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Los centros ocupacionales, una oportunidad de integración laboral para Cecilia, Jesús y Jennifer: "Tenemos capacidad de trabajo"

Jennifer, del centro ocupacional de la asociación Ampros
Jennifer, del centro ocupacional de la asociación Ampros
CEDIDA
Jennifer, del centro ocupacional de la asociación Ampros

Los centros ocupacionales suponen una oportunidad de inserción laboral para las personas con discapacidad. Promueven su desarrollo personal y social y les ayudan a potenciar al máximo sus capacidades y habilidades, tanto para la vida cotidiana como para el trabajo. Dependiendo de las características del usuario, pueden suponer un recurso permanente o algo temporal, si la persona desarrolla las aptitudes necesarias para acceder a un Centro Especial de Empleo (CEE) o a una empresa ordinaria.

En los centros ocupacionales, las personas con discapacidad desarrollan múltiples actividades, entre ellas, terapias de estimulación, psicomotricidad o habilidades sociales y deporte u ocio. Además, se preparan para el mercado laboral con formación y talleres prácticos de distinto tipo, como carpintería, jardinería o manipulado, con el objetivo de mantenerse ocupados de una forma terapéutica mientras desempeñan una tarea acorde a sus posibilidades y potencialidades.

Una oportunidad para mejorar su calidad de vida

Muchas empresas colaboran con distintos centros ocupacionales para ayudar a la integración de las personas con discapacidad intelectual en el mundo laboral delegando en ellas el desempeño de tareas específicas. Una de ellas es la compañía farmacéutica española Cantabria Labs, que invierte una parte importante de sus beneficios en proyectos de innovación social, científica y formativa. 

Dentro de estos proyectos, Cantabria Labs colabora desde hace más de 20 años con centros ocupaciones, tanto en Madrid como en Cantabria, de asociaciones como Astor, Ampros y Fundación Arcoiris. "Todos tienen como objetivo crear oportunidades para las personas con discapacidad y mejorar su calidad de vida y la de sus familias", explica Paloma Valverde, responsable de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de la compañía.

Las personas con discapacidad intelectual que acuden a estos centros ocupacionales realizan tareas que van desde el montaje y paletización de algunos de sus productos, como las ampollas de la línea Endocare, hasta la preparación de bolsas para eventos o regalos de Navidad. "Para estas personas, poder contar con estas organizaciones significa contar con más apoyos, más recursos, más acceso a educación y a un empleo digno, cuyo fin último es mejorar su calidad de vida", asegura Valverde.

Recepción, montaje y etiquetado de productos

Jesús, de 39 años, y Cecilia, de 28, tienen discapacidad intelectual y acuden cada día al centro ocupacional de la Asociación Astor, en Torrejón de Ardoz (Madrid). Ambos realizan labores de manipulado dentro de su taller laboral, con el que "se forman y entrenan habilidades sociolaborales para una futura inserción laboral", explica Milagros Martín, terapeuta ocupacional y responsable del área de formación laboral del centro ocupacional.

Jesús, del centro ocupacional de la asociación Astor
Jesús, del centro ocupacional de Astor, embalando un paquete de Cantabria Labs
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Todas las personas del taller, dependiendo de sus capacidades, participan en la realización de distintas tareas con productos de Cantabria Labs: recepción de material, etiquetado de muestras e instrucciones, montaje y colocación de estuches, loteado (introducir blisters en una caja), plastificado, conteado de distintas cantidades de muestras, y montaje y embolsado. "Yo recibo el material, cojo el transpaleta, plastifico, y lo coloco en un palet", cuenta Jesús, quien lleva más de 20 años en este centro y, asegura, "habla mucho con los chicos de Cantabria Labs".

Por su parte, Cecilia, quien cursó un Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) adaptado, acude desde hace casi 10 años a distintos centros ocupacionales. Ahora, en el de la asociación Astor, se encarga del "etiquetado de productos para hacer cestas de empresa de Navidad, lotes…". La joven comenta que este es el trabajo "que más le gusta" realizar en el centro ocupacional. Por eso, lanza una petición a la compañía: "Quiero ir al laboratorio de Cantabria Labs y conocer lo que se hace ahí".

