Feijóo acusa al Gobierno de cambiar el 'sí es sí' como medida electoral y Sánchez replica que "nadie desea" bajar penas a agresores

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Senado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Senado.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Senado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece ante el pleno del Senado.
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El primer cara a cara del año en el Senado entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, tuvo como una de sus principales protagonistas la reforma de la ley del 'solo sí es sí' a la que se ha abierto el Ejecutivo en los últimos días ante las polémicas rebajas de algunas condenas por agresión sexual. 

Feijóo, que ya ha dicho que apoyará una modificación de la norma, cargó en su discurso contra Sánchez porque, asegura, su cambio de posición se debe a que teme que las rebajas de penas le perjudiquen electoralmente. Y el presidente, por su parte, se reafirmó en la necesidad de modificar la ley porque "nadie desea reducir el castigo a agresores sexuales".

Pese a que la controversia sobre la ley del 'solo sí es sí' se ha reavivado en las últimas fechas, tanto Sánchez como Feijóo hilvanaron sendos discursos que se centraron, en buena parte, en la economía. De hecho, el presidente del Gobierno ni siquiera mencionó la ley del 'solo sí es sí' en su alocución inicial: el tema lo sacó Feijóo, que afeó a Sánchez que "dejase redactar esta ley cuando fue informado y advertido de lo que podía pasar y, pese a ello, dejaron hacer para no alterar la coalición de Gobierno", rescatando las declaraciones de Carmen Calvo en Cadena Ser la noche anterior en las que admitió que durante la tramitación de la ley tanto ella como el que entonces era ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, hicieron "objeciones clarísimas" a la norma. 

Para el dirigente popular, la ley "es el fruto de un error y el resultado de la irrelevancia" de Sánchez como presidente y de "su insensibilidad" porque "desde el primer instante sabía lo que iba a pasar", acusó Feijóo a Sánchez. Y a continuación lanzó una batería de preguntas que el presidente no respondió siquiera en su réplica. "¿Qué clase de feminismo justifica haber rebajado las penas a sabiendas? ¿Cuánto más va a tardar en modificarla? ¿Va a seguir permitiendo que el Gobierno insulte a todos los que se lo hemos advertido, a jueces y grupos políticos? ¿Cuándo va a disculparse?"

El líder de la oposición, que lleva tres meses pidiendo al presidente del Gobierno que modifique la ley, avanzó su propia tesis sobre el porqué el Ejecutivo se abre ahora a reformar la ley. "No da marcha atrás por decencia, solo lo hace por miedo. No le importa tanto el daño causado a las mujeres como las encuestas".  Tras ello, en un momento acalorado del debate, aseguró que el actual Ejecutivo es el único de la democracia en el que los derechos de las mujeres han experimentado un retroceso en lugar de avanzar. "Usted y su Gobierno pasarán a la historia por ser los primeros en dar un paso atrás en la lucha del feminismo". 

Pese a las críticas, el líder del PP volvió a ofrecer su apoyo en la futura reforma del PSOE. Eso sí, mantiene la protesta que ha convocado Nuevas Generaciones del PP este miércoles frente al Ministerio de Igualdad, al que asistirán también miembros de la dirección nacional como Carmen Navarro y Pedro Rollán.

Por el contrario, Sánchez, sabedor de lo incómodo que resulta este tema para el Gobierno, se limitó a repetir el argumento que el Ejecutivo ha planteado en los últimos días: la ley del 'solo sí es sí' es una buena ley que ha tenido una "consecuencia no deseada" a causa de una "cuestión técnica que no refleja la voluntad del Ejecutivo y tampoco de los grupos parlamentarios que la aprobaron". 

De ahí que el presidente insistiera en que "esos efectos indeseados se van a corregir", si bien no concretó cómo. Precisamente eso es lo que están ahora negociando PSOE y Unidas Podemos, ya que los morados se oponen a volver al modelo que diferencia entre agresiones sexuales ejecutadas con y sin violencia, como defiende el Ministerio de Justicia.

Sánchez, no obstante, se revolvió ante una de las críticas de Feijóo: que el Gobierno no ha hecho nada por los derechos de las mujeres. "No se puede discutir nuestro compromiso feminista", espetó el presidente al líder de la oposición, a quien recordó que el Ejecutivo ha aprobado medidas como las sucesivas subidas del salario mínimo o el aumento de las pensiones con el IPC que benefician "fundamentalmente a las mujeres" porque es precisamente la población femenina la que, en términos estadísticos, tiene ingresos más bajos.

Sánchez se ancla a la izquierda

Más allá de la polémica por la ley del 'solo sí es sí', el presidente del Gobierno quiso centrar su intervención en la marcha de la economía y en defender las medidas puestas en marcha para hacer frente a la crisis económica. Para Sánchez, el buen resultado de estas mediadas la demostración de que la intervención del Estado es necesaria para promover la igualdad. 

En un discurso con mucha mayor carga ideológica de la que acostumbra, el presidente sostuvo que el "diagnóstico" que hace el Ejecutivo sobre por qué el poder adquisitivo de muchas familias es "tan bajo" tiene que ver, entre otras cosas, con que las grandes empresas "que aumentan beneficios" y "pagan bonus millonarios" a sus directivos "no aumentan el salario a sus empleados". Frente a esta teoría, el líder popular respondió que el Gobierno es el que ha "disparado la inflación por encima del salario".

"¿Esta situación es justa? Si una empresa gana 600 millones de euros, ¿por qué esa ganancia tiene que ir solo a parar a manos de unos pocos?", se preguntó retóricamente Sánchez, que reivindicó que los trabajadores tienen al menos parte del "mérito" del "éxito empresarial". "Por eso desde que estamos en el Ejecutivo somos el segundo país de la OCDE que ha subido más el salario mínimo" mientras "la productividad ha crecido en España a la vez que se crea empleo, algo que no se había conseguido ningún año desde 2001", presumió el presidente del Gobierno.

De la misma manera, Sánchez cargó -sin mencionar a ninguna en concreta- contra las políticas de las comunidades autónomas gobernadas por el PP, y aseguró que en muchas de ellas "los servicios públicos ya nada tienen que ver con la calidad de antaño". "El neoliberalismo repite que tenemos un estado sobredimensionado con enorme gasto público, pero esto es eminentemente falso", defendió el presidente, que aseguró igualmente que "el Estado de bienestar español no gasta más de lo que debiera, al contrario". 

Feijóo tildó de "grave crítica al Estado del bienestar" por parte del presidente socialista por su "menosprecio" a la gestión de las comunidades autónomas en Sanidad y Educación. "Menos mal que España no le cree", sostuvo el líder de la oposición.

No obstante, para abundar en su discurso con aroma de precampaña, Sánchez llegó a asegurar que "el Estado del bienestar está en retroceso en muchas comunidades", y afirmó que "el problema de todo este trasvase al sector privado de servicios esenciales es que lo tiene que pagar la población, que cada vez tiene que dedicar una porción mayor de sus ingresos a costearse servicios que antes le daba lo público". "Y eso nos hace más pobres y menos libres", espetó el presidente, que acusó a la "derecha política" de ejecutar "un plan diseñado por ciertas élites económicas" para "debilitar el Estado de bienestar".

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