Esta misma primavera la princesa Amalia de Orange acababa su año sabático, durante el cual ha cumplido la mayoría de edad, ha comenzado una relación con el joven heredero alemán Isebrand K y, sobre todo, ha aprovechado para decidir cuáles van a ser sus estudios universitarios. Y dónde, porque es importante saber en qué casa va a vivir.

Al menos, para sus padres, ya que es la primogénita del rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos y de su esposa, la reina Máxima. Estos, cuando Amalia se decantó por cursar Política, Psicología, Derecho y Economía PPLE en la Universidad de Ámsterdam, accedieron a que, además, hiciese vida de estudiante como muchos otros neerlandeses.

"Tendrá un alojamiento alquilado donde residirá con otros compañeros", decía en un comunicado oficial la casa real de los Países Bajos. Sin embargo, poco han tardado en cambiar de idea porque finalmente la joven va a vivir sola en un piso cuyo precio ronda los dos millones de euros y, como además, no ha trascendido y se desconoce de cuánto será el alquiler que habrán de pagar con su dotación estatal la casa real, las críticas no se han hecho esperar.

Se había especulado con que Amalia, de la que acaba de publicarse su primera biografía autorizada, llegaría incluso a compartir piso con su prima, Eloísa de Orange-Nassau, que tiene 20 años. Pero en cuanto comience sus estudios vivirá junto al canal de Singel, muy cerca de las calles Oude Spiegelstraat y Wijde Heisteeg (justo en el centro del casco histórico de la capital neerlandesa).

Es precisamente por su ubicación por lo que se explica el precio que tiene la casa, la cual pertenece a una de las familias más ricas y pudientes de los Países Bajos, amigos además de la casa real: el empresario Marc Dreesmann y su esposa, Janneke Beerkens. Por lo que han podido saber medios locales, los preparativos para la entrada de la princesa han comenzado ya, de cara a que esté lista para septiembre.

Y, de hecho, hay una clara prioridad, al ser una zona muy transitada por turistas: aumentar la seguridad. Se están colocando multitud de cámaras de vigilancia en los alrededores de la casa para un control exhaustivo de toda aquella persona que entre y salga, así como Amalia de Orange tendrá un privilegio reservado para muy pocos dentro de la jet set: un parking privado en el mismo canal.