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Ana Fernández, docente: "Un maestro de especial debe estar bien formado y motivado para sacar el máximo de sus alumnos"

  • La profesora, de 35 años, padece distrofia muscular, una enfermedad que le provoca pérdida de la movilidad.
  • "Cada alumno necesita algo concreto que requiere una formación específica sobre diferentes metodologías".
  • OPINION I Esos maestros especiales, por Melisa Tuya.
Ana Fernández, profesora de especial
Ana Fernández, profesora de especial
CEDIDA
Ana Fernández, profesora de especial

Ana Fernández tiene 35 años y padece distrofia muscular congénita, una enfermedad degenerativa que le provoca pérdida de la movilidad de forma progresiva. La vallisoletana, que utiliza silla de ruedas desde los siete años y un respirador de forma permanente desde los 20, necesita la ayuda de otra persona para realizar casi todas las actividades de la vida diaria.

Sin embargo, estas limitaciones, "a veces complicadas de gestionar", reconoce, no le han impedido "dar el máximo" de sí misma. "Sí se quiere se puede, pero con ayudas", recalca. Diplomada en Educación Especial y Licenciada en Psicopedagogía, su gran pasión es ayudar a las personas con discapacidad y, para ello, la docencia cumple una función imprescindible: "Haces felices a los niños, que se sientan seguros y queridos". Este domingo, Día del maestro en España, hablamos con Ana, quien ha trabajado como profesora de niños con necesidades educativas especiales y se dedica ahora a dar formaciones y asesoramiento a docentes y centros educativos, además de participar en las últimas guías del equipo de Aula Desigual.

¿Un profesor de educación especial debe tener vocación por su profesión?Sí, yo creo que cualquier docente tiene que tener vocación en general. Pero si, además, eres un docente que trabaja con niños con discapacidad, debe ser total porque a veces hay momentos difíciles, de cierta frustración cuando buscas muchas formas de llegar a un objetivo y no ves los avances que tu quisieras. En esos momentos, un docente que no es vocacional a lo mejor tira la toalla, pero el que sí tiene vocación no va a parar hasta lograrlo. Además, tiene ese sentimiento de disfrute dando clase a un niño, en especial a niños con necesidades, algo muy importante, porque si no disfrutas dando clase no vas a hacer disfrutar al alumno. De todas formas, hay excepciones, y hay gente para la que no era su vocación, pero la descubre. Lo importante es que cuando estés allí te guste tanto que no te veas en cualquier otro sitio.

Además de esta vocación, ¿qué otras cualidades debe tener un profesor de educación especial?Aparte de la vocación, tiene que tener sensibilidad hacia las personas con discapacidad. Además, que tenga ganas de seguir aprendiendo, porque en la mayoría de los casos va a ser necesario seguir formándose para atender la diversidad que hay en las aulas. También tiene que tener amor por su trabajo, porque la emoción por hacer algo que te gusta se transmite al alumnado, y el convencimiento de que la plena inclusión es posible y que es el motor que debe movernos. En conclusión, debe ser un profesional cualificado y bien formado, que esté motivado para sacar el máximo de todo su alumnos.

Debemos saber atender la diversidad que hay en las escuelas

¿Están los docentes suficientemente preparados para atender a estos niños o falta formación?Falta mucha formación. En general, la formación que tenemos en la universidad es insuficiente. Cuando yo estudié había una carrera propia de tres años, ahora está el grado de Primaria o Infantil y en los últimos cursos simplemente se dan asignaturas de Educación Especial si eliges esa mención. La formación es peor, son menos horas y, por tanto, menos conocimiento. Como docente te tienes que formar en una escuela fuera del centro, algo muy exigente porque ya tienes tus horas de clases, más horas de reuniones y de preparación de las clases y, aparte, te tienes que apuntar a cursos para formarte. Esto es algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer, pero sin duda es muy necesario. Por eso, la clave es que la formación de la universidad cambie para salir de allí teniendo claro cómo atender a todos estos niños.

Por tanto, ¿debería ser una formación extensible a cualquier profesor, aunque no sea PT, maestro de Audición y Lenguaje (AL) o trabaje directamente con niños con necesidades educativas especiales? Sí, porque la diversidad es la norma, no la excepción. Debemos saber atender a la diversidad que hay en las escuelas. Aunque no hubiera un niño con necesidades educativas especiales, habría otro con necesidades concretas, por eso es muy necesario que todos los docentes estén formados para poder atender y responder a la diversidad del alumnado porque es su derecho. No estamos hablando de qué hago porque soy buena persona, sino de que es un derecho que él tiene y como profesional debes cumplir y debes responder educativamente como ese alumno merece. Los niños con discapacidad, además, necesitan conocimientos más específicos y puede ser un poco más complejo que con otro tipo de niños, por eso es muy necesaria esta formación.

