muchas otras al tener que enfrentarse a numerosos obstáculos en su día a día van perdiendo la confianza, al internalizar los estereotipos basados en creencias erróneas de pobrecitos o superhéroes. La discapacidad no te hace ni mejor ni peor, es la actitud lo que nos define. No dejemos que nadie nos diga hasta donde podemos llegar, los límites -nuestros límites- están por escribirse.
  5. Miedo a lo desconocido tanto por parte del empleado como del empleador. Todos tenemos miedo cuando nos enfrentamos a un reto nuevo. A pesar de las múltiples bonificaciones y recursos que se facilitan a través del Estado y de las distintas Comunidades Autónomas, las empresas siguen desconfiando, cuestionando si las personas con discapacidad van a poder llevar a cabo correctamente las funciones del puesto. Por otro lado, las personas con discapacidad se enfrentan a sus propios miedos ante su falta de experiencia y los mensajes recibidos desde la infancia.

La única fórmula para avanzar es afrontar esos miedos. Demostrándonos y demostrando a los demás que sí somos capaces. Solo necesitamos los apoyos adecuados y que se cumpla nuestro derecho de ajuste razonable del puesto de trabajo, es decir, “todas las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales” (Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. 2006. Art. 2).

Antes de terminar este artículo, me gustaría recalcar que hay dos grandes verdades que nadie puede negar: en primer lugar, que la discapacidad es cara y empobrece; la discapacidad, al igual que la vejez, nos va a tocar a todos.

Recordemos entonces que, todo empieza por una oportunidad y que la Constitución Española reconoce el derecho de todos los ciudadanos a acceder a un empleo. ¡Hagamos, entre todos, de los derechos una realidad!

Recursos de utilidad

  1. Fundación Randstad.
  2. Fundación ONCE.
  3. Xtalento.
  4. Fundación Universia.
  5. Asociación Reconoce: para la acreditación de competencias transversales para el empleo adquiridas a través del voluntariado y de la educación no formal.
  6. Escuela Convives: 1ª Escuela Online de Afrontamiento Activo de la Discapacidad. En ella, los usuarios pueden encontrar, entre otros muchos, un módulo sobre empleo y emprendimiento que es posible gracias a la colaboración de Fundación "la Caixa”. Además, para aquellos usuarios que no puedan abonar el coste de 60€ al año disponemos de Becas Afronta.
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