Ribera reúne el apoyo de Alemania y Francia para reformar el mercado eléctrico mientras pide este miércoles prorrogar el tope al gas

Teresa Ribera y el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, en Bruselas el diciembre pasado.
Teresa Ribera y el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, en Bruselas el diciembre pasado.
Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Teresa Ribera y el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, en Bruselas el diciembre pasado.

Quedan más de dos meses para que la Comisión Europea presente a los gobiernos de la UE su propuesta de reforma del mercado eléctrico europeo -del que depende cómo se determina cuánto cuesta la electricidad- y algunos Estados miembros ya han empezado a moverse. España remitió la semana pasada a Bruselas su propia propuesta que este martes ha tenido un inicial visto bueno por parte de Alemania mientras que Francia ha presentado otro documento  que en París consideran que está en línea con el español. En lo inmediato, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, y el ministro portugués de Transición Ecológica, Duarte Cordeiro, viajan este miércoles a Bruselas para reunirse con la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, de quien depende la decisión de ampliar la vigencia del mecanismo ibérico que en España y Portugal ha contenido y abaratado el precio de luz, más allá del 31 de mayo, en principio hasta final de 2024 o hasta que haya acuerdo sobre la reforma del mercado general.

Los representantes permanentes -los embajadores- de los Veintisiete han tenido este martes un primer debate preliminar con la Comisión Europea sobre la futura reforma del mercado eléctrico de la UE, en una reunión en la que el español ha expuesto la propuesta del Gobierno. Fuentes diplomáticas indican que todavía es pronto para comentar sobre estas discusiones pero ya se van conociendo las posturas de otros países con tanto peso como Alemania, que no prevé hacer una propuesta 'nacional' y ve posibilidades en lo que plantea España, y Francia, que defiende algo que considera muy parecido al plan español.

"Muy interesante"

Frente a lo que ha venido sucediendo en el último año, Berlín se ha mostrado dispuesto a trabajar con las ideas que plantea España, que propone reformar el sistema de fijación de precios de la electricidad para que el gas deje de marcar el precio, aunque se genere con tecnologías más baratas, y que la señal de precio la den las renovables, mucho más baratas, mediante contratos a largo plazo, que daría estabilidad al sistema. El gas pasaría de una fuente de generación a ser un recurso más, como el almacenamiento, para garantizar la capacidad de insuflar más electricidad al sistema si se necesita.

"España ha hecho una propuesta que me parece muy interesante", ha afirmado este martes el vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, en una entrevista con el principal diario económico de su país, Handelsblatt. "Es algo muy especial que diga esto porque el año pasado pasado había posiciones opuestas entre España y Alemania respecto al tope del gas", ha recordado quien se sienta en nombre de Alemania en la misma mesa del Consejo de Energía que Ribera. 

Habeck ha quedado a la espera de ver qué plantea la Comisión y no ha dado muestras de que Alemania vaya a presentar su propia propuesta oficiosa como otros países pero sí ha valorado los dos principales elementos del planteamiento de España: crear un mercado de capacidad, donde también estaría el gas natural, que compraría no electricidad sino la disponibilidad de generarla si no es suficiente con renovables y otras tecnologías de bajas emisiones, y un mercado de contratos a largo plazo de energía renovable que Habeck ha equiparado a "lo que han hecho [España y Portugal] con el precio del gas".

"Es algo que se puede debatir", ha señalado el ministro alemán.

Similitudes con Francia

Por su parte, Francia también ha mandado a Bruselas un documento de cómo cree que debería ser el futuro mercado eléctrico de la UE. Estaría menos regulado que como lo ve el español y también tiene como objetivo desacoplar el precio del gas de la electricidad, como insistió hace unos días el ministro galo de Economía, Bruno Le Maire. "Rechazamos que el precio de la electricidad sea dictado por el precio del gas", afirmó.

En su  documento no oficial, Francia también habla de contratos por diferencias (CfD), la fórmula similar a las subastas de renovables, que como el Gobierno español, también plantea para fijar en contratos a largo plazo el precio la electricidad que producen tecnologías de "bajas emisiones", como renovables o nuclear. A diferencia de Madrid, París no habla solo de "renovables", aunque las dos propuestas incluyen a ambas.

Como matiz, París da más peso a los contratos privados a plazo para producir renovables -entre productor y comercializador- que Madrid, que confía en que con el tiempo estos terminen acudiendo a subastas organizadas por un regulador.

Por otra parte, Francia también hace alusión a los contratos "de capacidad", como un "mercado paralelo" al de la venta de electricidad, que es donde España sitúa al gas, junto con almacenamiento, en el que se pagaría por estar disponibles para generar electricidad cuando sea necesario y asegurar así el suministro.

Por el contrario, Francia se inclina más que España por mantener el actual mercado marginalista, en el que la electricidad se paga al precio del gas, aunque haya costado mucho menos producirla. Esto da lugar a los llamados "beneficios caídos del cielo", por ejemplo, por producir con renovable que París quiere utilizar para compensar a los consumidores mediante la creación de un fondo que canalizaría estas ganancias excesivas.

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