No, sin mi 'spanish' jamón: qué países permiten llevar embutido en la maleta y cuáles son los más restrictivos

Gráfico: países que permiten y restringen llevar jamón.
Gráfico: países que permiten y restringen llevar jamón.
Henar de Pedro
Gráfico: países que permiten y restringen llevar jamón.

Cuando a un viajero la autoridad de un Gobierno le retira el visado por ingresar al país con "objetos de riesgo" sin declarar nos viene a la mente algún tipo de objeto cortante, arma o artefacto poco ortodoxo de uso hipotéticamente violento. Pero, pocos españoles pensaríamos eso de un jamón, si no es para emprenderla a golpes como hacían Javier Bardem y Jordi Mollá en Jamón, jamón.

Sin embargo, no era eso lo que pretendía el joven español de 20 años al que Australia ha retirado el visado por llevar en su maleta sin declarar "un kilo de carne de cerdo cruda". Así lo ha descrito el Ministerio de Agricultura australiano. En realidad, eran dos finos envases al vacío con jamón, uno con chorizo y otro más con caña de lomo. Todo muy peligroso.

Pero aunque aquí en España nos de la risa y pensemos aquello de "ellos se lo pierden" porque los australianos no aprecien las deliciosas chacinas ibéricas, lo cierto es que para este joven español la cosa ha resultado muy seria. Además de cancelarle la visa de viaje, se le ha impuesto una multa de 3.300 dólares australianos (2.124 euros).

Ha sido el primer viajero extranjero sancionado por incumplir la nueva normativa de bioseguridad del país.

El caso es que Australia cuenta con unas estrictas normas para regular los productos importados al país y tiene sus razones. Esta normativa de bioseguridad busca evitar el contagio y la propagación de enfermedades y plagas. La importación de algunos alimentos está sujeta por ley a ciertas condiciones de bioseguridad, entre ellas que se solicite un permiso. Australia es un país muy estricto porque busca evitar la propagación de enfermedades y plagas

Australia es un país muy estricto porque busca evitar la propagación de enfermedades y plagas

Así, para entrar en territorio australiano hay que rellenar la Incoming Passenger Card (la Carta del pasajero). Cualquier medicamento y producto alimenticio tiene que ser declarado a través de este formulario. Cada persona que ingresa al país debe marcar si lleva determinados productos de origen vegetal y/o animal. Una vez estos bienes están declarados, el usuario tiene que llevarlos a una oficina de bioseguridad para que sean evaluados e inspeccionados.

Muy restrictivos

Por supuesto, no es Australia el único país que toma este tipo de medidas. El jamón o también el queso pueden transportar agentes patógenos que se liberen en el lugar de destino y así pueden causar enfermedades. Esto explica que cada Estado tenga su propia normativa a este respecto.

Otros estados de fuera de la Unión Europea que también especialmente restrictivos con los alimentos foráneos son Estados Unidos y los países musulmanes, en este último caso con los embutidos de cerdo por una cuestión religiosa. Ocurre lo mismo en Israel, donde tampoco comen carne de cerdo.

En EE UU hay que declarar todos los alimentos que llevemos y si no lo hacemos nos arriesgamos a una multa de hasta 10.000 dólares

Seguramente, sea EE UU el país que más controles de seguridad y restricciones impone al turista. Llevar comida a territorio norteamericano puede ser un problema incluso si se trata de productos permitidos. Los controles de seguridad son exhaustivos y hay que declarar todos los alimentos que llevemos. No hacerlo puede suponer multas de hasta 10.000 dólares.

La web de Aduanas y Protección Fronteriza de los EE UU especifica los alimentos que "son generalmente admisibles", pero "para uso personal":

  • Condimentos tales como salsa de tomate (kétchup), mostaza, mayonesa.
  • Aceite de oliva y otros aceites vegetales.
  • Panes, galletas, pasteles, dulces y chocolates.
  • Quesos (duros o semiduros), mantequilla o lácteos cultivados (yogur).
  • Leche líquida y productos lácteos para lactantes.
  • Productos enlatados y en frasco al vacío (excepto si contienen carne o pollo).
  • Marisco frescos, congelados, secos, ahumados, enlatados o cocidos.
  • Frutas secas.
  • Nueces, si se han cocido, cocinado, molido, secado, asado o hecho en puré.
  • Bebidas en polvo selladas y jugos enlatados.
  • Té envasado comercialmente y café tostado o sin tostar.
  • Especias, condimentos, hongos frescos y secos, y miel.
  • Fideos y ramen (sin huevo o carne).
  • Arroz, harina de trigo, arroz, avena y maíz.

La carne está especialmente señalada. Ya vemos que en EE UU no se permite la entrada de carne incluso en el caso de productos enlatados. En cambio -en teoría-, desde España sí podemos llevar quesos curados, conservas de pescado o turrón. En cualquier caso, nunca nos dejarán pasar con más de 5 kilos. Además de las listas de lo prohibido y lo no, cualquier elemento que resulte sospechoso al criterio de la autoridad del aeropuerto puede requisarse en un registro.

¿Vale enviarlo? "Nosotros no lo recomendamos", comentan en la cadena de jamonerías Enrique Tomás. Entre particulares, no entre empresas, se puede probar a envíar paquetes con jamón envasado al vacío, porque debido al correcto envasado y sellado, las autoridades estadounidenses a veces lo dejan pasar. Pero no siempre.

Los menos restrictivos

Si queremos llevar algún tipo de alimento en países de fuera de la UE, habrá siempre que consultar la legislación del país de destino. Lo habitual es que ésta sea restrictiva. Para el caso de los embutidos, algunos países lo tienen específicamente regulado. Lo recomendable es consultar con la embajada del país de destino para saber de sus normas y restricciones.

Hay cuatro casos que son ejemplo de países permisivos con la entrada de jamón. Son Brasil, Argentina, México y Argentina. Eso sí, nada de llevarnos un jamón completo con su brida. Suelen permitir la entrada de embutido siempre que sea envasado al vacío y en tacos o lonchas, nunca en piezas enteras.

El caso de los países de la UE

Si viajamos desde España hacia otro país miembro de la Unión Europea, llevar con nosotros jamón, chorizo o lomo no debe ser un problema. Eso sí, siempre que el vuelo tenga origen y destino dentro del territorio europeo. Podremos llevarlo tanto en el equipaje de mano como en el de bodega, pero siempre envasado al vacío.

En principio, ningún país de la UE nos pondrá pegas en cuanto a la cantidad, porque ya se encargan de ello las líneas aéreas. Cada compañía nos pone limitaciones tanto de peso como de volumen.

No es el caso que nos ocupa, pero si volvemos a España o a otro país de la UE desde fuera, la legislación europea impide la entrada de productos cárnicos y lácteos, precisamente por lo mismo que hace Australia con nuestro jamón ibérico para protegernos de las amenazas sanitarias.

Suiza, un país europeo que está fuera de la UE, permite la entrada de hasta medio kilo de carne por persona y día, incluyendo el jamón. Eso sí, hay que declararlo y pagar las correspondientes tasas de importación. Si los agentes pillan a un pasajero con jamón no declarado escondido en la maleta, lo obligan a pagar las tasas además de una multa.

La excepción está en viajes que procedan de país europeos extracomunitarios como Noruega, San Marino, Islas Feroe, etc. En estos casos, podemos llevar pequeñas cantidades de este tipo de alimentos.

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