Cecilia, realizando labores de etiquetado con producto de Cantabria Labs
Cecilia, realizando labores de etiquetado con productos de Cantabria Labs
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Entrar en una empresa ordinaria, el objetivo final

El objetivo final de un centro ocupacional no es la producción, sino el entrenamiento de las habilidades laborales: organizar una tarea, preparar el material, aprender a trabajar en equipo, potenciar destrezas específicas como la motricidad fina, la atención y la concentración y mejorar las relaciones sociales y, en definitiva, la autoestima de estas personas. "He aprendido a seguir las instrucciones. Les hago caso a todo lo que me dicen", cuenta Jesús, orgulloso. "Somos un equipo y aprendemos a trabajar en cadena", comenta Cecilia.

Jesús está entrenando para ser reponedor y mozo de almacén. De hecho, ya ha trabajado en varios CEE y ha realizado prácticas en empresa ordinaria. Por su parte, Cecilia ha trabajado durante dos años de dependienta en tiendas de ropa y ahora está en búsqueda de empleo. Ambos participan en cursos de formación en el centro ocupacional, pero, por sus aptitudes, la idea es que pasen a un empleo ordinario.

Se va avanzando, pero la discapacidad intelectual es la última, aún hay mucho trabajo por hacer y por sensibilizar

Pilar es monitora del centro y acompaña a Cecilia y Jesús en la entrevista. Explica que "hay varias personas que han conseguido empleo y están fuera del centro ocupacional. Uno lleva 7 años fuera y está en un CEE de manipulado de cosméticos después de trabajar con productos de Cantabria Labs. Ese ha sido un caso de éxito". Además, defiende que "las personas con discapacidad pueden aportar mucho valor a las empresas, compañerismo y respeto". "Se va avanzando, pero la discapacidad intelectual es la última, aún hay mucho trabajo por hacer y por sensibilizar", añade.

Tanto Cecilia como Jesús aseguran que "cuesta un poco más" conseguir trabajo en una empresa ordinaria, pero eso no les hace perder la ilusión ni las ganas: "Tenemos capacidad de trabajo y queremos conseguir uno, para tener dinero y poder comprar cosas". Ambos cuentan que han tenido buenas experiencias con las empresas en las que han trabajado y esperan volver a formar parte de la plantilla de alguna de ellas: "Merecemos una oportunidad porque todos somos iguales y porque lo hacemos bien".

La importancia de entrenar su autonomía

Jennifer tiene 27 años y acude a los centros ocupacionales de la Asociación AMPROS desde hace seis. La joven, que admite estar "muy nerviosa" durante la entrevista, explica que vive en una vivienda tutelada situada junto a uno de los centros de la entidad, ubicado en Santander, donde todos los días más de un centenar de personas con discapacidad intelectual realizan talleres para practicar sus habilidades sociolaborales.

Jennifer, del centro ocupacional de la asociación Ampros
Jennifer, del centro ocupacional de la asociación Ampros
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"Hacemos jardinería. Cuando no estamos con las flores, plantamos y cuidamos del huerto, donde tenemos tomates, lechugas… luego hacemos ensalada", cuenta. Además, desde hace más de 25 años, la asociación colabora con Cantabria Labs en tareas de manipulado: "Cogemos las cajas, las abrimos, ponemos las ampollas y el tapón, lo cerramos y lo ponemos en el palé. Con las cremas, las ponemos en la bolsa, contamos 50 y luego la monitora las cuenta otra vez y las coloca".

En ocasiones, cuenta Jennifer, ha podido ver algunos de los productos con los que ella misma trabaja al ir a comprar con su madre: "Me siento muy contenta porque pienso que lo hemos hecho todo el grupo de trabajo. Mi madre me pregunta, se lo enseño, y me dice que está orgullosa". El trabajo con las ampollas es el favorito de la joven, admite: "Lo disfruto porque estoy ocupada trabajando. Antes no trabajaba bien, las monitoras me ayudaban y yo estaba atenta para hacerlo bien".

