Entre amenazas, estudios y primeros grandes compromisos: Amalia de los Países Bajos cumple 19 años

La princesa Amalia de Orange, heredera al trono de Países Bajos, en La Haya, el 20 de septiembre de 2022.
La princesa Amalia de los Países Bajos, en 2022.
Koen van Weel/ ANP/ DPA/ Europa Press
La princesa Amalia de Orange, heredera al trono de Países Bajos, en La Haya, el 20 de septiembre de 2022.

Cuando estaba a punto de cumplir los 18 años, en noviembre de 2020, Catalina Amalia de Orange, también llamada Amalia de los Países Bajos, se llevó una decepción con la justicia de su país, que únicamente condenó a tres meses de prisión a Wounter G., un exsoldado de 32 años que se había obsesionado tanto de la princesa, todavía menor de edad, que se convirtió en un acosador perpetuo a principios de aquel año hasta que le detuvo la policía. Pero llegó su cumpleaños y parecía que la vida le iba a sonreír de otra manera: con el siguiente paso en su educación, su propio libro, sus primeros compromisos importantes... Pero la realidad ha estado algo alejada de aquel sueño.

Porque empezó como tal. Todo el mundo entendía que al llegar a la etapa adulta, la primogénita de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos iba a tenermayor protagonismo tanto en la agenda de la monarquía como en la vida pública. Algo para lo que había sido educada desde que era muy joven, aunque sus padres se empeñaron en que llevase una vida lo más normal posible dados sus privilegios. "Si no se conoce a sí misma, no puede ejercer esta función pública", llegó a decir de ella el monarca.

Y para ello nada mejor que una biografía, cuyo título es un simple pero elocuente Amalia, escrita por la presentadora y humorista Claudia de Breij, formada por un compendio de anécdotas, fotos inéditas y confesiones privadas acerca de temas como su futuro como reina, su tiempo libre, las diferentes lenguas que habla (neerlandés, inglés y castellano con fluidez, así como tiene nociones de chino), sus creencias o su idea del amor.

Entre otras cosas, además, se desvelaba como una joven muy de su época que ponía muchos esfuerzos en su salud mental, acudiendo regularmente a la consulta de un psicólogo. "No creo que deba ser un tabú. Y para mí no es ningún problema decirlo en público. A veces todo me parece demasiado: el colegio, los amigos... Si siento la necesidad, voy y pido una cita. Me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para un mes", declaraba, añadiendo que era "lo más normal". "Sobre todo, después de lo que le pasó a mi tía", comentaba, refiriéndose al suicidio de Inés, la hermana de su madre, en 2018.

También en dicho libro confesaba su inmenso amor por un complemento que le viene pintiparado a alguien de la realeza: las tiaras. "Las adoro. Enséñame una y te puedo decir de dónde viene. Puedo reconocer cada tiara de Europa. Solía ponerme las de mi madre. Y también sus joyas. Cuando yo era muy pequeña, ella se estaba preparando para una cena importante y gritaba por la casa: 'Amalia, ¿dónde está mi anillo?'".

El día para ponerse una por fin llegó en el mes de junio. Tenía 14 tiaras para elegir, pero se decantó, dado que era la primera vez, por la que seguramente es la más especial en su familia: aquella que llevó su madre en la boda con el rey.

La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos.
La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos.
GTRES

En el caso de Amalia, lo hacía con un motivo menos icónico de cara al público pero de suma importancia para ella: la celebración en el Palacio Real de Oslo del 18º cumpleaños de Ingrid Alexandra de Noruega, otra heredera a la corona de su país, como ella, posando ambas además con Isabel de Bélgica y Estela de Suecia y el pequeño Carlos de Luxemburgo, ya que en teoría todos ellos portarán en algún momento la corona de sus países.

Sin embargo, el día grande llegaba el día 20 de septiembre, fecha en la hacía su debut en los Países Bajos en el Prinsjesdag. En dicho Día del Príncipe, los neerlandeses celebran la llegada de la democracia y Amalia se decantó por un sobrio vestido de color verde. No llevó ninguna tiara, pero sí varias joyas y poner punto final a una enorme polémica en el país: utilizaba para llegar a Koninklijke Schouwburg la Carroza de Cristal, dejando atrás por fin la Gouden Koets (la Carroza Dorada) por su alto contenido racista de la época colonial, donde Holanda tuvo una enorme importancia en el comercio de esclavos.

La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos
La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos
Europa Press

Por esas fechas, además, alquilaba un piso de 2 millones de euros para el comienzo de su etapa universitaria. Lo hacía tras tomarse un año sabático y en la prestigiosa Universidad de Ámsterda, donde da inicio un grado interdisciplinario de tres años de Política, Psicología, Derecho y Económicas. Pero dicha alegría por recomenzar sus estudios le dura poco. Aparece la Mocro Maffia.

Esta organización criminal crontrola el narcotráfico y está asentada en Países Bajos, aunque su origen es magrebí. Ellos son quienes, en unas grabaciones, nombraban a Amalia y al primer ministro de Países Bajos como posibles objetivos para secuestros, lo que provocó que la princesa fuese recluida en una de las residencias oficiales de la familia real, cambiando su vida y sus rutinas para que no tuviese lugar la desgracia.

Hoy en día la amenaza sigue vigente, si bien Amalia ha podido poco a poco rehacer parte de sus compromisos. "Está bien, dadas las circunstancias", dijeron los monarcas sobre la situación, añadiendo Máxima: "En algún momento tendremos que tomar una decisión sobre lo que vamos a hacer, así como cuánto tiempo nos va a llevar, pero por ahora va bien". Por cierto, los exámenes, según su padre, le habían salido "muy bien". La princesa ya tiene 19 años, cumplidos el pasado 7 de diciembre.

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