Mirar cada euro es ya una costumbre. El año empieza con hipotecas más caras y precios al alza. Aunque 2022 cerró con una inflación media del 8,4%, la previsión del Banco de España para este año, si el Gobierno mantiene sus medidas, es del 4,9%. Mientras, los ciudadanos tiran con sueldos y pensiones todavía bajos.

La gasolina, ya sin bonificación, se nota mucho en el bolsillo, pero si en algo se va a notar el alza de los precios es en las hipotecas. El Banco Central Europeo quiere contener la inflación y lo hace subiendo los tipos.

Se espera que la subida media sea de 230 euros al mes en una hipoteca promedio. Lo peor es que las previsiones de los expertos apuntan a que este índice continuará aumentando en los próximos meses de 2023, sobre todo porque el BCE volverá a subir previsiblemente sus tipos para contener la inflación.

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Las personas que más sufren esta situación son las que tienen un préstamo hipotecario contratado, pero también aquellas que quieran comprarse una casa próximamente. Aquellos con una hipoteca a tipo variable han podido comprobar cómo han encarecido sus cuotas tras las revisiones.

Las causas de esta situación de constantes subidas de precio son principalmente tres: la guerra en Ucrania (que en febrero cumple un año), el cambio climático y la falta de materias primas.

Lo que sí se ha podido frenar es el precio de la luz: este sábado caía un 78% y se situaba en poco más de 22 euros el megavatio/hora, pero los alimentos siguen disparados al 15%.

Es el motivo por el que el Gobierno le ha quitado el IVA a la leche, el pan y los huevos y ha reducido el IVA de otros alimentos, aunque solo se notará en céntimos. La perspectiva es que los precios, aunque más lentamente, sigan subiendo este 2023.