Me siento muy contenta porque pienso que lo hemos hecho todo el grupo de trabajo. Mi madre me pregunta, se lo enseño, y me dice que está orgullosa

Jennifer ha aprendido en estos años a trabajar mejor en equipo, además de ganar autoestima. Su monitora Rocío da fe de ello: "Le ayuda a practicar, a entrenarse para tener un puesto de trabajo. Antes nos costaba mucho, pero ahora, poco a poco, lo está haciendo mucho mejor y más rápido". Por ello, Jennifer se siente ahora capaz de enfrentarse a un trabajo en un CEE o en una empresa ordinaria: "Si me ayudan, yo lo puedo hacer".

Proyectos sociales con personas con discapacidad

Además de colaborar con distintos centros ocupacionales, Cantabria Labs tiene en marcha diversos proyectos "para intentar mejorar la salud y la calidad de vida de las personas de nuestro entorno, en los que no faltan acciones comprometidas, en colaboración con diversas fundaciones, asociaciones y personas, dirigidas a personas con notables barreras de acceso a su participación social", tal y como explica Valverde. La compañía busca, con estas iniciativas, "reducir las desigualdades, ofrecer oportunidades y, en la medida de lo posible, una mejor calidad de vida a las personas con cualquier tipo de discapacidad".

La compañía farmacéutica organiza, desde 2019, charlas de valores y superación con la atleta paralímpica Sara Andrés, embajadora de Cantabria Labs. "Con su historia de vida, de superación y la alegría que le caracteriza, transmite a los niños, jóvenes y adultos los valores del deporte -esfuerzo, pasión, constancia y compañerismo- y, con su ejemplo, sigue derribando barreras y visibilizando la discapacidad que, como ella misma dice, 'es una oportunidad para adaptarse a una nueva vida, que será diferente, pero que puede ser muy feliz", explica la responsable de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de la compañía.

Asimismo, Cantabria Labs participa, junto a la Fundación Ana Carolina Diez Maho, a través del Legado María de Villota, en 'Primera Estrella', un programa de fisioterapia cuyo objetivo es "mejorar la calidad de vida de niños con enfermedades neuromusculares de origen genético, principalmente mitocondriales y distróficas, que no tienen un tratamiento curativo, y de sus familiares", explica Valverde.

Un proyecto científico sobre microbiota

Por otro lado, Cantabria Labs colabora con la Fundación Querer en un proyecto científico sobre 'Microbiota y Permeabilidad Intestinal' en niños con alteraciones del neurodesarrollo. En el estudio, dirigido por el Doctor Pablo Lapunzina, han participado casi 90 niños de cinco colegios de varias comunidades autónomas. "Es un proyecto al que decidimos sumarnos por nuestro carácter innovador y emprendedor, prosperamos sin olvidarnos de quienes más nos necesitan y poniendo en el centro siempre a las personas", asegura Marisa Márquez, responsable de desarrollo de negocio de Cantabria Labs.

Este proyecto, cuyos primeros resultados se presentarán en las IV Jornadas Neurocientíficas de la Fundación Querer, estudia el impacto de un probiótico, creado por Cantabria Labs, a nivel gastrointestinal y neurocognitivo de los niños con trastornos neurológicos para ayudar a mejorar sus resultados académicos y conseguir su máximo potencial. "Un gran porcentaje de estos niños comparte importantes problemas gastrointestinales, que claramente afectan a su aprendizaje. La microbiota tiene mucho que ver en estos problemas. Además, está demostrado que existe un eje intestino-cerebro y, por tanto, que existe una conexión directa entre una microbiota alterada y la neuro-cognición. Este probiótico, creado ad-hoc para estos niños, podría servirles para mejorar en ambas dimensiones", explica Eugenia Arribas, directora de proyectos científicos de la Fundación Querer.

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