¿La formación debe ser constante a lo largo de los años?Claro, porque aunque todos los niños que tengas tengan un diagnóstico parecido no van a necesitar lo mismo. Habrá una diversidad muy grande incluso con alumnos de necesidades especiales. Cada uno necesita algo concreto que requiere una formación específica sobre diferentes metodologías. Esta formación debe ser muy amplia y es muy necesario que nos esforcemos y conozcamos qué metodologías pueden ayudar al alumnado con necesidades y qué herramientas hay que tener para poder asesorar, formar y colaborar con compañeros y lograr el máximo de estos niños.

¿Cómo trabajan los maestros en colegios ordinarios con niños con necesidades educativas especiales? ¿Qué se debería hacer para mejorar la labor docente en estos centros?En centros ordinarios venimos de una corriente de los años 80-90 en España que apuesta por la integración, en la que se da un apoyo paralelo a estos niños fuera del aula basado en adaptaciones curriculares, sobre todo significativas. Esa es la línea que, desafortunadamente, sigue en muchos centros hoy en día. El cambio que debería darse es pasar de esa integración a la inclusión porque en una integración aceptas esa presencia del niño, pero realmente no forma parte 100% del grupo. En cambio, para que esa inclusión sea efectiva no solamente admites que esté, sino que cumples con el modelo de las tres P: presencia, participación y progreso. No solamente participa, sino que puede alcanzar logros y una progresión personal. 

Para que haya calidad de la enseñanza tiene que haber recursos

¿Cómo se lleva a cabo esto desde la práctica?Para ser efectivo desde la práctica, una de las novedades que trae la LOMLOE es el DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje). El docente diseña una actividad no partiendo de la premisa de que no hay diversidad en la clase, sino al revés, dando por sentada la diversidad. El maestro hace un diseño muy abierto y flexible para que todos puedan beneficiarse y participar en él. Los apoyos ya no se hacen fuera del aula sino dentro, a través de docencia compartida. El PT colabora y asesora al tutor, da opciones sobre el contenido que se le da al niño y sobre cómo el niño demuestra ese aprendizaje. Todo esto motivándoles y avisando de qué se va a hacer, haciéndoles partícipes de su aprendizaje y de su evaluación. Habrá casos mucho más complejos que otros, pero la idea es que todos o prácticamente todos lleguen a beneficiarse.

Para que esto sea factible, ¿debería haber más recursos?El PT no se haría cargo de todos los niños, sino que estaría de apoyo al tutor del aula para todo el grupo. ¿Cuál es el problema? Que si está dentro de la clase, no puede estar en otras. Esto exige muchas más horas reales, jornadas completas en el centro, y una organización de horarios para que sirva de apoyo a todos los grupos. Indudablemente que los apoyos son necesarios, para que haya calidad de la enseñanza tiene que haber recursos. Cada vez se tiende más a reducir horas de la especialidad de PT y AL y eso va en contra de la inclusión, pero también es necesario que el claustro y el equipo directivo tengan una verdadera altura de inclusión.

¿Cómo es la labor que se realiza con estos niños en colegios de educación especial? ¿Qué diferencias existen respecto a centros ordinarios?Como en los centros ordinarios no se promueve que el alumnado se sienta parte y se le discrimina y hace bullying, las familias deciden que vayan a estos centros especiales, donde el profesorado está sensibilizado y saca el máximo del alumno. Como PT, es un trabajo muy diferente porque pasamos de apoyar a diferentes alumnos, a ser tutores de un grupo pequeño de alumnos, todos con necesidades. Los docentes trabajan mucho y muy bien con estos chavales en estos centros, hacen una labor increíble, excepcional. Lo único que haría sería promover hermanamientos con centros ordinarios, actividades que les permitan relacionarse con chicos de centros ordinarios. 

Das formaciones a futuros maestros de educación especial. ¿Por qué metodologías o corrientes pedagógicas se está apostando últimamente?Sobre todo, se está apostando por el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA). Por otro lado, también se está apostando por la enseñanza multinivel: trabajar con el grupo un tema a través de diferentes actividades basadas en la taxonomía de Bloom (clasificación de los diferentes objetivos de aprendizaje que los educadores establecen para su alumnado). También se utiliza la gamificación, un aprendizaje basado en juegos interactivos para captar su atención y motivarles, que en este tipo de alumnado es muy importante.

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