Occidente rebaja la tensión tras el incidente en Polonia pese a que Zelenski mantiene su recelo y sigue apuntando a Rusia

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este miércoles en Bruselas.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este miércoles en Bruselas.
EFE
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este miércoles en Bruselas.

La caída de un misil sobre Polonia que mató a dos personas aceleró los acontecimientos en un mapa geopolítico ya de por sí tensionado. Pero de tener todas las alarmas encendidas se ha pasado a una calma tensa después de que tanto Varsovia como la OTAN salieran al paso de los rumores: las primeras investigaciones apuntan a que se trata de un proyectil de los sistemas de defensa antiaérea ucranianos que desvió su trayectoria. En esa tesis incidió de hecho el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg. "El análisis preliminar sugiere que es probable que el incidente fuera provocado por un misil de las defensas antiaéreas ucranianas para defender el territorio de un ataque ruso", sostuvo en rueda de prensa.

Esa explicación, refrendada por el presidente polaco, Andrej Duda, se reforzó también con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien siguió la misma línea. Así, las miradas occidentales no apuntaron a Rusia y, por lo tanto, Varsovia no apostó por invocar el artículo 4 del Tratado Atlántico, que hubiera implicado la apertura de consultas entre los aliados. "Ucrania no tiene responsabilidad", aclaró además Stoltenberg, al mismo tiempo que llamó a la cautela y reafirmó que la OTAN "está preparada para situaciones así" y que no quiere "una escalada" en el conflicto. Pese a ello, Polonia se cura en salud y ha decidido reforzar su guardia fronteriza.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en cambio, mantiene su recelo. De hecho, Ucrania ha pedido acceder al lugar de los hechos. "Estamos a favor de un estudio conjunto del incidente con el impacto del misil en Polonia. Estamos preparados para entregar evidencias que tenemos del rastro ruso", explica el Gobierno ucraniano y horas después el propio presidente aseguró que el misil no es suyo: "No tengo ninguna duda". Y es que el relato de Kiev se mantiene: la responsabilidad es rusa. Tanto es así que no solo Zelenski ha pedido una reacción de la OTAN, sino que el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, apuntó a teorías de la conspiración del Kremlin para cargar toda la culpa sobre Ucrania.

Rusia huye de las acusaciones y niega tener nada que ver con la caída de los proyectiles, y asegura además que que los restos del misil pertenecen al sistema de defensa antiaéreo S-300 ucraniano. "No somos los culpables", reiteró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "No tenemos nada que ver, y hay que llamar a las cosas por su nombre", sentenció, antes de repetir que se trató de "una provocación" por parte de Polonia para elevar la tensión. Asimismo, acusó a los líderes occidentales de "comentar lo sucedido sin tener información real". Ya este miércoles ha convocado al embajador polaco para pedir explicaciones.

"La reacción de la OTAN ha estado regida por la prudencia"

Francisco José Girao, director del área de Defensa de ATREVIA explica a 20minutos que "la reacción de la OTAN ha estado regida por la prudencia en todo momento". En palabras de Girao, "ha sido un proceso de decisión común, como corresponde a la Alianza. Y ha sido público", con dos pasos muy claros: "Primero establecer los hechos y luego tomar decisiones". Una vez hecho esto, llegó entonces el siguiente 'capítulo' de la gestión. "En el momento en el que tiene bastantes papeletas para ser ucraniano y que ha sido un error, todo pasa por reforzar el apoyo a Ucrania y señalar a Rusia", comenta.

Para Girao, por lo tanto, ha sido "un proceso esperable y prudente" por parte de la OTAN. Ahora, asimismo, "es posible que se refuerce el apoyo a Ucrania en términos de defensas antiaéreas para que esto no vuelva a suceder", prosigue, y de hecho ya ha habido ofrecimientos, como el alemán, para que sus Eurfigther patrullen la zona fronteriza. "Hay dos enfoques: el de un conflicto que se alarga en el tiempo y eso puede generar hastío, pero al mismo tiempo el de que todo el mundo está unido detrás de Ucrania", añade el analista. Lo ocurrido en Polonia "puede renovar la percepción de que el escenario bélico es un escenario real".

A priori quizás podríamos afirmar que la OTAN va a estar mucho más activa en su flanco este

Por su parte, Patricia Moreno, presidenta del Consejo Atlántico Juvenil Español y colaboradora en El Orden Mundial añade que "hubo bastante alarma inicial no solo por la gravedad del suceso, sino por la desinformación general del público. Parecía que en cuestión de horas todos los miembros de la OTAN iban a entrar en guerra contra Rusia". Sobre si este incidente va a cambiar el curso de la guerra Moreno es precisamente cauta. "A priori quizás podríamos afirmar que la OTAN va a estar mucho más activa en su flanco este, y que si ya había reforzado su presencia allí, ahora lo podría llegar a ver como una necesidad propia más que de mero apoyo a Ucrania".

"Creo sin duda que Ucrania va a continuar demandando esos sistemas antiaéreos que ha venido pidiendo desde el día uno. No dudo en que, en particular, van a seguir presionando para que Israel venda un sistema similar al de su Iron Dome, algo a lo que se ha negado previamente", continúa. Así, la analista considera que "la Alianza contribuyó al mantenimiento de la calma con su posición de 'vamos a ver qué pasa' antes de adoptar ninguna posición de manera apresurada".

La reacción en cadena de los países estuvo dominada por la calma, y aunque estrictamente hablando de la caída de misiles no se apuntó a Rusia sí se cargó sobre Putin la responsabilidad indirecta de los sucedido. "No importa de quién sea el cohete que cayó en Polonia, en cualquier caso Rusia tiene la culpa de atacar a Ucrania", aseguró el canciller alemán Olaf Scholz. "La hipótesis de que un misil antiaéreo ucraniano cayera sobre Polonia no cambia el fondo, la responsabilidad de lo ocurrido, en lo que a nosotros respecta, es totalmente rusa. Y con los aliados condenamos los ataques con misiles de Moscú", expresó por su parte la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Incluso China llamó a la "contención" mientras los Bálticos se apresuraron a mostrar su apoyo a Ucrania. 

Los ataques más masivos desde el inicio de la guerra

Mientras, en el frente estrictamente bélico siguen los movimientos. El centro de los ataques este miércoles fue Donetsk -incluso con víctimas mortales-, algo que ha devuelto al Donbás, otra vez, a la primera línea de la guerra. Mientras, Ucrania trata de recuperar el suministro eléctrico en todo el país después de la ola de ataques rusos de este martes. Esos bombardeos fueron los más masivos desde el inicio de la guerra: las fuerzas de Putin lanzaron 96 misiles de crucero aéreos y navales, misiles de crucero guiados, drones de ataque y aparatos no tripulados. Al mismo tiempo, la defensa aérea ucraniana logró derribar 75 misiles de crucero y otros dos proyectiles guiados.

Con todo, y solo unos días después de que Zelenski pronunciara la palabra paz y abriera la puerta a una hipotética negociación, esa vía se vuelve a cerrar. Así lo sostuvo el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko. "Putin quiere recuperar el espacio soviético. ¿Está hablando de Polonia? ¿De los países bálticos? Hablé con los alemanes y les pedí que no olvidaran que gran parte de Alemania hace unos años era parte del imperio soviético", dijo en declaraciones a Catalunya Ràdio, TV3 y El País. "Los rusos llegarán hasta donde les dejemos llegar", sentenció.

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